¿Cómo se hace una mona de Pascua? Así es el proceso que puede durar hasta 4 horas

VÍDEO. Las monas con los muñecos de Minnie y Mickey Mouse, las princesas de Disney, Tom y Jerry, Piolín o Shrek son siempre las más vendidas

Casitas, huevos o figuras como dinosaurios, botas de fútbol y zapatos de tacón son algunas de las monas de Pascua que repiten año tras año. La tradición manda que los padrinos se las regalen a sus ahijados y, por eso, no es de extrañar que las acompañen muñecos salidos de películas o dibujos animados. De hecho, estas delicias de chocolate se venden mucho más por la figurita que llevan que por su forma. Minnie y Mickey Mouse, las princesas de Disney, Tom y Jerry, Piolín o Shrek son algunos de los personajes infalibles.

Las monas más pequeñas como los huevos pueden medir 10 centímetros, las casitas alcanzan los 14 centímetros y las más grandes como las setas pueden pesar más de un kilo. El nexo común de todas ellas es el chocolate, su único ingrediente, que puede ser negro, con leche o blanco. Con él se rellenan distintos moldes y una vez enfriadas las piezas se montan para obtener la mona. Después se pintan en chocolate templado o con las piezas frías para que parezcan aterciopeladas. Y como toque final se decoran con figuras, pollitos y flores de azúcar.

Las monas de Pascua esperando en las bandejas a ser decoradas./ María Celiméndiz

Aunque la elaboración suene rápida, cada proceso lleva su tiempo. Solo fundir el chocolate cuesta entre 10 y 15 minutos, templarlo otros 8 y enfriarlo muchísimo más. «Realizar una mona de manera artesanal puede llegar a costar entre 3 y 4 horas», cuenta el pastelero alcañizano Antonio Alejos. Este tiempo de producción se logra acortar cuando las figuras se hacen en serie: un día se rellenan todos los moldes, la jornada siguiente se montan las figuras, y por último se pintan.  

La venta de las monas comienza el Domingo de Ramos y alcanza sus mayores picos el Jueves y Viernes Santo. Aunque ahora estas figuras estén de moda, en el Bajo Aragón no eran habituales en la década de los 50. El padre de Antonio Alejos comenzó a realizarlas sobre el 55 y años más tarde, cuando él mismo empezó a trabajar en la pastelería familiar solo se seguía vendiendo alguna que otra mona. «Ahora el mercado está sobresaturado, aunque la mona artesana de la casita con los huevos no se suele ver mucho y no tienen competencia», explica Alejos.

La ultima actualización de esta noticia fue 5 Abr 2021 13:09

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