Miguel Santesmases, además de director de cine, es profesor de universidad y fotógrafo, una disciplina con la que ha expuesto en algunas ocasiones, una de ellas dentro de PhotoEspaña. Su última película es «Madrid above the moon» (2016) disponible en la web de Zavijava Films, productora que ha fijado en Belmonte de San José.
Puede verse la importancia del paisaje, que es más que un escenario. En sus trabajos es el contexto y un actor más. Así se adivina también en «La fuente amarilla» (1999), «Amor, curiosidad, prozak y dudas» (2001), «Días azules» (2006), «Los colores de las flores (2010) y «El porvenir de mi pueblo» (2019).
Prepara ‘Tierra Baja’, una película que rodará por completo en el Bajo Aragón y en la que el paisaje será mucho más que un escenario.
Acaba de ubicar su productora en Belmonte y está preparando su primera película. ¿En qué punto está?
Queremos comenzar a rodar en septiembre de 2022 y para eso tengo que estar bien preparado y es lo que estoy haciendo ahora. Estoy analizando las complicaciones que nos podemos encontrar y cómo solucionarlas y viendo las localizaciones. Ser también fotógrafo me ayuda mucho porque cuando tengo una duda voy al lugar, lo fotografío y lo estudio. Ayer mismo -por el lunes- hice eso con una escena y lo que tenía en la cabeza no se podía hacer. Tuve que volver horas después, volverlo a mirar, a pensar, y encontré cómo se hacía. Fue estupendo pero esto no lo puedes hacer durante un rodaje, allí tienes que ir con las decisiones ya tomadas. Por otro lado, la relación está bastante creada tanto con el alcalde de Alcañiz, que está muy por el proyecto, como con el alcalde y las concejalas de Belmonte. Entre todos creo que vamos a ir por el buen camino.
Es fundamental que las instituciones estén a favor.
Es muy importante y es así desde el principio. En el caso de Alcañiz estuve con Ángeles González-Sinde contándoselo a Ignacio Urquizu y enseguida vio que era muy bueno no solo como apoyo a la Cultura sino para proyectar la imagen de Alcañiz fuera de Aragón. Es genial que vengan las plataformas a rodar en la zona unas escenas pero nosotros vamos a rodar toda la película en el Bajo Aragón.
¿Qué cuenta ‘Tierra Baja’?
Es un drama romántico con el reencuentro de una pareja 30 años después. Ella lleva un par de años viviendo aquí, lugar al que regresa, y a través de su vida conocemos cómo es la vida en el pueblo, un pueblo indefinido del Bajo Aragón. Su grupo de amigas es el que empuja dándole actividad para que no sea invisible y desaparezca y es la parte que más me interesó. Ella trata de sacar adelante una masía peleando constantemente por hacerla rentable, lo mismo que hace la mayoría de gente y en ese sentido retrata algo muy cercano. Está bastante documentado porque hemos hablado con mucha gente y quiero que tenga ese fondo de realidad pero dentro de ese contexto hay una historia romántica de amor, o desamor o de incertidumbre sobre el amor.
Como descendiente de Belmonte, ¿cuál es y ha sido su relación?
Tengo mucha familia en Belmonte, he venido desde niño y siempre me gustó mucho. Me escapaba siempre que podía cuando era niño, menos niño y a los veintitantos dejé de venir cuando murió mi abuela Nieves Mur que tenía una finca en el pueblo. Estaba muy unido a ella y empecé a venir otra vez con los años, cuando fui encontrando la manera de reconectar con ese espacio. Es un poco también lo que se cuenta en la película, que evidentemente tiene raíces autobiográficas. La protagonista ha vivido una historia parecida en eso. Creció aquí y se fue a Madrid a vivir y trabajar como guionista y regresa.
Ese miedo es el de muchas poblaciones, el cierre de casas cuando mueren los abuelos.
Mi abuela era muy valiosa y llena de energía porque a sus más de 70 años movía la finca y lo hacía funcionar todo. Sigue funcionando y vemos lo difícil que es lo que hacía. Yo he plantado almendros y recogido aceitunas porque ella nos empujaba a todos los nietos y cuando desapareció quedó un vacío muy grande.
Ya hizo en Belmonte el documental sobre Juan Pío Membrado, ¿cómo se fraguó?
Me interesa muchísimo la fotografía inicial de mediados o final del siglo XIX, y Alberto Bayod -ahora alcalde de Belmonte- publicó un libro sobre la historia pero a mí me parecía que era un catálogo sobre la fotografía del Bajo Aragón. El libro me parece una maravilla y creí que debía estar en una película. Tengo a mi tío Ramón Mur de experto en la familia y tras leer ‘El porvenir de mi pueblo’ le convencí para escribir algo a medias. Salió esta pieza de homenaje para que no cayera en el olvido y conectar a las siguientes generaciones con la idea de que los pueblos tienen que tener un porvenir. Lo proyectamos en Belmonte donde fue muy bien recibido y están muy a favor de este nuevo proyecto también. Esa pieza nos permitió además conectar con Alcañiz, donde la presentamos y forma parte del camino hacia la película.
La idea de ‘Tierra Baja’ ya está desde hace tiempo entonces.
