Al son de la campana del Santuario de la Virgen de Pueyos varios señores de mediana edad
acuden con la camisa remangada cargados de útiles de construcción. Unos 25 hombres se reúnen
en la explanada frente a la ermita y se entretienen con bromas pícaras, recuerdos de la infancia o rememorando los apodos más ingeniosos. Con este sonido, los Quintos del 76 saben que ya pueden descansar después de trabajar esmeradamente en el cuidado y el mantenimiento del santuario. Las mujeres de la quinta se despiden, ya han concluido la limpieza en la iglesia dedicada a la virgen. Un hombre sale entre los fogones de la cocina limpiando torpemente sus manos en el delantal y anuncia que es el momento de reunirse en torno al mantel para disfrutar de un almuerzo al son de las risas y una buena conversación.
Después de un apagado 2020 sin relevo de quintas por la pandemia, los nacidos en 1955 retoman la habitual tradición en la que aquellos que se jubilan se encargan del cuidado, la limpieza y el mantenimiento del santuario. El confinamiento obligó a cancelar el Día del Voto aplazando el relevo de quintas y el reparto de medallas. La celebración tuvo lugar el pasado abril con la entrada de la Quinta del 76 en un acto íntimo sin reparto de medallas. Este retraso ha provocado que los quintos entrantes cumplan 66 años y ya estén jubilados. Esto permite que todos los que lo deseen puedan participar en el cuidado del santuario. En años anteriores, muchos de los quintos no podían participar de la misma manera que el resto de compañeros porque todavía no se habían jubilado. El prior de la Quinta del 76, Miguel Portolés, explica que su deseo es poder celebrar un acto multitudinario del Día del Voto para poder colocar la medalla a todos los quintos como se hacía en años anteriores, pero consideran que todavía no es el momento. Sin embargo, se muestran esperanzados de poder celebrar esta tradición junto a sus familias antes del próximo relevo.
Todos los miércoles desde el pasado mes de abril, estos hombres se acercan a la ermita a las 8 de la mañana para empezar con sus tareas. «Cuando tomamos el relevo a la anterior quinta, pocos eran los que se atrevían a subir a la ermita por miedo a contagiarse. Ahora que todos estamos vacunados, estamos más tranquilos. Ahora suben muchos más para trabajar en los arreglos del santuario y almorzar todos juntos», explica el prior.
Una quinta comprometida
Este año son unos 25 quintos del centenar que nacieron en 1955. La mayoría ha vivido siempre en Alcañiz,
aunque algunos tuvieron que marcharse por trabajo. Otros, por el contrario, se consideran alcañizanos de adopción, ya que llegaron a la localidad del Bajo Aragón por amor. «A muchos de los que hay aquí no los conocía, no son de mi cuadrilla. Lo que nos une es la edad y la devoción a la virgen», menciona Portolés
mostrándose orgulloso de sus compañeros, ya que afirma que todos están comprometidos con la causa y añade que son muy trabajadores. «No he escuchado a ninguno quejarse y todos quieren arrimar el hombro. Es un ambiente cálido y solidario. Si la dinámica que tenemos aquí se aplicase a la ciudad y cada uno hiciese un poco, Alcañiz estaría muy avanzado», reivindica el prior. Cada vez son menos los asientos
vacíos frente al mantel.
Usualmente, las comidas y almuerzos se celebrarían en una interminable mesa en el comedor interior, pero este año se hacen al aire libre en el patio interior de la ermita cumpliendo las medidas de seguridad en tres mesas separadas dispuestas para ocho comensales. Un equipo de tres cocineros trabaja hábilmente en una cadena de engranajes para preparar más de dos docenas de huevos fritos que poco a poco van ocupando las mesas junto a las manitas de cerdo, las albóndigas con sepia, jamón, longaniza, ajetes y tomates.
Después de una jornada de trabajo, los hombres descansan y llenan sus estómagos. El zumbido de las conversaciones que inundan la estancia despiertan inquietudes y algunos de los recuerdos mejor guardados. Poco después llegan los cafés, la torta y el chocolate caliente para amenizar la mañana y, después del manjar, los quintos preparan chupitos de orujo, de arroz blanco o de hierbas. Muchas quintas han pasado por la ermita a lo largo de los años y han creado su propia norma no escrita: la primera ronda de chupitos es gratis, pero todos conocen que quien tome más de uno, debe dejar el dinero que considere por consumición en una cajita situada a la entrada de la ermita. De esta manera, se recauda dinero suficiente para comprar las bebidas.
Además de esta tradición, existe la costumbre en la que todas las quintas dejan su sello para rememorar
su paso por la ermita. En el caso de los Quintos del 76, han dejado su número grabado en una de las nuevas rocas usadas para restaurar el muro y también han preparado una placa que colocarán en
el exterior de la iglesia.
Obra y mantenimiento
Con el objetivo de que el Santuario de Pueyos esté impecable para la habitual romería del 9 de septiembre, los Quintos del 76 se han organizado en seis grupos de trabajo. Mientras que unos limpian
de basuras y residuos el entorno de la ermita, otros se encargan de restaurar un muro de piedra en la
zona de los merenderos. Por otro lado, los pintores se han encargado de pintar ventanas, algunas vallas
y la enorme cruz de acero que hay en la entrada al recinto del santuario. También se han encargado de pintar y restaurar una de las capillas de la iglesia, que se quemó durante la romería del 9 de septiembre en 2019. Entre risas, los quintos recalcan que el grupo más importante es el de cocina, ya que se encargan de que el almuerzo esté listo a las 10 de la mañana.
«Esta tradición no se podría mantener si no fuese por la buena fe de la gente. Algunos te traen un jamón o distintas empresas familiares te traen su producto», recalca Portolés, quien menciona que el Ayuntamiento de Alcañiz también les facilita todos los materiales necesarios para el mantenimiento de Pueyos.
Juan dice
Para trabajar y para almorzar y lo que surja ???
PUBLICO dice
Vaya tela!! Donde esta la distancia de seguridad y el numero de comensales alrededor de una mesa y las mascarillas que se exige a los hosteleros??
Luis dice
Éstan vacunados tranquilo