El Dj que hace comarca desde Fabara: del nieto de Crispín a Krispinight

EncontrARTE. Con sus sesiones musicales, el DJ fabarol anima a bailar, cantar y divertirse a todos los vecinos de los municipios del Bajo Aragón-Caspe

Las luces y colores iluminan una noche oscura en la que una muchedumbre baila al ritmo de reggaetón. Con un dedo apuntando al cielo y la cabeza rebotando al son de la música, sus rostros denotan diversión y una felicidad plena. Al fondo, en la cabina del Dj, se encuentra el fabarol Krispinight. Pero detrás de los brillos, la música y el griterío de la gente se encuentra el polifacético Luis Carví, un joven de veintiséis años que, además de ser dj, es agricultor, técnico de producción y audiovisuales y, también, licenciado en Relaciones laborales y recursos humanos.

El de Fabara nunca ha podido estar quieto, ni siquiera de pequeño. Inició su andadura con la música a los tres años, cuando comenzó a dar clases de solfeo gracias a la Asociación Musical de su localidad. Años más tarde, se unió a la banda de música San Roc donde, desde entonces, baila animadamente junto a su saxofón. Sin embargo, fue en 2013 cuando el destino puso en su camino algo que cambió su vida para siempre. Aquel verano, Luis se inició en el mundo de la radio en la emisora La Veu del Baix Matarranya. Allí realizó un programa musical en el que hablaba de grupos y hacía alguna entrevista. «No me puedo olvidar de ella, me dio el poder de empezar a hacer discomóvil por los pueblos», recuerda el dj con mucho cariño.

Gracias a su paso por la radio fabarola, nació Krispinight. Detrás de este curioso y dinámico pseudónimo, hay una historia que guarda mucho cariño. «En los pueblos, cada familia suele tener un mote y el de mi abuelo era Crispín. Yo era el nieto de Crispín y la gente de mi edad me empezó a llamar Crispi. Yo lo fusioné con night en inglés y así surgió Krispinight. Es como un homenaje a mi abuelo».

Comienza el espectáculo

Con el micrófono en mano, Luis Carví convierte sus sesiones en puro show. Sus bailes e improvisaciones hacen que se rompa la cuarta pared y que el público se convierta en el espectáculo, porque como él dice, «si no hay público, no hay fiesta».

En sus conciertos puedes encontrar desde el último tema de moda, hasta el Paquito Chocolatero pasando por los Rolling Stones. Pequeños, jóvenes y mayores disfrutan de sus actuaciones únicas, pero el fabarol recuerda una de ellas con especial cariño: su primera actuación. Cuando Luis todavía realizaba su programa en La Veu del Baix Matarranya, los vecinos de la localidad podían disfrutar todas las noches de su recopilación musical en el bar de las piscinas municipales y fue la conserje quien le dio la oportunidad a Krispinight de trasladar la fiesta desde el estudio de radio a las piscinas municipales.

Un sinfín de mariposas revolotearon en su estómago ante el miedo del primer directo. «¿Lo haré bien?, ¿a la gente le gustará? eran dudas que invadían su cabeza. «La primera vez estuve 15 horas pinchando, fue una barbaridad. Pero me llenó tanto estar en casa y ver que la gente se lo estaba pasando bien, que ya no pude parar», comenta. A partir de entonces Maella, Nonaspe, Caspe y otros pueblos de alrededor se convirtieron en su escenario. Comenzaron a llamarle para que actuase en fiestas de 4º de la ESO, Santa Águeda e incluso alguna boda. «Gracias al boca a boca, a la proximidad, a que en los pueblos nos movemos y gracias a las redes sociales he podido crecer y de ir más allá, de abrir comarca e incluso cambiar de comunidad autónoma», expresa.

Poco a poco llega el final del espectáculo y la oscuridad de la noche se transforma en un bello amanecer. Con el título Princesas de Pereza, Krispinight despide cada uno de sus shows. «Es una canción que anima mucho a la gente. A mi me gustó incluso cuando llevaba chupete», explica. Al grito «Ki no pugo que plego», las luces se apagan y él vuelve a su querida Fabara a la espera del próximo concierto.

La ultima actualización de esta noticia fue 27 Sep 2022 09:53

Ver comentarios (1)

  • Enhorabuena, te lo mereces por la buena persona que eres.
    Y es verdad pues te conozco desde unos diez años.
    Recibe un cordial saludo.