Segundo de Chomón: Pionero y turolense

LA BUTACA por Ignacio Navío. Tenemos películas de superhéroes gracias, en pequeña parte, a un señor que nació en Teruel en 1871

Se nos repite siempre que el cine lo inventaron los hermanos Lumière en 1895, pero obviamos
que a menudo lo importante no es tanto dejar patente la tecnología de un invento, sino crear
una serie de normas en ella.

El investigador André Gaudreault explicaba que un medio siempre nace dos veces; la primera
vez como tecnología integrada en sus contextos culturales y la segunda como institución. En el
caso del cine, su primer nacimiento solo tiene la importancia anecdótica del nombre, el lugar y
el año. Si no hubiesen sido los Lumiére otros habrían llegado poco después. Al segundo
nacimiento, el verdaderamente importante, le debemos el establecimiento de unas normas
narrativas que han marcado al cine hasta hoy gracias a pioneros de la narrativa. Es decir, hoy
tenemos películas de superhéroes gracias, en pequeña parte, a un señor que nació en Teruel
en 1871
.

Segundo de Chomón viene al mundo en la capital turolense, cursa estudios de ingeniería y
viaja a París, donde conoce el invento de los Lumière poco después de su alumbramiento y a
Jelienne Mathieu, su futura mujer y protagonista de buena parte de su filmografía.

Tras el servicio militar en Cuba vuelve a París para empezar coloreando a mano los fotogramas de las películas del gran pionero de este periodo, Georges Méliès, para el cual desarrollará un sistema que permitía una mayor precisión y facilitaba esa ardua tarea de ir fotograma a fotograma rellenándolo todo de color.

En 1902 pasa a Barcelona para comercializar su invento, fabrica su propia cámara y empieza a rodar con lo aprendido en Francia. De Méliès había comprobado como con este medio no solo
se podían grabar a los obreros saliendo de la fábrica, sino que también permitía contar
cuentos.

Como pionero del cine como espectáculo empezó a contar historias valiéndose de las técnicas
que iba descubriendo, como el stop motion; la técnica de animación por la cual objetos
estáticos se mueven gracias a una serie de imágenes sucesivas fijas
. Es la misma técnica que
usan estos vídeos que abundan hoy en día de objetos de plastilina animados, pero en 1905,
año en el que rueda El Hotel Eléctrico, una proeza técnica.

En sus más de 500 películas trajo muchísimos trucos adelantados a su tiempo. Usó lo que
llamaríamos unas máscaras primitivas; incrustar una imagen encima de otra, de modo que
parezca que ambas forman parte de la misma realidad bidimensional. Técnica que hoy es
bastante habitual debido al desarrollo digital, pero que en los inicios del s.XX era un terreno
por explorar.

Ante la dificultad de desarrollar una industria del cine en España decide trabajar por Europa. El
turolense ya había trabajado sobre la idea del travelling, el movimiento de una cámara sobre
un sistema propio de ruedas o raíles, pero en 1914 tuvo la oportunidad de contar con medios
en la superproducción italiana Cabiria, donde se desempeñó tanto como operador de cámara,
perfeccionando los travellings, como de responsable de unos efectos especiales pioneros
,
recreando una erupción del Etna o trabajando con iluminación artificial intencionada, algo muy novedoso entonces. La última gran producción de su vida fue el Napoleón de Abel Gance en
1927.

Fallecería dos años más tarde al contraer una enfermedad infecciosa mientras investigaba en
Marruecos. Cuentan que hasta sus últimos días estuvo trabajando en la aplicación de rayos
ultravioletas al cine
.

En definitiva, la existencia de Segundo de Chomón pone de relieve esta doble vertiente de los
inventos, tan importante o más es la aplicación y las normas que les atribuyamos como su
propia creación.

La ultima actualización de esta noticia fue 29 May 2020 13:45