La unión hace las alfombras

Una explosión de color volvió a inundar las calles de Aguaviva con sus tapices de serrín

Una explosión de color volvió a inundar las calles de Aguaviva con sus tapices de serrín

Como cada 28 de agosto desde hace 26 años, Aguaviva se transformó ayer en un auténtico museo a cielo abierto gracias a una exposición única y espectacular que se caracteriza por su carácter efímero. Las tradicionales alfombras de serrín recorrieron las calles del pueblo a través de un recorrido de un kilómetro de longitud en el que las formas y colores dejaron con la boca abierta a todos los visitantes que se acercaron a la localidad. La celebración, que ya es Fiesta de Interés Turístico de Aragón, recibió menos público que el año pasado por caer en lunes, pero por los diferentes rincones del pueblo era fácil encontrarse con gente comentando los diseños y captando instantáneas con sus móviles y cámaras de fotos.

Las alfombras de Aguaviva tienen su origen en una catástrofe que sucedió en el siglo XV, cuando un incendio arrasó la iglesia del pueblo. De entre los escombros tan solo se pudieron salvar tres formas consagradas y una partícula del Lignum Crucis, un extraño suceso que dio origen al milagro del Santísimo Misterio de Aguaviva. Para conmemorar esta fecha tan especial, los aguavivanos toman las calles para componer un manto de serrín coloreado que recorre casi la totalidad del pueblo y cuya temática se centró este año en los mosaicos con baldosas. «Para nosotros es el día más importante y nuestra fiesta más singular. Además de lo bonito y espectacular de las alfombras, ver trabajar al unísono a todo el pueblo es algo especial», dijo Aitor Clemente, alcalde de Aguaviva.

Si algo caracteriza a las alfombras de serrín es su carácter efímero, ya que los mosaicos tan solo se pueden contemplar durante unas horas. Los trabajos para confeccionar los dibujos comienzan a las ocho de la mañana, a las once ya estaban terminados y a las dos la procesión del Santísimo Misterio pasa por encima de las alfombras como viene siendo tradición.

Pese a todo, a los aguavivanos no les importa decir adiós cada año a las obras de arte que recorren sus calles, sino todo lo contrario. «Lo hacemos con mucho gusto. Es una fiesta en la que colabora todo el pueblo y es fantástico dar una vuelta por el pueblo y ver cómo la gente disfruta con las alfombras», comentó Salvador, uno de los vecinos que participó junto con su mujer e hijos en la puesta de largo de Aguaviva. «Es cierto que es un arte efímero, pero las calles son una maravilla durante unas horas y todo se logra gracias al trabajo de la gente del pueblo», explicó Cristian Margelí, otro de los aguavivanos que ayudó en la elaboración de las alfombras.

Durante el día de ayer fueron muchas las personas que se acercaron hasta Aguaviva para disfrutar con los llamativos mosaicos de serrín. Turistas que llegaron desde poblaciones cercanas a la localidad y que disfrutaron de una fiesta que se tiene que ver y sentir en directo, tal y como explicó el alcalde de Aguaviva. «Cuando hablo de las alfombras con gente que no las conoce, siempre les digo que la tienen que vivir en primera persona. Es muy vistosa, pero hasta que no estás aquí y las ves, no puedes contemplar lo espectaculares que son».

La ultima actualización de esta noticia fue 11 Oct 2022 10:35