Tras más de una década de espera, los caspolinos por fin ven avanzar el proyecto de recuperación del cauce del río Guadalope. Esta actuación intervendrá en el tramo de 6,7 kilómetros (km) de longitud de cauce, comprendido entre la presa de Moros y la de Caspe, que lleva más de 60 años seco. El objetivo de la ejecución es derivar agua desde el río Guadalope para que este cauce recupere su valor ecológico y medioambiental.
El agua se tomará aguas abajo tras la presa de Moros y se conducirá a través de la Acequia de Rimer. Al llegar al dique de Caspe, esta agua se bombeará al embalse de Mequinenza. Este bombeo será costeado íntegramente por la empresa Endesa, evitando así que el agua se estanque.
Para llevar a cabo el proyecto, se ha aprobado la concesión de alrededor de 1.450.000 euros, procedentes de los fondos europeos Next Generation, dentro del marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Los detalles del proyecto se compartieron este miércoles en una jornada abierta al público en el Ayuntamiento de Caspe. Concretamente, el autor del proyecto, Guillermo Cobos, fue el encargado de explicar la actuación junto con uno de los miembros del equipo de redacción, Martín Villagrasa.
Actuaciones concretas
Las acciones expuestas se centraron en la adecuación de la Acequia de Rimer, la permeabilización de las márgenes del cauce, así como la limpieza y acondicionamiento del cauce. También está previsto intervenir en el Parque Entrepuentes, lugar en el que se tapó el cauce cuando se quedó seco y que, ahora, se desentubará para recuperar el caudal del río.
Este parque es una de las zonas más importantes donde se actuará por lo que también se habilitarán sendas y un merendero para el disfrute de los vecinos. Junto con estas sendas se adecuarán otros caminos, un total de 2 km, que permitirán que se pueda recorrer a pie todo el tramo del cauce. Además, se crearán dos puentes que unirán ambas márgenes y un humedal en la cabecera del cauce para regular el agua entrante de la acequia y asegurar un caudal ecológico.
La última de las acciones principales es la plantación de vegetación de ribera, más de 5.000 árboles y arbustos, junto con 4.500 metros cuadrados de herbazal estructurado, 2.600 de biorrollo y 500 plantas acuáticas.
El autor del proyecto, Guillermo Cobos, apuntó ha que con estas acciones se pretende «renaturalizar un tramo abandonado», de forma que la actuación «se integre con el medio para devolver al río a una búsqueda de una sección naturalizada».
En la jornada informativa, también se dio a conocer el Plan de Gestión de Riesgo de Inundación (PGRI) de la Demarcación del Ebro, en el cual se encuentra enmarcado el proyecto de recuperación del cauce del Guadalope. En este caso, la presentación corrió a cargo de la jefa del Área de Hidrología de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), María Luisa Moreno.