«Es importante que nuestra sociedad fije el foco en el bienestar de los mayores»

ENTREVISTA. Abordamos junto al Justicia de Aragón, Ángel Dolado, la situación de los mayores en la sociedad aragonesa y los cambios necesarios para que formen parte de forma clara del tejido social

La preocupación del actual Justicia de Aragón, Ángel Dolado, por la situación de los mayores y la soledad no elegida ha sido una constante desde su llegada al cargo en abril de 2018. El covid-19 ha obligado a toda la sociedad aragonesa a replantear el papel que las personas mayores tienen, el que deberían tener y también su importancia. A este respecto, Dolado señala que el cambio del modelo de las residencias es clave para ofrecer una vida digna, apostando por que no queden fuera del tejido social.

La ultima actualización de esta noticia fue 3 May 2021 10:57

¿Por qué preocupa al Justicia la situación de nuestros mayores?

La preocupación no es nueva. Abrimos un expediente y una Mesa de la Soledad con más de 38 asociaciones en septiembre de 2018 porque veíamos que muchas personas morían en sus domicilios y durante días nadie las echaba en falta. Eso supuso que durante un tiempo trabajásemos esta materia y llegamos a una serie de 50 conclusiones que presentamos en 2019 a las Cortes de Aragón. En medio de esa presentación llegó el covid-19 y todo lo que ha conllevado. Lo importante es que creo que ahora toda la sociedad es consciente de que tenemos que preocuparnos clarísimamente por nuestros mayores en soledad, ya sea en domicilios o en residencias. Fijar el foco en su bienestar y en que envejezcan de forma activa es una de las cuestiones más importantes para la sociedad aragonesa y la mundial.

¿Considera que antes de la pandemia se había relegado a las personas mayores a un papel secundario de forma completamente injusta?

Sí. Yo ya lo había comentado en algunas entrevistas. A finales de diciembre 2019 yo decía que en muchas ocasiones en una sociedad tan egoísta como la que tenemos nos olvidábamos de nuestros mayores recluyéndolos en residencias y a veces olvidándonos de ellos. Titulaba que podíamos estar hablando de aparcamientos de mayores. ¿Por qué? Creo que no poníamos el foco en lo más importante y es en prestar desde las administraciones y la sociedad en general apoyo puntual en sus domicilios y después en centros residenciales, pero más adecuados, familiares y no macroresidencias. Creíamos que había que tender hacia un cambio de modelo residencial. Y había un déficit básico que se notaba, no tanto en el mundo rural como en el urbano, y es que no había una coordinación entre los centros de Atención Primaria y los Servicios Sociales. Para mí esa era la clave para evidenciar dónde teníamos a mayores que vivían en una soledad no elegida. A nivel de barrio tenemos que tener una serie de radares, que puede ser el vendedor de la ONCE, el panadero, los funcionarios, farmacéuticos o trabajadores de entidades financieras, donde podamos saber que hay personas que necesitan una ayuda. Se ha trabajado en esto y se mejorado. En esa línea vamos a seguir en los próximos tiempos.

¿Es más sencillo de abordar esta cuestión en el medio rural?

Lo tenemos súper claro. Es muy raro que en lo rural se produzca un fallecimiento y nadie le eche en falta, mientras que en el ámbito urbano sí se produce este hecho, lo estamos viendo. Hay una mayor sociabilidad y mayor preocupación por el vecino en el ámbito rural.

¿Ha cambiado la pandemia la visión de la sociedad al respecto?

Creo que sí. Estamos hablando de que les debemos el Estado de Bienestar al que hemos llegado en los últimos 40 años en España. Es justo reconocerles. De hecho, si en el proceso de vacunación han sido preferentes es porque nosotros como sociedad nos dábamos cuenta de que les hemos fallado en los últimos tiempos. Entiendo que vamos a ser muchísimo más generosos con nuestros mayores a partir de este momento.

Hace un tiempo se puso en marcha la Mesa del Justicia sobre Mayores en soledad no elegida, ¿en qué punto se encuentra?

