El tambor prestado que inició la tradición de los Gimeno Brun en Calanda

LA FAMILIA DEL TAMBOR. Fernando Gimeno y Felisa Brun son la raíz de una familia que ya acumula hasta cuatro generaciones que forman parte de la cofradía de Jesús Nazareno

Llegar a Calanda desde cualquier parte del mundo no es algo que impida poder aprender a tocar el tambor. Siempre que alguien lo hace, al descubrir la tradición que Luis Buñuel definía como «un fenómeno cósmico», descubre también la humildad de sus vecinos, quienes no tardan en preguntar: «¿no tienes un tambor? No pasa nada, yo te lo puedo dejar».

Es una historia que lleva años repitiéndose y le pasó en su día a Fernando Gimeno, quien empezó a tocar y vivir esta tradición gracias al tambor que siempre le dejaba uno de sus vecinos. «Toda mi familia es de La Codoñera. Mis padres se fueron a vivir a Calanda y yo ya nací allí, pero entre nosotros no había nadie que tocara. Solo yo», cuenta Gimeno.

Una vez que empezó a salir nunca volvió a dejarlo. Lo hizo durante varios años con este tambor prestado, y cuando pudo, él mismo se compró el suyo propio. Ahora, bastantes años después, son él y su familia quienes alguna vez han tenido que prestar un tambor. «El resto de nuestra familia vive fuera, pero todos vienen para estas fechas. Podemos llegar a salir hasta cuatro generaciones juntas», señala orgulloso.
A su mujer, Felisa Brun, la conoció cuando ambos eran jóvenes. A diferencia de él, ella desciende de una familia calandina de nacimiento que siempre se había implicado en la tradición. En su día salió como costalera con La Dolorosa, de Hebrea, y más adelante, con su primer sueldo, se compró su primer bombo. «Con el tiempo ya aprendí a tocar el tambor porque me gustaba mucho. Me hice de la cofradía de La Magdalena porque necesitaban a gente y salí durante 20 años en su banda», recuerda Brun.
Aunque ambos todavía siguen perteneciendo a otras cofradías-Brun a La Magdalena y ambos al Cristo Crucificado-viven la Semana Santa a través de la cofradía de Jesús de Nazareno, a la que actualmente abuelos, hijos y nietos pertenecen.

Felisa Brun y su primer bombo tocando justo delante del otro gran bombo de la Semana Santa calandina./ F. G.

Su vinculación con el Nazareno comenzó alrededor de los años 80, cuando Fernando decidió hacerse cofrade y asistir a los ensayos que se realizaban. Pronto pasó a ser costalero, también formó parte de la junta e incluso ejerció como responsable de la organización de la banda de tambores y de bombos.
Sus hijos, Alba y Fernando, son cofrades de ella desde el día que nacieron.

Fernando empezó a ensayar con tan solo cinco años. Cuando era pequeño tocaba el tambor, pero el día en el que el bombo llegó a su vida jamás lo pudo volver a soltar. Es incapaz de trasladar en palabras lo que la Semana Santa le genera, sentimientos que contagió en su día a su actual mujer, Anna Placzkowska, quien llegó desde Polonia y se enamoró de Calanda y esta tradición. Juntos tuvieron dos hijos: Mía y Eloy, a quienes ya habían preparado las túnicas incluso antes de nacer.

Fernando Gimeno y su padre tocando en 1983./ F. Gimeno

Aunque parezca mentira -dado que actualmente domina el instrumento con especial destreza- Alba, a diferencia de su hermano, vivió varios años sin querer saber nada del tambor. «Un día se levantó y se le encendió esa llama. Desde entonces nunca más se le volvió a apagar», explica su madre.
En la actualidad comparte su vida con Jorge Royo, quien también forma parte de la cofradía desde muy pequeño. Alba es miembro de la junta y en su momento fue la primera chica en entrar en el grupo que representa a Calanda en las Jornadas Nacionales. Este año, además, se estrenará como costalera del Nazareno en el Viacrucis del Jueves Santo. «Será la primera vez en toda la historia de la cofradía que sean mujeres quienes suban», recalca.

Parte de la familia tocando tambores y bombos. En el centro, una pequeña Alba Gimeno./ F. Gimeno

Es uno de los motivos por los que este año la Semana Santa será todavía más especial, además de la coincidencia de esta con el 70 cumpleaños de Fernando Gimeno: aquel calandino, como otros tantos, que comenzó a tocar con uno de esos tambores prestados que marcan el inicio de toda una tradición.

La ultima actualización de esta noticia fue 9 Abr 2023 01:27