Ahora, aterrados lectores, que ya sentimos cerca el inquietante aliento que expande la festividad de Todos los Santos desde hace siglos (aunque en estos últimos tiempos ha sido vanalizada hasta el ridículo), bueno es que os proponga la lectura de un libro, recien llegado a las librerías, poblado de misterio y estremecimiento.
Un libro de trece relatos que transcurren en lugares apartados del mundanal ruido, en verdes valles y tranquilas zonas rurales… Escenarios solitarios en apariencia idílicos, pero poblados por invisibles presencias de antiguos dioses paganos, oscuros lares, genios y larvas, capaces de conducir a la locura a los ingenuos seres humanos que caen en sus trampas: «EL VIENTO EN EL PÓRTICO. 13 CUENTOS DE FICCIÓN OSCURA».
El autor de esta auténtica maravilla de terror contenido, de fantasía desbocada, de fértil imaginación y de una inmensa erudición fue el primer Barón de Tweedsmuir, JOHN BUCHAN (1875-1940), nacido en Escocia y estudiante de cultura clásica en Oxford. BUCHAN fue en su vida muchas cosas: abogado, editor, periodista y diplomático; reportero para The Times, oficial de inteligencia del Ejército Británico y Gobernador General de Canadá. Pero su verdadera afición y por lo que ha pasado a la historia, fue la literatura. Publicó un centenar de obras -novelas, ensayos históricos, biografía, poesía…, y cuentos de misterio-, y está considerado el pionero de las novelas de espías, aunque nunca alcanzó la fama hasta que Alfred Hitchcock llevó al cine su novela «Los treinte y nueve escalones» en 1935. Su caso, pues, es parecido al de Conan Doyle con su Sherlock Holmes, ya que esta profusa obra literaria de BUCHAN ha quedado enterrada bajo el prestigio de una sola novela y un solo género. Aunque los críticos y lectores coinciden en que lo mejor de este escocés, con mucha diferiencia, son sus relatos de misterio. Esos relatos que hoy os recomiendo encarecidamente en esta cuidada edición que ha publicado la editorial Valdemar; y que nos hablan de presencias paganas ancestrales, antiguas leyendas, apariciones fantasmales… pero, lejos del melodrama gótico más truculento, estas historias están presididas por una sutil ambigüedad que logra hacer compatible la explicación racional y la interpretación sobrenatural de lo narrado.
Para todo ello, BUCHAN recurrió a menudo a baladas populares y a leyendas y criaturas mitológicas de la tradición escocesa.
Mención especial merecen «Tendebant Manus» -una pequeña obra maestra sobre un hombre poseído por la personalidad de su hermano muerto- y «Punto de partida», posiblemente uno de los mejores y más originales relatos de casa encantada jamás escritos.
En fin, amigos, creo sinceramente que este es todo un festín de misterio para esa inquietante noche de Todos los Santos.
Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz