Carmen Hurtado: «Es una gran satisfacción representar a las mujeres que con esfuerzo y pasión logran llevar adelante sus proyectos empresariales»

Fue muy emotiva. Después de este año que hemos pasado, tan diferente y lleno de momentos complicados, te llena de satisfacción recibir este premio.

Estaba en el trabajo y me llamó la antigua presidenta, María Jesús Herrero, para decirme que por unanimidad me habían concedido el premio. Para mí es una enorme satisfacción poder representar a todas aquellas mujeres empresarias del medio rural, en especial en el Bajo Aragón Histórico, que con gran esfuerzo y pasión logran llevar adelante sus proyectos empresariales. Además en estas zonas, que son un poquito más difíciles, pero que están llenas de vida. También tenemos derecho a tener todas nuestras necesidades cubiertas.

Desde mi humilde situación creo que sí. Todo desde la pasión que tengo por mi trabajo, porque la verdad es que me encanta el poder ofrecer este servicio tan concreto que es la óptica y la ortopedia en Andorra y poder ayudar así a esas personas. Es importante que estas mujeres que deciden montar su empresa vean que también es posible hacerlo en estas zonas, que nos sentimos muy arropadas por los que nos rodean.

(Ríe) No. Yo provengo del sur de Alicante, de un pueblo que se llama Almoradí, de unos 20.000 habitantes. El hecho de llegar a esta zona -primero llegamos a Andorra- fue porque mi marido y yo somos óptico-optometristas y queríamos montar nuestra empresa en una zona que no tuviera mucha competencia, porque en Alicante estaba todo muy saturado. Mi padre era representante de calendarios y bolígrafos, el antiguo ‘viajante’, tenía asignada esta zona y nos trajo a Andorra. Nos encantó como pueblo. Luego seguimos con Alcañiz y Calanda porque es una zona maravillosa. Estamos súper acogidos y súper encantados de pertenecer a este territorio.

No, para nada. No teníamos ni familia aquí. Nos vinimos mi marido y yo a la aventura, además yo estaba embarazada de siete meses. Aunque sí que es verdad que conocíamos a personas que nos ayudaron a asentarnos, a las cuales estaré siempre eternamente agradecida.

Al principio, imagínate… Llegamos a Andorra a un pisito que no tenía ni calefacción desde Alicante. Lo recuerdo muy intenso porque además, como he dicho, yo estaba embarazada. Pero poco a poco la gente nos fue conociendo, fue confiando en nosotros y hasta ahora. Al año siguiente de llegar a Andorra decididos montar óptica en Alcañiz porque nos decían que iban a cerrar la Central Térmica… y fíjate, la cerraron el pasado año. Junto a mi marido, que es bastante lanzado en este aspecto, fuimos adelante y abrimos en Alcañiz, luego en Calanda y en un momento tuvimos también una pequeña óptica en Valderrobres y hasta ahora.

El balance que hago es totalmente positivo y satisfactorio. Me siento como una más en este territorio tan maravilloso. Me encanta Aragón, siempre lo digo. Y nada, a seguir adelante y a luchar, porque nos lo merecemos y porque esta zona lo vale.