Uno de los frutos de la Mesa es que constituimos el Observatorio Aragonés de la Soledad. No puedo adelantar ninguna de las conclusiones del mismo porque ciertamente ahora vamos a un ritmo más lento a causa de la pandemia pero la finalidad es ver qué se está haciendo en cada uno de los barrios, pueblos y ciudades para que ese tipo de soluciones que en algunos lugares funcionan puedan ser transmitidas al resto de la sociedad. Es decir, estamos recopilando esas experiencias en Aragón, y también estamos muy muy pendientes de las conclusiones que salgan tras cuatro meses de las comparecencias de todos los sectores en materia de mayores en las Cortes de Aragón. En definitiva, entre todos creo que estamos colaborando en fijar el foco en la prestación de un mejor servicio para los mayores.

Lo vivido hace un año parece lejano, ¿ha supuesto un cambio en la forma de entender y replantearse el modelo actual de gestión de las residencias?

Lo estamos viendo. Se han inaugurado recientemente algunas residencias y ya vemos que su tamaño está siendo mucho más pequeño. Es importante que tengan una serie de recintos separados por si tienen algún tipo de complicación médica y zonas ajardinadas para evitar que tengan que estar confinados en sus habitaciones. Estamos viendo mayor atención domiciliaria. Y por último, no queremos tender a residencias hospitalizadas pero no cabe duda que en algunos momentos de la vida lo requieran. Todo esto se está estudiando. Además, desterramos que estos centros residenciales estén fuera de los barrios o ciudades. No se trata de llevarlos a 10 o 12 kilómetros en medio de la nada y que no estén integrados en el tejido social. Se está iniciando un claro cambio lo que ocurre es que nos llevará un tiempo. A esto hay que sumar una cosa que he reivindicado y sigo diciendo: la ratio de trabajadores por mayores en los centros tiene que ser la adecuada y hay un decreto de 1992 que no se ha revisado. Además, los trabajadores tienen que ser claramente retribuidos con dignidad.

¿Hay algo que nosotros como ciudadanos podamos hacer?

Todos somos voluntarios en potencia. Por lo tanto, dentro de nuestros barrios o pueblos siempre podemos hacer algo. Hay necesidad de un pacto intergeneracional. ¿Qué significa esto? Desde nuestros hijos hasta nuestros nietos tiene que haber una clara dedicación hacia los mayores. En definitiva, si hacemos introspección cada uno de nosotros sabemos que una serie de horas a lo largo de la semana se las podemos dedicar.

¿Qué papel tienen las nuevas tecnologías en las relaciones intergeneracionales?

Uno de los grandes apoyos para mitigar la brecha digital es que nuestros nietos o menores colaboren dando soporte tecnológico a nuestros mayores. Lo que no podemos es perder de vista lo presencial: los abrazos y el cariño -cuando ya los podamos recuperar- no se pueden hacer virtualmente. No debemos olvidar que la integración entre los menores y mayores tiene que ser precisamente a través del cariño y esas visitas que se tienen que reactivar y mantener.

Ver comentarios (3)

  • elpelegrino00@gmail.com
    Buenos días resido en Odón Teruel que puede hacer una persona sola cobrando una pensión minima no contributiva
    pagando alquiler, luz agua y internet y por supuesto si tienes que ir a comprar hay que poner gasolina pues cobrando
    404,50 € diga me si esto es una pensión y si se puede vivir un saludo y perdonen este lector

    • Y me pregunto esta persona que cobra 404 euros de pensión no contributiva a cotizado a lo largo de su vida laboral?
      Porque quiero recordar que las pensiones se cobran en función de la cotización que has realizado a lo largo de tu vida laboral

  • Las pensiones mínimas no contributivas se ven incrementadas por la cantidad de pensión que ha generado una persona, es decir, si una persona ha cotizado al menos 15 años en toda su vida y por ejemplo ha generado una pensión de 200 €, esta se verá incrementada en 402,80 hasta los 602,80 €, hasta el límite de la pensión mínima en España que es de 689,70.
    En el caso de que no se haya generado pensión alguna durante la vida de una persona, poco tengo que decir, salvo que seguramente habrá conocido ampliamente organizaciones religiosas, gubernamentales y sociales que imagino le seguirán ayudando de forma "caritativa y altruista" igual que lo han hecho hasta ahora durante muchos años de su vida.
    ánimo, que la vida en un pueblo, si uno se organiza, suele ser mucho más barata.