De Utrillas a la frontera entre Polonia y Ucrania: 7.000 km al volante para rescatar a su sobrina

Juan Manuel Fernández trae a la localidad minera a su sobrina y a una amiga de ella. Además, lleva a Zaragoza a otras tres refugiadas. Su intención es hacer más viajes

Juan Manuel Fernández, más conocido como «Mane» por sus vecinos de Utrillas, reside en la localidad minera con su esposa ucraniana, Vitalina. Ambos –y sus dos hijos, Jessica y Junior- viven con el corazón encogido desde que el pasado jueves 24 de febrero las tropas rusas invadieron Ucrania. Toda la familia de Vitalina está allí atrapada. Los tanques circulan por las calles de la ciudad en la que viven, Jersón, y las bombas no dejan de caer al lado de sus casas. Solo una sobrina que se encontraba en Kiev, Osana, logró llegar el sábado por la noche a Leópolis, desde donde emprendió junto a su amiga, Karina, y como decenas de miles de ucranianos, su huida del país por la frontera con Polonia.

«Vamos a intentar salir del país». Fue la frase que Osana le dijo a su familia española al otro lado del teléfono el sábado por la mañana. La capital de Ucrania ya no era un lugar seguro: caían bombas. La segunda llamada fue por la noche. Habían tomado un tren hasta Leópolis, desde donde cogerían un autobús para recorrer los 70 kilómetros restantes hasta la frontera. Mane no dudó ni un segundo en ir él mismo a buscar a su sobrina y la amiga de ella. «Papá, intenta traer a más personas», le dijo su hija Jessica. Contactó con la presidenta de la Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón, Alina Klochko, y le ofreció un coche de siete plazas. También desde el Ayuntamiento de Utrillas iban a fletarle una furgoneta. Pero hasta el lunes no iba a estar disponible y Mane no tenía tiempo.

Sin miedo y solo. Así emprendió Mane el domingo 27 de febrero por la mañana un viaje por carretera de 3.200 kilómetros. El itinerario comenzó en Utrillas y siguió por Francia, Alemania, Checoslovaquia, Eslovaquia y Polonia hasta llegar a la frontera con Ucrania. El camino no era desconocido. En agosto, cuando la guerra era impensable, Mane fue conduciendo a la boda del hijo de su mujer en Jersón. «Cuando llegué a la frontera había mucha gente saliendo, sobre todo mujeres con niños y ancianos, estaban asustados», recuerda Mane. También había «mucha gente de todos los países ayudando», ofreciendo agua, comida y medicamentos a los refugiados. Él mismo llevó todo lo que pudo en el coche -bocadillos de jamón, zumos y agua- y lo dejó ahí. La Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) calcula que 1 millón de ucranianos ya han huido de la guerra desde que se inició hace una semana. Se estima que la cifra podría elevarse hasta los 4 millones.

Una vez que Mane se reunió con su sobrina, Osana, y la amiga de ella, Karina; le ofreció a otros ucranianos llevarlos hasta España. Sin embargo, ninguno quiso porque tenían miedo «de que les pidiese dinero». «Hay gente que está haciendo negocio con esta situación, y les llegan a pedir a los ucranianos hasta 1.000 euros para transportarles desde la frontera a otros países europeos», explica Mane. A 650 kilómetros de la frontera, ya en Cracovia, su mujer le contactó para decirle que estaba recibiendo muchas llamadas: «Mane, que me está llamando mucha gente. Date la vuelta». La prima de su esposa, que vive en Polonia y está ayudando en la frontera, había dado el teléfono de Vitalina por si alguien quería ir a España. Sin pensárselo, Mane dio media vuelta y fue a buscar a una mujer embarazada que viajaba con su hija pequeña y su madre.

A ellas tres las lleva a Zaragoza, donde la presidenta de la Asociación Ucraniana de Residentes en Aragón se ha encargado de buscarles alojamiento. Mane calcula que sobre las dos de la madrugada de este jueves ya estarán allí. Una hora y pico más tarde llegará a Utrillas con su sobrina y la amiga de ella. Las cinco personas que viajan con él se encuentran bien, aunque «con la incertidumbre de no saber que va a pasar en su país ni cómo va a ser su futuro en España».

Tres de las cinco personas que han venido desde Ucrania con Mane Fernández./ M.F.

