Hijo ilustre y paradigmático de una generación que hizo de la cultura su manera de posicionarse en el mundo, Stefan Zweig (1881-1942) fue el perfecto intelectual de comienzos del siglo XX en cuyas obras late un eco de derrumbe paralelo a la lenta ruina de Europa. Sin embargo, el fin de aquella utopía de progreso social e intelectual, compartida por tantos escritores y pensadores, que soñaba con una Europa culta, libre de fronteras y trabas políticas, se torna naufragio y adopta la forma de una pesadilla totalitaria con el imparable ascenso del nazismo. Este prohibe sus libros y le aleja progresivamente de todo lo amado y conocido hasta empujarle a un exilio errante que acabaría con el suicidio en una cama de hotel, junto a su esposa, en Petrópolis (Brasil).
Su conciencia del horror del totalitarismo y los abusos del Estado sobre sus ciudadanos no podía ser más aguda en aquellos angustiosos años 30. Fue entonces cuando llevó a cabo el proyecto de recuperar la voz menos conocida de uno de los escritores más famosos de todos los tiempos: LEV TOLSTOI, tratando de aferrarse, al mismo tiempo, a la experiencia de éste como remedio para sí mismo. Así, articula un libro en torno a un instante crítico en la vida del gran novelista ruso: un cataclismo existencial que le conducirá lenta y obstinadamente al estudio de la teología, a la búsqueda de Dios, la crítica del Estado y la revolución pacífica del alma humana: «LA REVOLUCION INTERIOR». Según ZWEIG, ningún autor contemporáneo, ni siquiera Marx o Nietzsche, dio lugar a la conmoción radical que supuso la obra de TOLSTOI para millones de personas en todo el mundo, tanto desde un punto de vista social como espiritual (cabe recordar el impulso vital de TOLSTOI para que Gandhi se lanzara a la acción pacífica).
A ZWEIG le interesa, pues, ese TOLSTOI ensayista, pensador radical y anarquista insobornable. Ese TOLSTOI que clama a favor de los derechos de los desposeidos; el que sostiene que el Estado es el gran encubridor de la injusticia social; el que mantiene que la creencia religiosa de cada individuo es inalienable, y que ningún poder externo puede implantar ahí su dominio. Así pues, y reuniendo ensayos, textos y algún cuento de esta última etapa de la vida del ruso, es como salió esta antología de escritos tan poco transitada que esta semana os recomiendo tan encarecidamente. La fuerza que transmite este libro es reveladora: «No hay forma de existencia más excelsa que la beatitud construida en el interior del alma humana mediante una revolución pacífica y moral».
Que disfrutéis de la Fuerza de TOLSTOI, pues al igual ZWEIG nadie es incapaz de sustraerse a las palabras del genio ruso.