Día de sol, campo y misa por San Cristóbal en Alcañiz

Los camioneros alcañizanos y sus familias disfrutaron de una buena jornada en la ermita de Pueyos para celebrar su patrón

El sonido de cláxones en los alrededores de la ermita de Pueyos solo podía significar una cosa: que era el momento de celebrar San Cristóbal, patrón de los transportistas. Y es que a pesar de que el santoral señale el 10 de julio como día para rendir homenaje al Santo, varios pueblos del Bajo Aragón Histórico -entre ellos Alcañiz o Valderrobres- adelantaron la celebración a este fin de semana.

Como cada año decenas de vehículos subieron hasta este enclave alcañizano para vivir una jornada de convivencia en la que acompañó el tiempo. La comitiva de camiones recorrió Alcañiz después de haber honrado al Santo en la Venta la Panolla. Acompañados por sus familias, los camioneros dirigieron sus vehículos hasta Pueyos, donde se celebró misa y posteriormente tuvo lugar la bendición de vehículos.

El párroco, después ya de oficiar misa, roció con agua bendita uno a uno los 25 camiones que descansaban en la explanada de la ermita. A estos se sumaron decenas de vehículos, un autobús y un par de bicicletas, que quisieron contar con la protección del Santo para sus próximos desplazamientos.

Muchos vecinos se acercaron también a pasar la mañana. Cuadrilla por cuadrilla fueron escogiendo un merendero donde poder disfrutar de un almuerzo a la sombra. Pasado el mediodía la Asociación San Cristóbal de Alcañiz repartió torta de pimientos, panceta y bebidas para hacer más llevadero el calor dominical a aquellos que quisieron compartir con ellos este día tan especial. Muchos niños disfrutaron también de esta jornada de campo, pues pudieron saltar y pasarlo bien gracias a un castillo hinchable.

No obstante la celebración de San Cristóbal arrancó ya el sábado, con la comida de hermandad para socios y colaboradores; y también con los campeonatos de guiñote y rabino. Sin duda un buen fin de semana en el que los transportistas pudieron juntarse y poner en valor un oficio que a menudo les obliga a viajar lejos de casa y sin compañía.