El Matarraña registra las mayores riadas de los últimos 20 años

Preocupación en las cuencas del Matarraña y Guadalope por las súbitas riadas que ha provocado la borrasca Gloria. La crecida de los ríos no hizo si no agravar más el estado de preocupación en todos los municipios ribereños. En algunos de ellos se vivieron horas de angustia después de que una súbita riada se añadiese al estado de incomunicación total que reinó en todo el Matarraña. Tras vivir una tarde con tormentas, viento y lluvia torrencial el río Matarraña y sus afluentes el Ulldemó, Tastavins y Algars experimentaron una extraordinaria crecida que en algunos momentos llegó a temer a los vecinos una situación parecida a la vivida en octubre de 2000. Varias localidades han superado los 150 litros por metro cuadrado de precipitación en las últimas 48 horas. En algunos pluviometros del entorno de los Puertos de Beceite varios aficionados han medido más de 200 litros. Lo cierto es que la medición de las precipitaciones, en muchos casos, ha arrojado datos inferiores a la cantidad de precipitación realmente caída debido a que mucha de la nieve acumulada en los medidores ha terminado cayendo al suelo.

Finalmente, la lluvia cesó en torno a las 23.00  y ello permitió que el caudal de los ríos comenzase a bajar, por lo que el pico máximo de la riada fue, afortunadamente, de corta duración. La estación de aforos del río Matarraña en Nonaspe arrojó un caudal de 391 metros cúbicos por segundo. A pocos kilómetros de su nacimiento, en Beceite, el río Ulldemó registró una punta de 66 metros cúbicos por segundo –según datos de la CHE- que se unieron a los más de 70 que registró el río Matarraña. Una cifra de caudal, la del Matarraña en Beceite, de la que no se disponen datos oficiales pero que, a todas luces, era igual o superior a la del río Ulldemó.

Gran preocupación vivida también en el río Algars que ha alcanzado una punta de 374 metros cúbicos por segundo. Localidades ribereñas como Lledó y Arens de Lledó vivieron momentos de tensión durante el paso de la punta de la riada que provocó varios problemas. Entre otras incidencias, preocupa en Lledó uno de los muros próximos a la carretera de Horta de San Joan.

Desde la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), no apuntan a que puedan repetirse más crecidas significativas. Después del episodio del año 2000 es la más alta» apunta Maria Luisa Moreno, jefa del área de hidrología y cauce de la Confederación Hidrográfica del Ebro. «Hablamos de caudales en Batea o en Nonaspe en torno a 400 metros cúbicos por segundo de punta en cada uno de ellos», añadió Moreno.

Hasta el momento no han trascendido excesivos problemas. Sin embargo, es previsible que en los próximos días trasciendan multitud de incidencias una vez se recupere la comunicación vía telefónica e internet. El estado de incomunicación en ese aspecto que se vive en la práctica totalidad de municipios está provocando que todavía no se hayan comunicado y contabilizado buena parte de los daños que los ríos y barrancos han producido en todo el territorio.

La angustia en algunos de los vecinos fue patente al no poder comunicarse ni a través de telefonía fija y móvil y por el hecho de que en algunas poblaciones muchos habitantes no pudiesen salir de sus casa porque, literalmente, resultaba imposible caminar por unas calles que acumulaban más de 80 centímetros de nieve. «Creemos que ante la previsión que había se hubiesen podido minimizar los efectos adversos movilizando grupos electrógenos y quitanieves», manifestó una vecina de Valderrobres.

Por su parte en cuanto al río Guadalope, este experimenta una crecida «ordinaria» para el cual el cauce está preparado, como apunta Moreno. «Desde el embalse de Calanda desde ayer se está haciendo preventivamente un pequeño hueco Simplemente el embalse se halla al 65% previendo posibles tanto nuevas crecidas como un paulatino deshielo».

Añadió que de cara a esta tarde y mañana por la mañana, están previstas lluvias con una pequeña subida de temperatura, puede generar «un proceso de fusión» con la nieve, que «puede generar posteriores crecidas. «En principio la precipitación prevista es inferior a la que ya ha caído, y espacialmente estas predicciones de lluvia se han desplazado un poco más hacia el norte por lo tanto previsiblemente no caerá sobre la nieve», explica Moreno, por lo que es «posible» y «esperable» que no haya mayores crecidas en las próximas horas. Sin embargo la CHE está adecuando la gestión de avisos y de los embalses a la situación que se va observando en cada momento.

Desde la Che apuntan a una «situación bastante atípica en la que ha habido precipitaciones muy intensas y generalizadas en las que el factor de la temperatura ha sido determinante ya que ha evitado crecidas importantes.  Esto ha permitido que el volumen asimilable para la gestión de la crecida en los embalses haya sido suficiente. «Otro caso hubiese sido que toda la precipitación hubiese caído de forma líquida, hubiese generado crecidas importantísimas en la Cuenca del Guadalope, y en su principal afluente, el Bergante» .

En todo caso la evolución hidrológica de estos fenómenos es cambiante y variable y se puede «incrementar o disminuir» respecto a la situación inicialmente prevista. En principio las precipitaciones van a ser menores y no en las mismas áreas donde hay gran acumulación de nieve. «No es preocupante pero hay que hacer un seguimiento porque probabilidad siempre hay», afirma Moreno.