De Alcañiz a Nepal en moto para intercambiar más de 500 gafas por sonrisas

El óptico-optometrista Óscar Pérez ha viajado durante cuatro meses por 15 países, entre ellos, Turquía, Irán, Pakistán e India

Una moto, cuatro meses, quince países y más de 500 gafas -graduadas y de sol- intercambiadas por otras tantas sonrisas. Son las cifras que resumen el viaje en solitario de Óscar Pérez, óptico-optometrista y propietario junto a su mujer, Carmen Hurtado, de Ópticas Bajo Aragón. Salió de Alcañiz el 2 de mayo de 2022 y, tras atravesar estados como Francia, Italia, Eslovenia, Croacia, Bosnia, Albania y Grecia, llegó a Capadocia, en Turquía. Si hasta entonces ya había vivido mil y una aventuras hospedándose en casas de locales -como cuando conoció a Paolo, un jubilado italiano que pegó chillidos de emoción yendo de paquete en su moto hasta Venecia-, a partir de ahora iba a asomarse al abismo de lo inesperado.

En la región árida, de Chimeneas de hadas, sobrevolada por cientos de coloridos globos aerostáticos, se reunió con unos amigos para grabar un documental. Un resumen -cuyo adelanto tuvieron la suerte de ver el medio centenar de personas que este jueves asistieron a la charla organizada por Otras Miradas- sobre cómo unas gafas pueden hacer que una mujer que solo trabajaba con el algodón en un taller de alfombras tenga ahora un puesto de tejedora. O cómo otra señora que le daba de comer a su marido garbanzos y lentejas revueltas con pequeñas piedras que no distinguía, ya no romperá más muelas.

Óscar Pérez repartiendo gafas en un colegio de Capadocia./ Imagen cedida

Fueron estos colegas, que se pusieron detrás de la cámara para enseñarnos cómo con pequeños gestos (como donar las gafas que ya no necesitamos) podemos cambiarle la vida a otras personas, quienes pasaron por el control del aeropuerto casi todas las lentes. Llevaban una carta de una ONG que explicaba su cometido, y un policía abrió una de las maletas. Sacó unas gafas pequeñas, las miró, las devolvió al equipaje y les dio permiso para continuar con el viaje. Muchas de estas lentes para niños llegaron -tras pasar por Irán- hasta el pueblo de Hushé, en Pakistán, donde la Fundación Sarabastall de Caspe, de la que Óscar es socio, lleva años trabajando junto a Sebastián Álvaro, del programa de aventura ‘Al filo de lo imposible’. Allí han creado un refugio de montaña, un colegio y han formado a muchos maestros. El óptico-optometrista llegó al lugar caminando, justo al final del trekking del K2.

Óscar continuó por India y llegó a Nepal. En las montañas de estos países conoció a muchas personas que viven aisladas, con pocos recursos económicos, con prioridades básicas como comer o vestir a sus hijos y sin posibilidad alguna de invertir en unas gafas. Para Óscar fue el «viaje de su vida», como contará en un libro que espera ver la luz en unos cinco meses. Cabe la duda de cómo será el capítulo final, ya que el óptico-optometrista nunca llegó a decir adiós. Después de unas dieciséis semanas sobre dos ruedas, cogió un avión de vuelta a España y dejó la moto allí. Una excusa con fecha de vuelta, en concreto, el próximo 10 de marzo. Desde allí dice que continuará hasta Tailandia, aunque con la gasolina que le corre por las venas, que a nadie le extrañe si pisa un nuevo continente.

La ultima actualización de esta noticia fue 16 Feb 2023 16:13

Ver comentarios (5)

  • Bravo por Óscar.
    Gran viaje, gran experiencia, y una muy buena ayuda para que la gente tenga cosas extraordinarias que aquí nos parecen normales.

    Hurra!

  • No hace falta irse tan lejos para hacer una buena labor social. Aquí entre nosotros hay muchas personas con necesidades que no pueden permitirse pagar el precio exorbitado de lo que cuestan unas gafas en una óptica.

    • Darle unas gafas a tu vecino pobre no es "guay", no vende en instagram, lo que mola es hacerse tropecientos mil kilómetros y engordar el ego.

  • Somos conscientes de que la necesidad también está cerca y por ello actuamos para ayudar a que todos los que necesitan unas gafas puedan tenerlas, para ello colaboramos con Cruz Roja, Cáritas, Ayuntamientos y servicios sociales de varias comarcas y juntos conseguimos gestionar cientos de gafas a muy bajo coste prescindiendo de beneficio y sin hacer publicidad de ello. Esto es ayuda directa y cercana.