Pasión desde tiempos inmemoriales

Sus miembros están muy ligados a la cofradía de Jesús Nazareno y a la de San Juan, y participan activamente en la Semana Santa alcorisana

A los diez miembros de la familia Hernández no se les pasa por la cabeza vivir una Semana Santa fuera de Alcorisa. «Es algo que ni se concibe, la esperamos todo el año y la vivimos de una manera muy familiar», explican. Lo cierto es que los Hernández llevan muchos años vinculados a la Semana Santa. José María, el padre de familia, fue el fundador de la cofradía de Jesús Nazareno hace 40 años, pero la tradición viene incluso de generaciones anteriores. «Mi abuelo fue capitán de los romanos, mi padre y mi tío guardias, yo hice de Longinos… Poco a poco nos hemos ido volcando todos», comenta.

Ángel y Daniel son los hijos de José María y Pili Sesé, y sus matrimonios con Natalia Gimeno y Lorena Martín respectivamente aseguran el relevo generacional de la familia con cuatro niños. La cantera de los Hernández está compuesta por Iago, Adrián y Lorién (que este año será criadico de Longinos), de 3, 6 y 8 años, hijos de Ángel y Natalia; y por Marco, el pequeño de la casa, hijo de Daniel y Lorena que apenas tiene un año. Pese a su juventud, sus padres están deseando que Marco viva su primera procesión desde dentro. «La ilusión que tenemos es que salga con nosotros a su primera procesión, lo intentaremos en la del Domingo de Ramos que es la más corta», explica Lorena.

Como no podía ser de otra manera debido al papel fundador de José María, todos los miembros de la familia pertenecen a la cofradía de Jesús Nazareno. Sin embargo, Lorena, Daniel y Marco son también de la cofradía de San Juan, ya que el fundador fue el abuelo de Lorena.

Daniel, que fue Cristo en el Drama y este año es vicepresidente del Nazareno, confiesa que la Semana Santa se vive con un poco de «estrés sano» por lo apretada que está la agenda estos días, en los que la casa de Pili y José María tiene un papel fundamental. «Aquí vienen todos a vestirse y a desnudarse, no hago otra cosa más que preparar las túnicas», comenta Pili, a la que sus hijos reconocen el trabajo. «Lo organiza todo, y aunque ella como tal no sale, lo que luce es su trabajo», agradecen.

Ángel, para el que el mejor momento del año es la noche del jueves al viernes, recuerda una ocasión en la que estuvieron a punto de salir cuatro generaciones de Hernández, desde su abuelo hasta su hijo, aunque la lluvia lo impidió. Explica que José María ha vuelto a asistir al acto de Romper la Hora para vivirlo con sus nietos, lo que supone «un momento muy emotivo». Daniel tiene más dudas en cuanto a su acto favorito, y no sabe elegir entre el Drama, la Rompida o el silencio de los tambores del sábado.

Los Hernández no viven la Semana Santa desde el ámbito religioso, sino como unos días de reunión con familia y amigos en torno al tambor. «A mucha gente le extraña, ¿cómo puede ser posible que no crean y lo vivan así?», se pregunta José María. «Es una tradición que has vivido desde pequeño, y yo nunca la he identificado con la religión», comenta Lorena. Pili, la más religiosa de la familia, se esfuerza para que no se pierda la vinculación religiosa. «Yo le rezo al Nazareno, y el Viernes Santo saben que en esta casa no van a comer carne», comenta.

La ultima actualización de esta noticia fue 13 Oct 2022 12:29