Una impresionante granizada en Andorra deja una imagen «dantesca» en todo el municipio

Una imagen «dantesca» asola la localidad de Andorra tras el paso de una histórica tormenta de granizo acompañada de intensas rachas de viento que alcanzaron los 146 km/h. A primera hora de la tarde del miércoles, las calles quedaron cubiertas en su totalidad por un manto blanco de gran espesor, que en algunos sitios superó los dos palmos de altura. Muchos vecinos fueron sorprendidos por el temporal mientras caminaban por el trazado urbano, y los más mayores tuvieron que llamar a los servicios de emergencia ante la imposibilidad de entrar a sus viviendas por la acumulación de granizo en las puertas. A su alrededor, estaba todo arrasado: casas, comercios y garajes anegados, calles intransitables, vehículos con abolladuras y lunas rotas por el desprendimiento de tejas, canaleras destrozadas y árboles tumbados. Los vecinos que observaron con incredulidad lo que estaba ocurriendo desde sus hogares sufrieron cortes de luz. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales. Por seguridad, se recomienda a los vecinos no caminar por las aceras ante el riesgo inminente de caída de tejas, objetos y tendidos eléctricos.

Pocos minutos después del gran desastre, el Ayuntamiento de la villa minera convocó una reunión de urgencia para movilizar la brigada municipal. La primera valoración del alcalde, Antonio Amador, fue rotunda: «los daños materiales son importantes». Él mismo describió como «la mayoría de las calles de Andorra ofrecían un aspecto dantesco». En la misma casa consistorial, se habilitó un centro de coordinación para que los distintos efectivos distribuyeran los puntos críticos y se pudiera actuar de inmediato. Sobre todo, preocupó la gran acumulación de granizo sobre los tejados. «Nos urge abordar los tejados de las viviendas afectadas y estamos cerrando alcantarillas que se han levantado en las calles para evitar accidentes», contó Antonio Camacho, presidente de la agrupación de Protección Civil de Andorra-Sierra de Arcos.

El casco urbano se comenzó a limpiar de inmediato para que ninguna calle permaneciese intransitable ante cualquier emergencia de tipo personal que pudiera surgir. Los efectivos también priorizaron las llamadas de las personas mayores que se habían quedado en la calle y les facilitaron la entrada a sus casas. A lo largo de la tarde, se trabajó en varias extracciones con motobomba en viviendas y garajes a los que entraron importantes cantidades de agua. Los propios bajos del ayuntamiento quedaron inundados. Las precipitaciones en Andorra alcanzaron casi los 60 mm. Los vecinos facilitaron, en la medida de sus posibilidades, la tarea de los efectivos de emergencias. Muchos sacaron las palas para retirar el granizo de la calzada, una imagen más propia de las nevadas y que evocó recuerdos de las borrascas Filomena y Gloria.

Antonio Amador calificó lo sucedido de «extraordinario» y confesó que él «no recordaba algo similar«. «Ha habido granizadas gordas, pero la verdad que como esta cuesta recordar. Crucemos los dedos por que al final todo quede en daños materiales. Aún es pronto valorar todo, está siendo muy complicado y confuso«, añadió.

El dispositivo que trabaja en Andorra está integrado por efectivos de Policía Local, Protección Civil y Brigada Municipal, con todo el personal disponible. Desde la Diputación de Teruel informaron de que la intervención de los bomberos no había sido necesaria hasta el momento, y que se mantenían en todo momento en contacto con la Policía Local de Andorra.

Afecciones en otros municipios

La intensa tormenta descargó también sobre otras localidades del Bajo Aragón Histórico a primera hora de la tarde del miércoles ocasionado cuantiosos daños a su paso. En Calanda, volvió a granizar, después de que el martes dos pedregadas con precipitaciones del tamaño de bolas de ping-pong ocasionaran importantes destrozos en el melocotón. Los agricultores calandinos dan prácticamente por perdida su cosecha, y calculan que la producción se ha quedado reducida en apenas a un 10-15%. También el casco urbano registró daños en canaleras y vehículos, aunque por piedras de menor tamaño e intensidad.

Otras localidades próximas, como Ariño, Oliete o Albalate, no sufrieron afecciones por el granizo durante la tarde del miércoles, aunque sí registraron intensas tormentas. En la capital cultural del Bajo Martín prácticamente no dejó de llover hasta la mitad de la tarde, aunque el agua no causó ningún tipo de daño. En otras poblaciones los datos de precipitación resultaron destacables. En Alloza, por ejemplo, se cuantificaron unos 40 litros por metro cuadrado, según indicó el alcalde, Miguel Ángel Aranda.

En Cuencas Mineras, más concretamente en Utrillas, también se registraron notables lluvias durante la jornada. En la capital comarcal el granizo hizo acto de presencia a primera hora de la tarde, pero apenas provocó afecciones. Sin embargo, sí cayó con más fuerza el martes, con un tamaño aproximado al de canicas que provocó daños menores. Tal y como indicó José María Lancis, uno de los concejales del Ayuntamiento, también se produjeron incidentes como la caída de algunos árboles o el colapso de alcantarillas

El frente de tormentas que barrió el Bajo Aragón Histórico se cebó, de igual modo, con varias localidades del Matarraña. En Mazaleón los daños fueron cuantiosos. La tormenta descargó con intensidad torrencial y fue acompañada de granizo, inundando bajos de viviendas, calles y arrasando algunos huertos. La peor parte se la llevaron los cultivos leñosos. «No veíamos algo así desde 2003. La lluvia ha sido torrencial y ha machacado todo. Se han visto especialmente afectados los almendros. Venimos de un año muy complicado y esto ha sido ya la puntilla», explicó Rafael Martí, alcalde de Mazaleón. Durante la tormenta, las calles del casco urbano semejaron ríos y en algunos puntos se fue acumulando el granizo, lo que provocó que el agua entrase en más viviendas.

A pocos kilómetros, en Valdeltormo, se registraron 84 mm, con intensidades torrenciales que superaron los 110 mm por hora. En esta localidad se inundaron, de igual modo, varios bajos, garajes e incluso la tromba de agua afectó a la casa consistorial. En la vecina localidad de Valjunquera, las precipitaciones superaron los 70 mm. 

Precipitaciones

Destacaron los 88 litros por metro cuadrado -mm- de Alcañiz, que registró el pluviómetro de la Confederación Hidrográfica del Ebro situado en la Estanca. En en el embalse de Cueva Foradada, en Oliete, se midieron 70 mm. En las comarcas de Andorra-Sierra de Arcos y Bajo Martín, las cantidades de precipitación se movieron entre los 25 y los 445 mm de precipitación acumulada.