Los relatos de médicos

William Carlos Williams; no sé, inquietos lectores, si os sonará mucho este nombre, pero si no es así, estad atentos

William Carlos Williams; no sé, inquietos lectores, si os sonará mucho este nombre, pero si no es así, estad atentos para penetrar en una experiencia de lectura muy gratificante y en conocer a un hombre verdaderamente admirable.

Williams era médico, y practicó esa profesión, durante toda su vida en una pequeña población: Rutherford, New Jersey, en donde nació en 1883. Pero él era poeta, y llegó a ser uno de los poetas modernistas más innovadores y admirados de Norteamérica. Podía, en verdad, haber vivido de la literatura, pues además de poesía escribió mucha prosa de gran calidad. Pero, ante todo, Williams era médico de cabecera y, además, un buen pediatra: amaba su profesión y nunca dejó de ejercerla. Practicaba la medicina de día y escribía de noche, hasta caer rendido. Dedicó una serie de textos y relatos a su oficio que son considerados hoy una obra fundamental de la literatura anglosajona. Por ello, os invito a que os hagáis con un libro que es una verdadera joya del cuento moderno: «LOS RELATOS DE MEDICOS», que en estos día ha reeditado maravillosamente la editorial Fulgencio Pimentel.

Williams plasmó en este libro, a lo largo de treinta años, todo ese estilo realista, sencillo, pero profundamente lírico y emocionante que dio fama a sus poemas y a su literatura entre algunos de los mejores escritores de su época y de otras posteriores. Son trece relatos llenos de inteligencia donde el bueno del doctor demuestra un gran conocimiento del ser humano y de sus miserias más escondidas. Vienen salpicados de anécdotas, de un humor muy personal pero, sobre todo, vienen cargados de melancolía y de tristeza, de un clamor por la injusticia de los más pobres y de mucha sensación de esperanza y ternura. Un fantástico retrato para hacer visible la forma de vida de las clases más bajas de la Norteamérica de la época. Aquellas comunidades de extranjeros llegados desde cualquier parte: jornaleros, ex convictos, borrachos y excluídos del sistema capitalista que ya imperaba, sobrevivían a duras penas en sus cuchitriles de los barrios más sucios y los pueblos más abandonados del país. Sufrían enfermedades y morían en silencio, ajenos a esa quimera del sueño americano. Genta muy pobre que confiaba en dos cosas: en Dios y en su médico de cabecera.

Convertidos en un emblema de la vanguardia literaria americana, estos cuentos, de estilo conciso y sugerente, nutridos de imágenes imborrables, han convertido a su autor en un clásico poderosamente vivo para los cánones contemporáneos.

En un acierto editorial en toda regla, en el libro se añaden, al final, «La práctica médica», un texto en forma de monólogo, sacado de su autobiografía, donde el doctor nos deja una fantástica reflexión sobre la forma en que la medicina y la literatura se fusionan cada día en su vida; y una recopilación de seis poemas suyos relacionados con su labor profesional diaria, que dejan constancia de su enorme sensibilidad, de su ironía y de su compromiso con los pacientes pobres a los que siempre atendió.

Estasmos, pues, ante una lectura deliciosa y un libro único, ideal para adentrarse en el universo de un autor quizás no muy conocido, pero que os va a dejar con la certeza que estamos ante uno de los grandes: un verdadero artista, con bata o sin ella.

Miguel Ibáñez. Librería en Alcañiz

La ultima actualización de esta noticia fue 13 Dic 2021 13:46