Tres o cuatro años llevo trabajando la idea. Cuando tuve la historia vi que le faltaba algo que una guionista podía aportar porque la protagoniza una escritora de guiones y novelas. Pensé en Ángeles González-Sinde. Le encantó, empezamos a trabajar juntos y eso fue otro paso. Las películas se hacen por gente que va entrando y haciendo crecer el proyecto. Su aparición fue decisiva porque tenemos un guión muy bueno y ahora cuando hay que buscar fuentes de financiación tengo un proyecto muy bonito pero, sobre todo, un guion muy bueno que les costará rechazar… Alguno lo hará pero le costará (ríe).
Se desveló a Aitana Sánchez-Gijón como protagonista.
Sí, es genial. Le gustó el guión y quiere hacer la película.
¿Todas las localizaciones son aquí?
Alcañiz y la gran parte en Belmonte en algunas carreteras y sitios muy atractivos. Estos paisajes no se han reflejado en el cine y es una oportunidad. Es una tierra extraordinariamente hermosa y dura a la vez y eso es muy interesante para el cine porque tiene componente emocional. No es una belleza idílica.
¿Qué se puede saber del resto del equipo y producción?
Cuando las películas salen bien es porque las hace un grupo formado por gente muy buena. Quiero que una parte del equipo técnico sea de Aragón y lo estoy buscando, y otra parte está compuesto por gente que ha trabajado conmigo o con la que quiero trabajar. Estoy trabajando con profesionales de primer nivel porque quiero que hagamos una película de primer nivel, como por ejemplo, y por mencionar uno, el jefe de sonido de la película es Eduardo Esquide que el sábado recibió un Premio Goya -lo ganó por ‘Adú’-. Mi idea es trabajar con un presupuesto diferente, un poco más pequeño de lo que suele costar una producción así, y rodarla en un mes en vez de en siete semanas. Aparte de los dos protagonistas, el resto de actores van a ser aragoneses y estamos buscando gente ya sea de aquí, porque he oído que hay actrices y actores por la zona, o del resto de la comunidad. Haremos el casting el próximo año pero ya estoy al tanto porque me interesa lo que haya por aquí, cuanto más cerca mejor.
En cuanto a búsqueda de financiación aragonesa y los Goya, quizá las instituciones estén más receptivas con el éxito de ‘Las niñas’...
Es una película muy buena y Pilar Palomero es una directora increíble y se ve. Con los premios las instituciones pueden ver que el dinero que invierten es rentable porque pueden pasar cosas tan chulas como a esta película. Es una suerte porque es bueno para todos.
¿Cuántos proyectos se plantean con Zavijava Films?
Unos cuantos. Estoy trabajando en una pieza documental de cinco minutos sobre el viento y también trabajo en Realidad Virtual Narrativa. Estoy explorando las posibilidades que tiene para contar historias y ahora que tengo mi propia productora voy a hacer una pieza de realidad virtual narrativa aquí. Hay más ideas, estoy explorando para qué me puede servir esta empresa y viendo qué puedo sacar adelante con ella pero es una oportunidad y la pienso aprovechar. Le puede servir a otros empresarios de la zona que necesiten proyecto audiovisual y dar visibilidad.
Entiendo que todo este camino por hacer y sus vínculos familiares son las razones de ubicar la productora en Belmonte de San José. En Madrid todo sería más fácil.
Me parecía que el lugar debía ser Belmonte, era como mi oportunidad… Es como una deuda que tengo con el lugar y uno dos cosas que me interesan tanto como es el cine y el pueblo. Con la componente virtual, las productoras pueden estar en cualquier sitio. Estoy en Belmonte y en todas partes, sólo necesitamos que llegue la banda ancha a todas partes. A lo mejor con el tiempo llega, eso espero porque en algunos sitios la cobertura no existe. Con tecnología el mundo está abierto y puedes poner un proyecto en Belmonte en el que esté trabajando gente de todo el planeta. Hay un camino que abrir y creo que lanzar esta empresa también implica una dosis de optimismo porque todavía no hemos salido de la pandemia y el futuro es un poco incierto. Creí que el momento era ahora para que dentro de un año, cuando realmente ya hayamos salido, llevemos un año organizándonos y estemos preparados.
Sergio Martinez dice
Llevo muchos años diciéndolo. La banda ancha es el camino… Gracias a ella se puede romper el círculo vicioso de «no hay servicios porque no hay habitantes, no hay habitantes porque no hay servicios…»
Ferran Bonet dice
Gracias y enhorabuena Miguel, x apostar x tus raíces… explorando de una manera sensata y sosegada, lo que al alma apasiona. En vez de limitarte en «imaginación al poder» tú demuestras el poder de la imaginación!!
Sonia Lanuzza dice
Genial Miguel. Por aquí tenemos viviendo a grandes actores y actrices que están deseando participar en tus proyectos audiovisuales.
Maria+Cruz+Ariño+Soler dice
Suerte y gracias.
Carlos dice
Enhorabona Miguel! ☺️????
Juani Montañés vidal dice
Soy nacida ace 61 años en Andorra Teruel,e echo 3 obras de teatro en la casa de cultura de Andorra Teruel, megustaria mucho participar en su película, les doy las gracias de antemano y espero que se acuerden de mí, atentamente juanime7042@gmail.com