Tradición y vanguardia en la feria de Ráfales

Cerca de 30 stand en la 24ª edición de este encuentro, dedicado a los recursos naturales y el medio ambiente

Cerca de 30 stand en la 24ª edición de este encuentro, dedicado a los recursos naturales y el medio ambiente

La localidad matarrañense de Ráfales acoge durante todo el fin de semana la XXIV edición de la Feria de Recursos Naturales y Medio Ambiente. Orientada hacia la artesanía, tanto en productos de alimentación como decoración, accesorios o utensilios, en esta cita tradición y vanguardia se dan la mano. Además, talleres, como el de escultura en alabastro, y un completo programa de actividades culturales entre las que destaca la representación de dos obras de teatro: 'Espérame en el cielo' y 'La Celestina'.

Otros de los atractivos es el aguardiente. José Soriano, teniente de alcalde y vecino de Ráfales, lleva 16 años sacando su alambique a la plaza para ofrecer un chupito y una casqueta -dulce típico relleno de cabello de ángel- a todos los que deciden pasarse por allí. El proceso de convertir el vino en aguardiente es lento, pues además debe rebajarse hasta que la bebida pasa de tener más de 80 grados a en torno a 40. Es una de las paradas obligadas y «siempre pasa mucha gente», comentó riendo Soriano.

Esta feria se celebraba muchos años antes de que en 1995 se decidiera ofrecer un programa completo con actividades. De hecho, sus orígenes se remontan a un privilegio concedido a la localidad por parte de Pedro IV, rey de Aragón, a finales del siglo XIV. En ese momento y durante mucho tiempo la feria suponía una cita donde «encontrarse con vecinos de localidades próximas y, por supuesto comprar», comentó José Luis Roda, uno de las personas que promovió la recuperación de esta feria con carácter festivo hace 24 años.

Ahora los tiempos han cambiado. Y según Roda «no tendría sentido» que la feria fuese únicamente un encuentro comercial como lo fue antaño, pues ahora estamos «en los tiempos de Amazon», sino que parte de su esencia se encuentra en las actividades complementarias y en el «encanto» propio de las calles de Ráfales.

Desde que se recuperó, la feria ha intentado ofrecer todas las novedades relacionadas con los recursos naturales y el medio ambiente. «Hemos hecho ya muchos talleres en estos años. Una vez incluso trajimos unas bicicletas eléctricas cuando todavía no se conocían», explica. No obstante, nunca ha perdido su marcado carácter tradicional porque, según Roda, Ráfales no puede olvidarse de lo que la feria supuso en su momento.

Son muchos los vecinos que, animados por el buen tiempo, se se han acercado ya hasta este pueblo. Los cerca de 30 puestos se sitúan en los porches del Ayuntamiento y en la plaza, algo que, unido a la característica configuración de las calles y edificios de piedra y madera típicos del Matarraña, aporta personalidad al encuentro. «Esta feria no sería lo mismo si se hiciera en un pabellón con unos stands blancos», opinó Roda.

La localización siempre ha sido la misma, pues los porches son unos de los pocos lugares que ofrecen un techo bajo el que resguardarse de las inclemencias del tiempo. En esta ocasión el sol parece ser uno de los invitados, pero no ha sido así en otras ediciones, pues Roda recuerda haber visto nevar en esta feria, que coincide con la festividad de San Martín.

La ultima actualización de esta noticia fue 19 Abr 2019 11:12