Una tradición de la Hermandad del Silencio que cada año se consolida
La Hermandad del Silencio celebró ayer por la mañana en el cementerio municipal de Alcañiz uno de sus actos más tradicionales y, a la vez, más desconocidos entre los vecinos. Ofició la Oración por los Difuntos, en la que los protagonistas son los claveles rojos que vistieron al Cristo del Silencio durante la procesión del Jueves Santo.
En este sentido, cada vez son más las familias de hermanos fallecidos las que acuden y recogen de manos de los Hermanos Mayores, Nacho Dobato (de Honor) y Pilar Espada (de Turno) una flor que luego colocan en los nichos. Por su parte, la nueva presidenta de la Hermandad, Ana Belén Fuster, agradeció la asistencia a los presentes, muy emocionados por recordar a sus seres queridos fallecidos.