El laboratorio BIVO de Aguaviva, ejemplo de lucha contra la despoblación a través de la ciencia

El centro ha permitido que ocho trabajadores puedan asentarse en el medio rural. La consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, ha visitado el laboratorio este viernes

Una proyecto que demuestra que se puede innovar a través de la ciencia desde el territorio rural. Así podría definirse el Laboratorio BIVO de Aguaviva, un centro de investigación pionero en tejidos orgánicos, bioestructuras y biomateriales, ubicado en la restaurada ermita de Santa Bárbara, del siglo XVII, de la localidad. En sus dos primeros años y medio de andadura no solo ha demostrado «el enorme potencial transformador de la ciencia», sino que también ha permitido el regreso de personas jóvenes y formadas al pueblo, donde han podido asentarse para iniciar su proyecto de vida desde el medio rural.

Actualmente son ocho los trabajadores activos en el laboratorio. Todos ellos, además de ser naturales de la zona, se especializan en diferentes campos de conocimiento, como Biología, Biotecnología, Químicas, Ingenierías Industrial y de Materiales y Diseño Industrial. Su asentamiento en Aguaviva ha generado tal impacto que el año pasado se duplicó por primera vez el número de integrantes en la escuela infantil, un logro que se espera poder repetir este año. «Creo que no hay nada mejor para la salud de un pueblo que el hecho de que la escuela infantil se asiente y que poco a poco vaya creciendo. Es algo que no solo beneficia a Aguaviva, ya que algunos de los investigadores son de las localidades cercanas, por lo que es una colaboración entre municipios con vocación territorial», explicó Aitor Clemente, alcalde de Aguaviva.

El laboratorio fue impulsado por las cooperativas de I+D Biocore y Silvestrina -que a su vez despliegan su actividad bajo la cobertura de la cooperativa de segundo grado Zoocánica-, y su objetivo es diseñar, desarrollar e industrializar nuevos materiales, derivados de elementos orgánicos, con elevadas prestaciones mecánicas y con el fin de sustituir materiales derivados del petróleo. Unos biomateriales que aspiran producirse en Aguaviva y que contribuirán a un cambio de modelo productivo en el municipio, a la revitalización de la zona y a la conservación del patrimonio medioambiental.

La consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, ha visitado este viernes el Laboratorio, un proyecto que, en palabras de Díaz, «lo tiene todo, al vertebrar el conocimiento por el medio rural, apostar por la bioeconomía y la economía circular, y hacerlo desde el cooperativismo de I+D». Durante su visita ha podido conocer los dos proyectos en los que los trabajadores del laboratorio se ven inmersos actualmente.

El primero de ellos se denomina Micelio Flexo Tensor (2022-2024), proyecto que desarrolla biomateriales mediante la combinación de micelio de hongos y sustratos vegetales que sean capaces de resistir cargas de presión. Su objetivo fundamental es el desarrollo de nuevas estrategias de cultivo y procesado de micelio puro mediante la introducción de nuevos aditivos y técnicas de operación que permitan actuar sobre sus propiedades mecánicas.

Fruto del desarrollo de la nueva estrategia se obtendrían membranas derivadas de tejidos de origen fúngico y vegetal capaces de soportar esfuerzos de tensión que permitan el desarrollo de cubiertas estructurales que reduzcan de forma significativa el impacto ambiental causado por el uso de plásticos. Se busca con ello que los productos obtenidos, totalmente sostenibles y renovables, sean capaces de sustituir elementos basados en derivados del petróleo.

El otro trabajo en el que se centran, Filamento de madera densificada (2021-2023), se trata de un proyecto de impresión 3D de fibras vegetales que como objetivo principal plantea desarrollar una tinta de impresión, con matriz de celulosa, que sustituya a los polímeros estándar PLA y ABS, y utilizando nanofibras de madera modificadas para mejorar la estética y sus propiedades. Así, se persigue obtener piezas derivadas de celulosa, con propiedades funcionales que superarán las conseguidas por los termopolímeros convencionales. Los productos que se pretenden desarrollar no existen actualmente en el mercado, de ahí su novedad comercial.

Con ambos programas de I+D y otras líneas de investigación, el laboratorio aspira a tener una incidencia positiva en el territorio, impulsando la futura implantación de infraestructuras industriales, de la mano de la economía social, y la transformación urbana del municipio al calor de los resultados de la actividad investigadora. Una «fuerza transformadora» que ha destacado la consejera tras la visita, y que viene a demostrar una vez más, en palabras de Díaz, cómo «la ciencia es una extraordinaria aliada para el desarrollo rural del territorio».

La responsable autonómica, que ha estado acompañada en la visita por Aitor Clemente, ha celebrado también la apuesta por la bioeconomía y la economía circular del centro, en un momento «de escasez de materias primas» y en el que «ya estamos viviendo con dureza los efectos de la crisis climática». Por todo ello, Díaz –que, además de visitar las instalaciones del centro, ha mantenido también un encuentro de trabajo con los responsables de Zoocánica y con parte del equipo de gobierno del Ayuntamiento- ha puesto a disposición del laboratorio toda la ayuda del Gobierno de Aragón para culminar el proyecto con éxito y poder replicar experiencias similares en otros puntos de la Comunidad, en las que ya se está trabajando.

La ultima actualización de esta noticia fue 3 Sep 2022 12:57

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