De Uruguay a la cuenca minera turolense para esquilar a las ovejas

La campaña de esquileo en las comarcas de Andorra-Sierra de Arcos y Cuencas Mineras lleva casi tres semanas de retraso por el coronavirus

Ramiro Pedroso es uno de los 250 esquiladores que llegó el pasado 13 de mayo a España en un vuelo chárter procedente de Montevideo para participar en la campaña. Desde hace dos semanas trabaja junto a Ferri, Richar y Néstor –procedentes de Salto y Paysandú, dos ciudades situadas en el centro-sur de Uruguay casi al límite con Brasil- en las comarcas de Andorra-Sierra de Arcos y Cuencas Mineras. Cuando tocaron suelo español, el país estaba en estado de alarma, las fronteras cerradas y los ganaderos «cada vez más apurados» porque el calor acechaba y sus ovejas no estaban esquiladas. Una situación excepcional, que ni Pedroso –que llevaba ocho años viniendo a nuestro país- ni ninguno de sus compañeros, había enfrentado nunca.

«Nuestro primer vuelo estaba programado para el 28 de marzo, pero por la epidemia no pudimos venir. Al final, por medio del Gobierno español conseguimos llegar con un mes y pico de retraso», recuerda. Oviaragón-Grupo Pastores, con 600.000 ovejas, fue una de las ocho empresas españolas que decidió hacerse cargo del transporte y costear este vuelo. El grupo incluso llegó a reunirse virtualmente con el Rey unas semanas antes para trasladarle sus problemas y pedirle ayuda.

Por fin, una veintena de uruguayos están esquilando en las explotaciones asociadas a la cooperativa, entre ellos, la cuadrilla de Pedroso que primero estuvo en la localidad oscense de Sariñena y, desde el pasado 13 de junio, está asentada en Oliete. Desde allí se desplazan diariamente a pueblos como Andorra, Alacón, Alloza, Blesa o Los Olmos. Las mascarillas, los guantes y el gel hidroalcohólico son una parte más de su instrumental. Las distancias de seguridad se respetan estrictamente y la entrada a las explotaciones ganaderas está restringida. «Otros años, familiares y amigos se acercaban a ver el esquileo», señala Pedroso.

La campaña en la cuenca minera turolense se ha retrasado entre dos y tres semanas. «De normal terminamos a mitad de junio y este año terminaremos el 5 de julio», explica Miguel Buñuel, veterinario y coordinador de las cuadrillas de esquiladores de Pastores. Esquilar la lana a tiempo evita que los animales sufran  problemas sanitarios, ya que aunque se desparasiten «siempre quedan piojos y garrapatas que no se pueden eliminar».

Se trata además de una cuestión de bienestar animal. «Por suerte, por el clima que ha hecho en esta zona los animales no han sufrido con la lana. Si hubiera hecho las temperaturas de ahora, los ganaderos hubieran puesto el grito en el cielo», señala Buñuel. Aún así, hay pastores que han decido no esquilar a sus rebaños porque el sol de ahora podría quemarles la piel.

¿Qué se hace con la lana esquilada? Los principales compradores son China e India, sin embargo, dado el parón generalizado de la industria no hay comercialización y los ganaderos este año están teniendo que almacenarla (con el consiguiente gasto que eso conlleva). «La lana ha pasado de valer 0,34 euros/kilo a no tener precio», lamenta Buñuel.

El esquileo, un oficio en peligro de extinción

Hasta la explotación ganadera de Jorge Burillo en Alacón se han desplazado los cuatro esquiladores uruguayos. Este pastor de 57 años tiene un ganado de 400 ovejas y se dedica a la cría y venta de Ternasco de Aragón. Hace ya «más de 20 años» que dejó de esquilar él. «El oficio se está perdiendo en España y, por norma general, son esquiladores de países del Este como Rumanía y Polonia, y de Uruguay los que vienen a hacer la campaña», explica.

Es esquileo es un trabajo duro que requiere de experiencia y productividad, ya que debe hacerse en un periodo determinado de tiempo. Cada trabajador puede llegar a esquilar 200 ovejas en una jornada laboral de 8 horas.  

Dependiendo del tamaño de los rebaños, se reparten las cuadrillas. «Los uruguayos hacen todo el proceso del esquileo ellos mismos: cogen a la oveja y la arriman a la máquina, la esquilan y recogen la lana para meterla en el saco. El resto de cuadrillas de polacos y rumanos llevan esquiladores y luego a arrimadores, que son los que acercan la oveja y recogen la lana», explica el veterinario Miguel Buñuel. Por eso, las cuadrillas del Este que son más grandes van a explotaciones con mayor ganado, mientras que los uruguayos vienen a zonas como la cuenca minera turolense, donde las explotaciones son más pequeñas.

En el país sudamericano existe el secretariado uruguayo de la lana. Hay escuelas públicas donde ofrecen una amplia formación sobre el esquileo y, también, sobre el tratamiento de la lana. En Uruguay se esquila durante todo el año, ya que sus regiones tienen diferentes climas.  Este retraso en la campaña de España afectará también a la agenda que Ramiro, Ferri, Richar y Néstor tenían cerrada en su país.

La ultima actualización de esta noticia fue 27 Jun 2020 21:08

Ver comentarios (3)

  • Y no sería más fácil dar trabajo a los esquiladores de la zona?? O lo hacen por ahorrarse unos eurillos??? Luego todos a pedir que se compre en el comercio cercano

      • Infórmese antes por favor porque haberlos los hay, otra cosa es que nos de pereza buscarlos y tiremos a lo barato.