El Centro Joven de Alcañiz acoge una experiencia de realidad virtual para concienciar sobre la violencia de género

Descubrir las señales de alerta, vivir en «carne propia» situaciones de desigualdad y ver más allá de la expresión «violencia de género». Es lo que consigue la exposición titulada ‘La Desigualdad es real’, una muestra basada en la realidad virtual que ha acogido este domingo el Centro Joven de Alcañiz.

Se trata de una propuesta del Instituto Aragonés de la Juventud creada por Océano Atlántico en colaboración con el Área de Infancia y Juventud del Ayuntamiento de Alcañiz, y enmarcada en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, que pretende concienciar sobre esta lacra social. «No queríamos dejar desapercibido este 25 de noviembre, y queríamos poner en marcha actividades 100% seguras donde no olvidáramos algo tan importante como es la reivindicación contra la violencia de género. Este 25 de noviembre es muy importante y queremos que no sea invisibilizado por la problemática de la pandemia», ha recalcado Susana Mene, Concejal de Infancia y Juventud. «Es un tema complicado de exponer y es una buena forma de que los jóvenes se sientan atraídos», ha destacado María Gascón, directora del Centro Joven.

La exposición integra varias actividades, las cuales usan diferentes dispositivos tecnológicos que conforman la experiencia virtual. Por un lado se utiliza la realidad aumentada, que introduce al usuario en una historia en la que puede experimentar «sensaciones reales» relacionadas con esta temática. «Utilizamos numerosos avances tecnológicos, como son las gafas de realidad virtual, y con ellos conseguimos meternos en situaciones en las que ahondar sobre las diferentes dificultades que experimenta la mujer, por ejemplo, cuando está siendo acosada por varios hombres en la calle», ha explicado Alejandro Zaldivar, responsable de contenido.

Otra parte de la exposición se centra en los denominados «carteles de realidad» que presentan una imagen detrás de la cual se pueden descubrir diferentes historias relacionadas con la desigualdad a través de una pantalla.

El otro punto de realidad aumentada con el que cuenta la exposición radica en la utilización de hologramas de figuras femeninas destacadas para visibilizar sus logros. «Por ejemplo, el limpiaparabrisas, el wifi o las cámaras de seguridad las han inventado mujeres, son cosas que la gente desconoce, por lo que intentamos enseñar esa parte de historia de la mujer que es desconocida por el hecho de serlo».

En otro punto de interés de la exposición, una fotografía en 360º muestra diferentes situaciones entre una pareja, los indicadores de riesgo y las señales de alerta. El usuario es el encargado de detectarlas.

Al final de la experiencia virtual los usuarios se someten a un juego interactivo, en el que tienen que responder a diferentes preguntas. «Tienen que elegir las respuestas correctas que han conseguido entender con esta exposición».

El mensaje va dirigido a todo tipo de público a partir de los 12 años, aunque en este caso los jóvenes son los destinatarios predilectos ya que se utilizan elementos tecnológicos muy innovadores que todavía se encuentran en desarrollo. Sin embargo, también es una buena oportunidad de abrir las nuevas tecnologías a públicos de mayor edad. «Tener acceso a estos recursos y poder usarlos para un tema tan importante como es la violencia de género, es algo que nos da mucha libertad a la hora de crear contenido», ha puntualizado Zaldívar.

Este proyecto surgió en 2019 y ha pasado por diferentes etapas y actualizaciones. Ha tenido un importante recorrido por otras localidades, institutos y varias entidades. «Nos pilló el covid en el punto álgido y tuvimos que pararlo, adaptarlo y relanzarlo de nuevo», ha explicado Alexander Cabeza, encargado del área de informática del proyecto.

La actividad se ha desarrollado en tres pases con inscripción previa, para controlar el aforo permitido. Ha contado también con el apoyo de diferentes monitores que han ido asesorando a los usuarios en cada una de las experiencias propuestas. Asimismo, ha estado sujeta a los protocolos y normativas vigentes: uso obligatorio de mascarilla, toma de temperatura, desinfección de pies y manos así como de los elementos tecnológicos, entre otros.