La suerte sonrió a tres localidades bajoaragonesas con un quinto premio de la Lotería de Navidad. Se puede tomar también como premio a la perseverancia ya que el 49.760 es uno de esos números con público fiel desde hace décadas. Este apego hizo que los Velilla Aguilar lo siguieran vendiendo en su tienda de Torrecilla de Alcañiz desde marzo. Siempre se había dispensado en el multiservicio que regentaba la segunda generación familiar pero cerró con el inicio de la pandemia. «Nos hicimos cargo de venta de prensa y lotería para que no se perdieran estos servicios en el pueblo con el cierre», reflexiona Rosa Aguilar con el 22 de diciembre de 2020 más reposado. «Estas fechas siempre son un no parar y este año, ya que no podemos juntarnos muchos comensales y no es necesaria tanta cantidad, la gente opta por cenas selectas», apunta Antonio Velilla, al frente de la carnicería. No obstante, estos pedidos son anteriores y vaticinan que el quinto premio se notará, a efectos materiales, más adelante.
Lo que sí están experimentando es «la locura por el Niño» con llamadas solicitando décimos, algo imposible porque «no hay tanta lotería» como en Navidad. Una de estas tardes atendió tres llamadas por este motivo. «Eran personas de tres pueblos diferentes y entre las tres querían 800 décimos… Nos encantaría pero es que no hay. Y el que antes llevaba un décimo ahora quiere tres y no es posible», apunta Antonio. «El quinto premio se nota directamente en la alegría de la gente porque fue muy repartido. Nosotros tenemos los mismos clientes pero mucho más contentos… Y nosotros también por haberlo vendido», celebra el matrimonio.
La lotería y sus anécdotas sacan una sonrisa a todos tras la mascarilla, incluso a los no agraciados. «Me enteré por la radio en el tractor recogiendo olivas y no había duda porque es el número que jugamos cada semana», sonríe Ángel Luis Pellicer, agricultor y ganadero. «No es buen año para la oliva y, aunque en el campo estamos acostumbrados a esto, que venga un premio sin esperarlo se agradece», añade y dice que lo que pueda lo «gastará en el pueblo».
Parece que esta buena intención se aprecia en los comercios. «Hay otra alegría, la gente está más predispuesta a compartir porque ha sido un año duro para todos y esto nos ha dado un poco de vidilla e ilusión», dice Sebastián Rabadán. Es uno de los nuevos gerentes del bar y multiservicio desde septiembre, cuando se volvió a abrir tras su cierre en marzo. Él no llevaba décimo pero es testigo de todas las alegrías y debates. «Cuando vienen al café o la caña se preguntan si han cobrado, cómo lo hace uno, cómo lo hace el otro… Es novedad, no es habitual que toque la lotería», comenta divertido. Mientras no se abra el bar del hogar del jubilado, es el único para un pueblo de poco más de 400 habitantes en el que ofrece desde almuerzos hasta comida para llevar además de los cafés de diario. Al poco de abrir tuvo que trabajar sólo en terraza, así que, poder disponer del interior aunque sea con aforo, lo toma como su particular premio. Para 2021 desea «no echar marcha atrás con las restricciones y estabilidad en ese sentido». Cabe recodar que los bares rurales se reivindicaron en noviembre como «servicio esencial» en los pequeños pueblos.
Como reza uno de los lemas promocionales de Loterías del Estado, la mayor alegría del premio es compartirlo y esto se está cumpliendo en Torrecilla y también en Alcañiz y Luco de Bordón desde donde el premio ha viajado a muchos sitios. «Que lleguen «perricas» sin esperarlas está muy bien y más, a tanta gente. No sé si es eso, pero creo que algo se nota», apunta la carnicera Mª Pilar Lorenzo, que sigue preparando pedidos, varios para fuera de Torrecilla. «Le ha llegado premio a gente del pueblo y a mucha de los cercanos o se ha ido a Zaragoza o Barcelona a las casas de descendientes», señalan desde una de las mesas que toma el café en el multiservicio.
El 49.760 -agraciado con un quinto premio- fue vendido íntegramente desde la Administración Nº1 de la calle Blasco de Alcañiz con 172 series que suponen un premio de 10.320.000 euros (60.000 euros la serie y 6.000 euros cada décimo). Salió a Torrecilla, donde se repartieron alrededor de 4,2 millones de euros; y a Alcañiz y Luco de Bordón donde fue dispensado en su mayor parte por dos asociaciones. San Cristóbal en Alcañiz vendió unos 250 décimos entre asociados, y la agrupación cultural Virgen del Pilar de Luco repartió 3,9. Lo hizo en papeletas vendidas sobre todo en verano, por lo que «ha llegado a muchos sitios más allá del pueblo». En ninguna han barajado planes sobre una especial celebración. Además de que «es pronto» y el trámite de cobro no es tan ágil como gustaría, la situación sanitaria no lo permite. Hay que esperar a mejores tiempos y ahora toca «prudencia y responsabilidad».
Torero dice
La lotería tiene todos los reproches morales que le haría un calvinista, pero siempre que el juego no te cause problemas, especialmente si juegas un pequeño importe, tiene las ventajas dopantes que produce el juego o el consumo con un beneficio social, es un impuesto, voluntario y poco gravoso, y con efectos psicosociales, como dice el articulista y en el improbable caso que obtengas un premio de cierta entidad debe ser la re leche.