Compromiso sostenible

El cierre de la Térmica de Andorra abre una nueva vía a la economía verde y marca el inicio de la transición energética en la provincia. Endesa acompaña su cierre con el plan Futur-e, que convertiría a la zona en líder de las renovables.

Central Térmica de Andorra al atardecer
La Térmica de Andorra, icono industrial de la provincia de Teruel, a pleno rendimiento hace unos años. / L.C

El cierre de la Central Térmica de Andorra el pasado 30 de junio es la prueba de que la economía aragonesa da pasos firmes hacia una transición energética real, con una economía descarbonizada en menos de tres décadas. Si el Acuerdo de París ya supuso un hito histórico en la lucha mundial del cambio climático, el plan de la UE es más ambicioso y plantea lograr la neutralidad climática en 2050. En España, el reto del Ministerio de Transición Ecológica -creado en 2018 para abordar este asunto con rango de vicepresidencia- es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un tercio en 2030 y alcanzar una participación del 70% de renovables en el sistema eléctrico en ese año.

Endesa, propietaria de la Central de Andorra, ha apostado por seguir las directrices y avanzar hacia una sociedad más sostenible planteando el cierre de la planta como una nueva etapa liderada por las energías renovables. Así, el plan de cierre que plantea la eléctrica, que se denomina Futur-e, pretende poner en marcha en la zona 1.725 MW de potencia, de los que cuales 1.585 MW corresponderán a plantas fotovoltaicas y 140 MW a parques eólicos. Adicionalmente, se instalarán 160 megavatios de almacenamiento en batería.

La nueva instalación será -siempre que Endesa se quede con la evacuación de los megavatios de Andorra que saldrán a subasta- la planta solar más grande de Europa que generará más de 4.000 puestos de trabajo entre 2020 y 2026. El proyecto total abarcaría seis términos municipales: Andorra, Híjar, Alcañiz, Alcorisa, Calanda y Alloza. A través del Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO), el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) y el Impuesto sobre Actividades Económicas (IAE), los ayuntamientos de estos municipios recibirán 47 millones de euros, siendo la villa de Andorra la mayor beneficiaria.

La planta solar más grande de Europa generará más de 4000 puestos de trabajo entre 2020 y 2026

Tres fases para el plan Futur-e

La primera fase del plan Futur-e, que se iniciará en enero 2021 y finalizará a principios de 2022, contempla la construcción de un parque fotovoltaico de 50 MW, que se construirá dentro del perímetro de la actual central térmica, y la construcción de un parque eólico, de 49,4 MW de potencia (presentado también a tramitación administrativa), que se instalará en el término municipal de Ejulve.

La segunda fase prevé impulsar 235 megavatios de energía solar fotovoltaica y 54,3 MW de almacenamiento en baterías, y se instalará en gran medida dentro del perímetro de la actual Central Térmica. Se desarrollará a lo largo de 15 meses, entre marzo de 2022 y junio de 2023.

Para las dos primeras fases, Endesa ya posee punto de conexión, mientras que la tercera fase -de 1.390 megavatios-, depende de la asignación por parte del Ministerio para la Transición Ecológica de la capacidad de evacuación de la central térmica de Andorra. En esta tercera fase llegaría el grueso del proyecto, con la construcción de 1.300 MW de potencia fotovoltaica, 90 MW de energía eólica y 105 MW de almacenamiento en baterías. Para ello, se aprovecharía parte de la planta térmica. Concretamente los alternadores, que permitirían verter energía renovable en el nudo en el que ahora entra energía térmica.

PLAN FUTUR-E EN CIFRAS

Descarbonizar el mix en 2050

Estos proyectos de energías renovables son adicionales a los que la empresa está realizando en Aragón. Concretamente, Endesa conectó a la red en 2019 trece parques eólicos situados en las provincias de Teruel y Zaragoza, con una potencia total conjunta de 424 MW. Corresponden a la potencia que se adjudicó la compañía en la subasta de energías renovables organizada por el Gobierno en 2017.

Además, la empresa está inmersa en la construcción en Zaragoza y Teruel de parques eólicos con una potencia total de 82 MW. La estrategia de Endesa es descarbonizar plenamente su mix de generación en 2050, un proceso para el que, según el último Plan Estratégico de la empresa, se ha marcado el próximo hito de alcanzar 10,2 GW de capacidad instalada renovable en 2022, frente a los 7,4 GW estimados para final de 2019, con una inversión total de unos 3.800 millones de euros.

Inversiones en la Central

La Central de Andorra se ha mantenido operativa más de 40 años pero, cuando se terminó de construir en 1979, en el Bajo Aragón Histórico nadie imaginó que su vida útil se iba a alargar hasta la actualidad. Endesa explica que desde el principio, todos los parámetros medioambientales tuvieron gran relevancia en la explotación de la central, especialmente en lo referente al control de las emisiones y de la calidad del aire en el entorno, dado el elevado contenido en azufre y cenizas del lignito local. En consecuencia, con el fin de hacer compatibles el desarrollo económico y el uso de estos lignitos con la conservación del medio ambiente se llevaron a cabo una serie de actuaciones que conllevaron inversiones superiores a los 400 millones de euros.

La Térmica se encontraba acogida al Plan Nacional Transitorio, al haber renunciado en septiembre de 2015 al mecanismo de Exención por Vida Útil Limitado. La Directiva comunitaria de Emisiones Industriales (DEI), de aplicación para la instalación, una vez finalizado el Plan Nacional Transitorio el 30 de junio de 2020, establecía límites más exigentes a las emisiones contaminantes. La adaptación de la central de Andorra a esta normativa le hubiera obligado a realizar elevadas inversiones – de alrededor de 190 millones de euros- cuya recuperación hubiera sido imposible en las condiciones regulatorias y de mercado actuales y previsibles, según explicó la eléctrica. De hecho, las plantas en las que Endesa optó por la inversión inicialmente también han tenido que cerrar.

Así, en diciembre de 2018 Endesa presentó la solicitud formal de cierre, cuya autorización ha sido concedida este mismo mes de julio. El cierre de la planta pone fin a 40 años de prosperidad y empleo en torno al sector del carbón.