Pasaban de las diez y media de la noche de este sábado cuando en el anfiteatro Pui Pinos empezaba el concierto de ‘Uña y carne’. En un escenario escasamente iluminado aparecía una proyección en la que Carlos Salado hablaba de este proyecto. Contaba el artista que llevaba tiempo soñando con él pero que le faltaba una voz que fuese mucho más que una voz. «Y entonces apareció Antonio Clavería». Estas palabras bastaron para que el anfiteatro estallase en un aplauso coral, fuerte, vibrante. Un comienzo a la altura de lo que estaba por llegar en la noche en la que la rumba tomó Pui Pinos. El haber agotado todas las entradas en menos de 12 horas auguraba que el público iba a entregarse en esta cita con ‘Uña y carne’. Así fue. Las 400 personas que pudieron acceder al anfiteatro -con aforo al 50% según medidas covid-, disfrutaron de una velada llena del ritmo frenético que caracteriza al grupo.
Antonio Clavería, alcañizano, sabía que tocar en casa iba a ser emocionante. Tras arrancar el concierto con ‘Pasa el canutito’, confesaba que no sabía ni qué decir ante un público entregado que disfrutó de la velada canción tras canción. Uno a uno fueron tocando los temas que componen su nuevo disco: ‘Lo que el tiempo no sabe borrar‘. Con música, pasión y energía fueron componiendo una velada única para un grupo al que merece la pena seguir la pista.