El Gobierno de Aragón informó este martes de que se está a la espera de que se active esta semana, por primera vez en la historia, la Directiva Europea de Protección Internacional por la que los refugiados ucranianos podrán permanecer en los países miembros de la Unión hasta tres años. Aragón ya se ofreció a acoger refugiados y lo hará dentro del plan de reubicación de la Unión Europea y en coordinación con el Gobierno de España, que llevará a cabo una organización centralizada de la distribución de estas personas por las Comunidades Autónomas.

Mane recorrió 3.200 kilómetros hasta la frontera y otros tantos de vuelta, más los kilómetros extra que hizo (unos 600) para regresar a la frontera. En total, unos 7.000 kilómetros en cuatro días con varias paradas en las que aprovechaba para echar una cabezada en el coche. No le ha parado ningún tipo de control en todo el viaje, aunque sí ha sido testigo del movimiento de camiones militares que circulan hacia la frontera.  

En Utrillas, le espera a él y a las dos jóvenes su mujer Vitalina. Podrá abrazar a su sobrina, aunque el miedo no desaparecerá. El resto de sus familiares –su hermano, sus tíos y sus primos- viven en Jersón, una ciudad de casi 300.000 habitantes que está situada en el sur de Ucrania, a las orillas del mar Negro, y muy  próxima a la península de Crimea, que Moscú se anexionó en 2014. Las tropas rusas comenzaron el asalto a Jersón en la madrugada del martes -según informó Kiev-, y ya se han hecho con el control de la ciudad, de acuerdo con un comunicado del Ministerio de Defensa de Rusia.

«Es imposible salir de allí porque la ciudad está rodeada. Están metidos como pueden en zulos debajo de las casas. Solo salen 5 minutos y se meten otra vez porque están cayendo bombas al lado de sus casas. Nos transmiten que tienen mucho miedo. Por ahora tienen alimento pero no saben qué es lo que va a pasar», cuenta Mane. Afortunadamente, los padres de Vitalina, viven en un pequeño pueblo en medio del país y les han dicho que «de momento, ahí no está pasando nada».

El teléfono de Vitalina no deja de sonar. Son «muchísimas» las personas que viven en España y que están tratando de ayudar a huir a sus familiares ucranianos. Saben que Mane ha viajado hasta la frontera. Él ya está de vuelta, pero no va a desoír esas voces de auxilio y está dispuesto a volver. El alcalde de Utrillas, Joaquín Moreno, ya le ha dicho que esta vez le fletarán un minibús para traer a toda la gente posible.

La ultima actualización de esta noticia fue 26 Abr 2022 12:51

Ver comentarios (18)

  • Putin has firmado tu sentencia, pasarás a la historia como Lennin o como Stalin.

  • La clara demostración de que cuando se quiere hacer algo se puede, mi más sincera admiración a Mane y que los políticos que tenemos espabilen y no sólo en esto sino en todo, que ha hecho más y ha demostrado una persona sola que todos los políticos que tenemos viviendo del herario público

  • Grande Mane!!!!!!
    Personas como tú necesitamos en el mundo, no dirigentes locos y asesinos...
    Orgulloso de conocerte!!! No cambies amigo

  • Grande Mane, un abrazo amigo.
    Espero que estuvieran vacunados con la pauta completa, llevarán la mascarilla subida hasta las meninges y mantuvieran el grupo burbuja en el coche.

  • Cuando la inmensa mayoría hablamos y hablamos, sin saber ni de que, tu lo has hecho, mi mas grande admiración. Puedes sentirte muy orgulloso. Animo, felicidades y gracias, tu si que haces que el mundo sea mejor y tengamos esperanza. Gente como tu hace que el mundo pueda ser un lugar por el que luchar y vivir.

  • Que ganas tenéis algunos de politizar todo....
    Este hombre se ha cruzado toda Europa por ayudar a sus queridos.

    GRACIÁS MANE!

  • No lo entendéis zoquetes, el ansía del imperio Ruso ha sido siempre el someter toda Europa a sus designios, lo que sucede que fuera de su enorme terreno pierden mucha eficacia. Pero la solución a todo el conflicto pasa por la que todos conocemos… difícil por otra parte puesto que mis espías me comentan que existen al menos 5 dobles completos de Putin.

  • Un par de cojones ha tenido mane
    Y muy buen compañero de trabajo en la mina maría
    Los tiene bien puestos.