La falta de agua esta arruinando la cosecha para muchos de los agricultores y hortofruticultores de la rivera del río Tastavins. La sequía que el territorio padece desde principios de este año y la falta de regulación han provocado la ruina de buena parte de la cosecha por la falta de caudal en las acequias. El río lleva con muy poca agua en su cauce desde finales de primavera y está totalmente seco en muchos de sus tramos desde mediados de julio. Las consecuencias de esta situación son acequias con un caudal mínimo o directamente secas desde que comenzase a escasear el agua hace dos meses.

Desde entonces los agricultores, especialmente los de la parte baja de este río, no han podido efectuar ningún riego en muchos de sus huertos perdiendo todas las cosechas, principalmente tomates, cebollas, judías y otros cultivos recientemente recuperados como la alubia blanca y el garbanzo de La Portellada. «Fue el 10 de julio cuando pudimos regar por última vez muchos de nuestros huertos. A partir de entonces la acequia se secó y apenas llovió. Tendré suerte si recupero parte de la semilla que utilicé para sembrar», explica Víctor Vidal, agricultor ecológico y representante de los regantes del Tastavins en el Sindicato Central de Riegos del Matarraña.
Tampoco las lluvias que se produjeron los días 3 y 4 de septiembre, y que dejaron entre 100 y 75 litros por metro cuadrado en toda la cuenca del Tastavins tuvieron impacto en el río. A pesar de que las precipitaciones supusieron un riego vital para todo el campo, a muchos huertos y explotaciones llegó tarde. Aun menos tuvieron impacto en el caudal del río, que no experimentó el más mínimo aumento y por ello continúa totalmente seco. A ello se junta que en los últimos años los usos para agua de boca de la población, ganadería y turismo han mermado, de igual modo, los caudales disponibles.

El panorama no puede ser más desolador en muchos huertos. Matas de judías secas, tomateras que no pudieron fructificar por falta de riego y un sinfín de parcelas en las que no hay cosecha en el mes de la recolección por excelencia. «Esta todo seco, no vamos a poder aprovechar nada», añade Alin Nany, otro agricultor de La Portellada. Aunque la situación afecta de pleno a los agricultores, también deja sus consecuencias en el sector turístico. El paraje natural de El Salt se secó en mayo y aunque en junio resurgió gracias a las lluvias, permanece otra vez árido desde mediados de julio. Como es lógico, el paraje apenas ha recibido visitantes este verano y el Ayuntamiento canceló la regulación de los accesos al lugar. «No hemos regulado la zona porque al no haber agua no hemos tenido casi visitantes. Con la regulación de accesos creábamos 3 puestos de trabajo», explica Gloria Serrat, alcaldesa de La Portellada.
«La balsa de Comellares es vital»
Ante esta situación todas las miradas están puestas en la construcción de la balsa de Comellares. Se trata de un pequeño pantano que estaría ubicado en el barranco de Los Prados y tendría una capacidad de 3 hectómetros cúbicos de agua. Más que suficientes para garantizar caudales ecológicos y que permitan aprovechamientos de riegos, ganaderos y abastecimiento de agua de boca durante el verano.
En el caso del río Tastavins, de 34 kilómetros de longitud y con una aportación anual de unos 25 hectómetros, su curso no cuenta con ni una sola infraestructura de regulación. «Contamos con el anteproyecto, con todos los permisos y la CHE respalda el proyecto. Solo falta voluntad política para que comiencen las obras de una infraestructura vital para nosotros», añade Ricardo Blanch, alcalde de Peñarroya de Tastavins y representante de los municipios en el Sindicato de Riegos.
Es el Estado el que tiene la competencia y responsabilidad para construir esta balsa consensuada entre todos los agentes políticos y sociales del Matarraña. Su coste ascendería a 5 millones de euros. «Es una cuantía más que asimilable para el ejecutivo central y tendría un gran retorno económico. Un kilómetro de autovía cuesta 11 millones. Todo dependerá de una decisión política», subraya Vidal. Las recurrentes sequías y estiajes también han provocado que en los últimos años se hayan perdido concesiones de históricas acequias. La situación lastra, de igual modo, a nuevos agricultores que en los últimos años han venido apostando por recuperar huertos y producir cultivos autóctonos, cada vez más demandados por el consumidor. «Estamos recuperando cultivos y apostando por el producto de calidad pero sin agua y sin acequias no podemos emprender y tomar la iniciativa», concluye Víctor Vidal.
Demasiados años de desidia.Durante los dos últimos presupuestos generales se presentaron enmiendas por parte de Teruel Existe para que hubiera partida presupuestaria para empezar con tres balsas Comellares en Peñarroya de Tastavins,(Río Tastavins) plans Serrats en el río Algars, y Vall de la Figuera en Torre del Compte. Sabéis quién voto a favor de las Enmiendas?
Tenemos lo que nos merecemos, políticos de pacotilla que no han sabido desviar en Madrid ni la calderilla de cualquier chorrada que malgastan en los territorios que ya lo tienen todo
Y luego se les llena la boca a los partidos políticos (todos incluidos), cuando hay elecciones, de que van arreglar la despoblación. Cuadrilla de mentirosos.