Nunca es tarde para ser artista, por lo menos no para Raquel Nassif, artesana del cuero de Alcañiz. Pese a querer estudiar Bellas Artes desde pequeña, nunca llegó a hacerlo por el qué dirán. En cambio optó por una ingeniería técnica de telecomunicaciones, profesión que nunca llegó a llenarle a nivel personal. Todo cambió cuando años después sufrió un accidente y se quedó sin trabajo, momento en el que el arte regresó a su vida para cambiar su rumbo y recordarle lo que ella realmente siempre quiso ser.
«Mientras buscaba un nuevo trabajo empecé a hacer cursos de diseño porque desde siempre me había gustado mucho el dibujo. Explorando descubrí el cuero y pensé ¿por qué no probar?», cuenta Nassif. La artesana aprendió a repujar y tratar este material de forma completamente autónoma a través de vídeos de YouTube y mucho empeño. Su gran ayuda en el camino también fue Vicente, artesano de zapatos que además de venderle pieles y diferentes herramientas para sus primeras creaciones le enseñó todo lo que sabía sobre este mundo.
Raquel realizó sus primeros trabajos en su casa. «Abrí un blog donde colgué algunas fotos de diferentes cosas que iba haciendo y tuve que cerrarlo. Empezaron a pedirme encargos desde varias partes del país y no podía hacer frente a todo ello desde mi casa», recuerda Nassif. La situación cambió a través de una casualidad. Vicente se retiraba y buscaba a alguien que se ocupara de su taller, un puesto por el que Raquel decidió apostar. Desde entonces, ahora hace ya tres años y medio, este espacio es una segunda casa para ella.
El taller es una especie de lugar de culto a la creación artesana. Las mesas llenas de herramientas y los encargos que todavía esperan su retoque final son un fiel reflejo de las horas que Raquel pasa allí. A lo largo de estos años ha tenido encargos de todo tipo: cinturones, zapatos, bolsos, asientos para motos, fundas para diferentes accesorios…Gracias a ellos el lugar se ha convertido en un punto destacado en la avenida Aragón, donde recibe a diario a alcañizanos y vecinos del resto de la comarca.
Su versatilidad para realizar cualquier tipo de arreglo en prendas de ropa, accesorios, zapatos o cualquier cosa que se le presente entre manos también es otro de sus fuertes. Según cuenta, recibe todo tipo de prendas y accesorios, algunos incluso con un gran valor sentimental, encargos que acepta con una gran responsabilidad y que al terminar siempre le recuerdan lo gratificante que es para ella su profesión.
Cuando comenzó jamás se imaginó la repercusión que su taller podía alcanzar. Ha habido temporadas en las que ha llegado a tener encargos con una lista de espera mínima de seis meses. «Vicente ya tenía muchos clientes, y algunos también confiaron en mí, pero ahora el nivel de trabajo se ha duplicado», explica.
Cada pedido le lleva un tiempo según su nivel de dificultad. Los más complicados son aquellos en los que debe realizar un diseño sobre cuero, algo que también los convierte en los trabajos preferidos de la artista al «poder reflejar su esencia en la pieza final». En estos, ella misma dibuja la idea en su ordenador o a mano alzada para después calcarla sobre el cuero, tarea que realiza con golpes mediante un pequeño cincel y un martillo. La dedicación debe ser total, ya que aunque no cronometra el tiempo que emplea en sus trabajos, intuye que encargos de este tipo pueden llevarle unas once horas hasta su acabado final.
Pese a la gran cantidad de horas detrás de cada pieza, Raquel confiesa haber descubierto lo que es verdaderamente su pasión. Conserva en su taller el primer asiento de cuero que realizó mientras todavía trabajaba en casa como si fuera un tesoro y un símbolo de sus avances. Mientras lo mira, asegura saber que aunque no hubiese llegado la oportunidad con este taller, ella hubiese encontrado la forma de poder dedicarse a la artesanía de alguna otra manera. «Hace tiempo entendí que en eso consiste realmente la vida, dedicarte a lo que verdaderamente te llena. Todo lo demás es para mi un completo absurdo», concluye.
Miriam Velilla Carón dice
Mi enhorabuena.
Rogelio Meseguer. dice
Enhorabuena, encontrar en la artesanía el oficio que nos llena es todo un éxito. En un mundo industrial la artesanía tiene un gran espacio porque son obras realizadas con cariño y mucha dedicación.