Las obras del túnel de la carretera de Castellón se inician en verano y desviarán 37.000 vehículos diarios

Es una inversión de más de 23 millones de euros y un auténtico reto para los proyectistas e ingenieros que han participado en su diseño. El Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana tiene previsto iniciar las obras del nuevo túnel de la carretera de Castellón (A-68), que permitirá salvar la conflictiva rotonda de enlace con la Z-40, el próximo verano con el objetivo de tener finalizadas las obras a mediados de 2024, en 12 meses.

Así lo anunció este lunes el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores, que compareció junto a la delegada del Gobierno en Aragón, Rosa Serrano, para presentar el proyecto. Previamente había estado en Utebo para explicar la intervención en la N-232, a la altura del Alcampo.

Ambos se refirieron a los «incómodos atascos» que hay en la carretera de Castellón y el desafío técnico que supondrá la infraestructura, que obligará a desviar durante su ejecución a 37.000 vehículos (por el nivel superior de la Z-40 transitan otros 47.000). Se esperan meses de duras afecciones, por la que los responsables instituciones pidieron disculpas de antemano. «Es un reto para la ciudad», declaró Rosa Serrano.

El jefe de Conservación y Explotación de la Demarcación de Carreteras, Rafael Benavente, se encargó de las explicaciones técnicas. Detalló que en la zona hay un problema de seguridad vial, dado que es un tramo de concentración de accidentes. «La accidentalidad no es grave, pero sí abundante, con 70 incidentes de toda índole», dijo. A esta circunstancia se suman «los problemas de capacidad» en horas punta.

Benavente explicó que se hace un túnel de 535 metros con cuatro carriles (dos por sentido) para evitar la glorieta, que seguirá en funcionamiento para los movimientos hacia el tercer o cuarto cinturón. Pero la obra, añadió, se ejecuta con múltiples condicionantes. El primero de ellos es que «el espacio es muy restringido». «Esto está metido con calzador. Ha habido que hacer un ejercicio de precisión centimétrica», admitió Benavente.

Por otro lado está el galibo , dado que la Z-40 pasa a un nivel superior, por lo que ha sido necesario traer maquinaria específica para trabajar en la zona. Además. por allí pasa el escorredero de San Antonio, una infraestructura de la Confederación Hidrográfica del Ebro vinculada al Canal Imperial y que atraviesa la A-68 por debajo, por lo que habrá que modificarla.

En total, se tienen que utilizar 19.232 metros cúbicos de hormigón y 1,8 millones de kilos de acero. El proceso constructivo se hará mediante la vigas prefabricadas apoyadas en pantallas continuas de hormigón armado, sobre las que se ejecutará el tablero.

Ante las dificultades circulatorias que se van a producir durante la ejecución de las obras, la actuación se ha diseñado por fases. Para ejecutar los desvíos se ha previsto la creación de una calzada central por la glorieta que permitirá canalizar los desvíos hacia la Z-30 y la Z-40.