Samperinas pioneras

La Cofradía del Calvario tiene su origen en los voluntarios que comenzaron a ocuparse del monte y las imágenes

La Cofradía del Calvario tiene su origen en los voluntarios que comenzaron a ocuparse del monte y las imágenes

Alberta y Teresa pasan por todas las imágenes y a todas dedican un saludo a poder ser, en forma de beso en los pies. Es una tarde de marzo y los pasos están en plena puesta a punto en el Calvario, sitio que conocen porque durante años se encargaron de esa y otras tareas.

Lo que hoy es la Cofradía del Calvario de Samper de Calanda tiene sus orígenes en unas cuantas personas que, de forma desinteresada, trabajaron por mantener los pasos y el propio entorno. «Ver al Nazareno salir sucio en una procesión me partió el alma y le pedí al cura poder subir a ocuparme de él». Teresa se emociona al rememorar aquel episodio de finales de los 70. «Ya nos encargábamos del manto de la Virgen. Dos señoras nos preguntaron si queríamos guardarlo porque se iba a perder», añade Alberta, que se sumó a su hermana en el ofrecimiento. Rescataron el manto de la casa del cura que amenazaba ruina, y todavía lo conserva la cofradía. A ellas se sumaron más vecinas y entre todas, consolidaron el enclave. «¡La de maleza que he quitado con la jada!», ríe Alberta, que perdió la cuenta de las veces que subieron y bajaron caminando. Los días de lluvia, para mover los pasos y apartarlos de las goteras.

Al poco tiempo, desde los alabarderos se comenzó a fraguar la posibilidad de crear una asociación o cofradía, algo que no tardó en producirse. Ellas continuaron con la labor. Trabajos callados pero fundamentales que desarrollaron durante 35 años en tiempos en los que la Semana Santa estaba sumida en una especie de reordenación, por lo tanto, tiempos complejos. «La gente colaboró mucho con donaciones para ropas, flores y arreglos», agradecen. De hecho, para la última gran obra que se concluyó no hace mucho, se recurrió a la bondad de los samperinos con Julio, el párroco. «La gente se volcó y pudimos cambiar los tejados y reformar la ermita y la casa del ermitaño», explica Dora. Es la hija de Teresa y también pasó por la cofradía.

Ahora hay 420 socios. «El Calvario está abierto a todo el pueblo, a Alabarderos, tambores, porteadores, manolas,…», anima Ana Espés, la actual presidenta. «Si unos no están, no hay Semana Santa en Samper», concluye.

La ultima actualización de esta noticia fue 21 Sep 2020 12:12