El territorio empieza a valorar daños después del temporal

Se está comenzando a actuar de urgencia en los puntos más conflictivos como la N-420, que ya está abierta al tráfico

Se está comenzando a actuar de urgencia en los puntos más conflictivos como la N-420, que ya está abierta al tráfico

El Bajo Aragón Histórico y las Cuencas Mineras respiran tranquilas después del temporal de lluvia. Los municipios comienzan a hacer balance de los daños de las riadas que han dejado riberas y caminos impracticables en las cuencas del Guadalope, Martín y Matarraña. Una de las incidencias más importantes se produjo en el túnel del Puerto de Sant Just, en la N-420. Después de que se desprendiese una malla protectora el viernes, la normalidad se recuperó ayer por la tarde tras permanecer todavía cortado al tráfico uno de los dos carriles de acceso. . Los deslizamientos a causa de la lluvia provocaron que la malla cediese debido al peso que soportaba. Por todo ello técnicos de Fomento van a solicitar una actuación de urgencia para evitar futuros desprendimiento.

A pocos kilómetros, en Utrillas, el consistorio continua trabajando para reparar los desperfectos que ocasionaron los más de 150 litros por metro cuadrado que dejó el temporal, provocando daños en el colector municipal que conduce las aguas fecales a la depuradora, desprendimientos de rocas cercanas a la carretera nacional y desperfectos en el Parque Temático de la Minería y el Ferrocarril, sobre todo en el trazado de la vía de tren donde los arrastres del agua han arrancado el balasto sobre el que apoyan las traviesas de la vía del tren. La mayor parte de los destrozos han sido ocasionados por la fuerza del agua que en la noche del viernes que arrastró troncos, piedras y maleza por el cauce  del Río.

Cortes de luz y azudes dañados

La intensidad de las precipitaciones provocó de igual modo incidencias en el suministros eléctrico en algunas localidades. En Torre del Compte el fallo de un transformador provocó que los abonados estuviesen el viernes por la tarde hasta 4 horas sin suministro eléctrico. Por su parte Monroyo y Peñarroya de Tastavins registraron varios microcortes de fluído aunque la incidencia se subsanó rapidamente.

El gran caudal que llevó el Matarraña desde su cabecera provocó daños en varios azudes del curso del río. En Valderrobres el azud de la acequia de Mas de Belenguer sucumbió a la fuerza de las aguas. Los regantes, explican, ya advirtieron a Confederación Hidrográfica del Ebro de que el mal estado de la presa provocaría su rotura ante la primera avenida de grandes dimensiones. «Llevamos años pidiendo que reparen este azud y que nos dejen actuar. Ahora se ha quedado muy dañada y nosotros no podemos asumir su reparación», explicó Alberto Riba, regante de esta acequia. También en Beceite el azud de derivación del trasvase Matarraña-Embalse de Pena se vió obstruído por la acumulación de sedimentos, lo que provocó que el pequeño sifón por donde se deja el caudal ecológico se taponase y el río se mostrase paradógicamente seco en varios tramos del paraje natural del Parrizal.

La gota fría más extensa desde 1957

La responsable de esta situación generalizada de lluvias importantes fue una Depresión Aislada en Niveles Altos, DANA, más conocida como gota fría, que vino acompañada de una entrada de vientos de componente Este, cuyo origen se situó en el centro del mar Mediterráneo. El temporal pasará a la historia, no tanto por registros concretos si no por ser uno de los más generalizados y extensos que se recuerdan, afectando practicamente a toda la provincia de Teruel y las vecinas Castellón y Tarragona. El contraste entre la masa fría en altura, la elevada temperatura que aún registran las aguas mediterráneas y el recorrido de varios miles de kilómetros de los vientos que confluyeron hicieron que se superasen los 100 litros por metro cuadrado en buena parte de las cabeceras de los ríos, destacando Beceite con casi 180 litros de precipitación y Peñarroya de Tastavins con 160 litros. En la cabecera del río Bergantes, en la vecina provincia de Castellón, se superaron los 200 litros.

En este tipo de situaciones lo habitual es que tan solo se vean afectadas un reducido número de subcuencas y cabeceras de los ríos que drenan el territorio.

Todo ello provocó elevados caudales que sin ser extraordinarios fueron, en muchos casos, los más altos de los últimos 5 años. Destacó el Bergantes que superó los 401 metros cúbicos por segundo y el Matarraña en Nonaspe que alcanzó 290. El río Martín en Alcaine rozó los 100 metros cúbicos y

 

 

La ultima actualización de esta noticia fue 19 Abr 2019 10:43