Gustavo García: «Los trabajadores de las residencias viven días angustiosos y necesitan apoyo»

ENTREVISTA. El coordinador de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales de Aragón respalda la actuación que se está llevando a cabo desde los centros de mayores

Gustavo García es el coordinador de las asociaciones de residencias de Aragón e integra esta asociación a nivel nacional. Conocemos su punto de vista por ser una de las voces más destacadas sobre este asunto más aún después de haber sido muy crítico con la «demonización» que desde algunos sectores se ha llevado a cabo con las residencias de mayores de todo el país.

La ultima actualización de esta noticia fue 14 Abr 2020 12:14

¿Cuáles son los criterios para derivar a un residente a centros de aislamiento o a un hospital?

Son criterios sanitarios. En este estado de alarma prima el criterio sanitario en todos los casos. En las residencias de mayores este virus está teniendo una incidencia totalmente desorbitada en Aragón y en toda España. Estamos hablando de un colectivo de personas muy mayores. Cada vez más las personas queremos estar el mayor tiempo posible en nuestras casas y la mayoría de residentes son personas que ya no pueden estar en su vivienda a pesar de contar con unos cuidados especiales y con una asistencia domiciliaria. La media de edad está muy por encima de los 80 años. Además viven en un terreno colectivo.

¿Cuál es el procedimiento que se está siguiendo?

Teníamos ya cierta experiencia porque raro era el año en el que no había que activar algún tipo de protocolo ante una gripe especialmente fuerte o contagiosa. Pero lo de esta pandemia era inimaginable. Se aconseja, tal y como confirmaron desde las Naciones Unidas, delimitar 3 espacios en caso de contagio. Una zona «caliente» donde ubicar a los enfermos con síntomas y donde haya un personal que solo entre allí y a ningún sitio más. Luego tendríamos la zona gris, que serían personas con riesgo por haber estado en contacto directo con los enfermos. Por último la denominada zona blanca en la que se ubicaría a los residentes en principio sin riesgo. Además, aplaudimos la creación de centros que ha creado el Gobierno de Aragón para tratar a personas que hayan contraído ya el virus. Es primordial, además, bajar la carga vírica, porque tener muchos enfermos en un centro supone una alta carga vírica.

Usted ha sido muy crítico con la «demonización» de las residencias a nivel nacional.

Sí, muy a mi pesar he de decir que hay de todo. En primer lugar he de destacar la brillante labor de información que está llevando en Aragón la prensa local y regional, la radio y la televisión respecto a los casos que van apareciendo. Se está siendo muy sensible. Estos días estamos tejiendo unas formidables redes de cooperación entre vecinos y pueblos y nos estamos dando cuenta de lo importante que es tener en nuestros pueblos un comercio, una panadería, una carnicería y el bar, al que ahora no podemos ir. Pues lo mismo con la prensa local cubriendo un papel importantísimo. Y es lógico porque los medios locales estáis en primera línea y conocéis a los afectados por esta y cualquier otra problemática. Estoy seguro de que vivís como propio lo que está ocurriendo en residencias como la de Valderrobres o en el Hospital de Alcañiz. Pero lamentablemente no puedo decir lo mismo de algunos medios nacionales. Durante estos días he roto relaciones de colaboración y amistad por el tratamiento que algunos medios han dado a hechos como que en las residencias no hubiese forma de evacuar los cadáveres durante horas y días. En esos casos se llamó a las funerarias y estaban saturadas. Las residencias llamaban a las autoridades y estaban desbordados. Los centros se encontraron con la angustia de tener hasta 24 o 36 horas cadáveres sin que nadie fuese a ayudarles. Al final llegan los de la UME y el titular es «la UME haya cadáveres muertos en las residencias» ¡Como si los tuviesen allí escondidos! Ese es un titular es de una crueldad inmensa y esto ha ocurrido en España, especialmente durante los primeros días en Madrid. He llegado a escuchar en tertulias a nivel nacional que se hablaba de «pudrideros de ancianos» y «negocios de la muerte». Son afirmaciones intolerables. O grabar a todas horas imágenes de féretros saliendo. ¿Qué imagen estamos trasladando de unas residencias en las que el personal se está dejando la piel?

¿Ha habido criminalización desde algunas instituciones?

Totalmente y de forma muy injusta. La Fiscalía del Estado abrió una causa general contra las residencias de todo el país para vigilarlas de forma preventiva. Una causa general no es propia de un estado democrático. Pero aquí se ha hecho. Por suerte hace 5 días la se decidió levantar esa causa. Imaginemos si ya es dura y angustiosa la situación que están viviendo los trabajadores de estas residencias y que encima hayan tenido que estar en el punto de mira de la Fiscalía, todos y cada uno de ellos y de algunos medios de comunicación que los han criminalizado. No quiero imaginarme cómo trabajaría un sanitario si se hubiese dicho que se abría una causa general contra todos los hospitales. Es increíble. En Aragón, repito, en el caso de los medios no ha ocurrido. Pero en lugares como Madrid y Barcelona los trabajadores sociales se encuentran con que fallecen residentes. Frente a la crueldad desde algunos altavoces a nivel nacional, están existiendo interminables manifestaciones de apoyo a nivel local y regional a los trabajadores de las residencias. Y es muy importante porque ese personal ahora mismo lo necesita. En Teruel y en buena parte del medio rural se están dando muestras de apoyo por parte de las empresas y asociaciones locales. En las zonas rurales hay problemas de base muy gordos.

¿Qué ocurre con esas personas de avanzada edad que viven solas en casa?

Creo que de esta crisis profunda que estamos viviendo va a salir una sociedad muy cambiada. Cuando todo esto empezó estábamos ya muy preocupados por la soledad de las personas mayores. Seguramente cuando esto pase cambiarán muchas cosas como han cambiado históricamente después de una gran peste, una gran depresión económica o de una gran guerra. Espero y deseo que cuando esto pase nos replanteemos la convivencia y la no convivencia con las personas mayores. Replantearnos cómo los estamos tratando. Espero que tengamos una nueva visión que sea para mejor. Más vale que pongamos en alza valores de convivencia y no solo de competitividad. Lo estamos viendo incluso con el trato que hemos dado a la industria en España. Deslocalizándolo todo por un interés únicamente económico. Y ahora tenemos una capacidad muy mermada para responder a esto.

¿Se está produciendo ‘triaje’ a la hora de llevar a cabo ingresos hospitalarios?

Sí. Se está dando. Pero hay dos tipos de situaciones. Los sanitarios se están enfrentando a dilemas morales muy gordos cuando tienen 8 pacientes y 3 respiradores y ahí entran en juego muchos factores. Es una situación durísima, trágica y en la que espero no verme nunca, pero a la que se están enfrentando los profesionales sanitarios. Pero me preocupa más el otro tipo de situaciones que se están dando. Lo peor de todo esto es cuando es una autoridad o institución la que decide en lugar de ese profesional sanitario y ordena que no se atienda a personas que pasen de determinada edad. Estamos encontrando caso de gente que llama a los hospitales y el personal les dice «tenemos órdenes de no aceptar pacientes de tal o cual edad». Cuando eso se da es incalificable. Y se está dando en algunos lugares de nuestro país.