Una Odisea. Un padre, un hijo, una epopeya.

  • Autor: Louise Penny
  • Editorial: Salamandra
  • Páginas: 494

Un comentarista escribió (comentario que yo comparto), que hay un rasgo de las novelas de LOUISE PENNY que las hace especialmente queridas y atractivas: ello es la ausencia de tintes jocosos que, de un tiempo a esta parte, se han tornado una moda en el género de intriga y misterio; y yo disfruto plenamente de esto porque me gustan las historias de misterio así, consideradas y contadas como las tragedias que son, no sólo porque giran en torno a una muerta violenta, sino cuando esta tragedia se extiende al resto de los personajes, al paisaje o a la atmósfera creada. Si además de todo esto, añadimos a la narración una sensación de «belleza» que, como la neblina, impregna todo lo concerniente al texto, el resultado es: «UN BELLO MISTERIO», una de las mejores novelas de intriga contemporáneas que he leído últimamente.

LOUISE PENNY (Toronto, 1958) lleva ya trece novelas escritas del ciclo dedicado al inspector jefe Armand Gamache y su incondicional segundo Jean-Guy Beauvoir; éstas han sido traducidas a veinticinco idiomas y han obtenido numerosísimos premios y galardones. Y creo que, quizás, el éxito de todo ello se deba a ese estilo que he comentado de PENNY: profundo y grave, lo mismo al describir el pensamiento de sus personajes cuando están enfrascados en la resolución del misterio, como cuando refiere escenas cotidianas o domésticas de ellos. Es así. PENNY añade seriedad y trascendencia -pero también serenidad y sosiego- a la descripción de la realidad más insustancial. Una consecuencia de esto es que en sus relatos todo adquiere un significado, sutil o vago a veces, pero que hace que el misterio sea eso: misterio, y no historias dramáticas banales, mediocres y sin ningún interés (como tanto abundan en estos tiempos).

Destacar todo esto tiene más razón de ser al hablar de «UN BELLO MISTERIO», precisamente porque en esta novela se ahonda aún más en lo sutil, en lo levemente perceptible, como detalle que diferencia lo normal de lo extraordinario. Para ello, la autora nos adentra en un escenario que no podría ser más propicio: un monasterio perdido en lo más salvaje de Canadá, rodeado de bosques y excesivamente alejado de la civilización. Un monasterio habitado por una misteriosa orden monacal: de estricta clausura y voto de silencio, excepto cuando cantan sus salmodias gloriosas del canto gregoriano por las que son célebres en todo el mundo y cuyo impacto, tan profundo en el espíritu del oyente, es conocido como «el bello misterio». Pues bien, esta comunidad se va a ver empujada a la crisis por causa del asesinato de uno de los hermanos. O, tal vez, quizás el asesinato es el fruto de la crisis y no su desencadenante.
En esta novela, bella, misteriosa, profunda y atrayente, cobra un especial interés la música: que une por encima de (casi) todo a la comunidad, que consuela e interpela a los dos detectives y que nos describe maravillosamente su autora.
Una auténtica delicia de lectura.

La ultima actualización de esta noticia fue 3 May 2019 11:13