El mercadillo de Manos Unidas cumple 30 años de cariño y compromiso social

El mercadillo de Manos Unidas de Alcañiz celebra su trigésimo aniversario con el mismo éxito que cuando empezó. La respuesta del público está siendo significativa todos los domingos y festivos en la temporada de otoño

Ya van 30 años de trabajo desinteresado por los demás, de movilizarse cada domingo y días festivos para organizar una de las citas más esperadas y queridas del otoño en Alcañiz. El mercadillo de Manos Unidas afronta la recta final de la temporada haciendo un balance «más que positivo». Está ubicado en la antigua estación de autobuses en la avenida Aragón, 10. Desde el mes de octubre, todos los domingos y días festivos permanecerá hasta el puente de diciembre incluido, y está teniendo gran acogida por parte del público.

Más de una veintena de voluntarias se implican donando su tiempo, trabajo y conocimientos en la organización y puesta en marcha de esta iniciativa solidaria cuyos fondos recaudados van a una causa social. Este pasado domingo, cumpliendo con su cita habitual, sus voluntarias destacaron lo «satisfactorio» de su trabajo. «Estamos contentas de poder estar, es una labor muy importante, todos los años estamos deseando que llegue el otoño para poder hacerlo», explica Asunción Tomeo, una de las responsables.

La variedad de objetos es tan amplia como de costumbre y es posible adquirir desde una mesa de comedor hasta sencillos artículos de papelería, adornos, juguetes o libros, entre un largo etcétera. El relevo también es muy importante, y de hecho se está dando. «Me encanta, no me voy ni de viaje porque tengo que estar aquí», destacaba Ángela, encargada de la sección textil, una de las más concurridas. Ella lleva dos años colaborando.

También es muy concurrida la sección de los libros y discos, una de las preferencias del público para hacer «un buen regalo». «Para Navidades se buscan sobre todos los cuentos para los niños», destaca Paquita Garín que lleva 15 años colaborando con Manos Unidas . «No consiste solo en vender, es una labor compleja», relata.

Las tortas y buñuelos también se reparten sin descanso. Las preparan con mucho cariño y dedicación las voluntarias justo a la entrada del recinto, un puesto para el que también tienen las puertas abiertas a quien lo desee. «Tenemos cola sin parar y siempre lo vendemos todo», confirmaba Marisol Bizarro, una de las responsables quien se unió al proyecto desde su jubilación hace 15 años, aprovechando sus conocimientos en la hostelería.

Una labor de solidaridad y compromiso que tras 30 años permanece intacta «Si no estamos nosotras alguien seguirá». Por lo pronto este domingo vuelve a abrir sus puertas en horario de 11.00 a 14.00.

La ultima actualización de esta noticia fue 19 Nov 2022 18:46