Jesús Ángel Gómez: «Cantavieja es mi musa para fotografiar»

EncontrARTE. FOTOGALERÍA. Tras años fotografiando Cantavieja desde todas las perspectivas, este verano inmortalizó sus masías para una exposición que emocionó

Últimamente en Cantavieja se habla mucho de las masías. Siempre ha sido un tema de conversación entre sus vecinos y descendientes porque sin ellas no se entiende la historia de esta localidad. Sin embargo, esta vez la conversación ha salido a la esfera pública, a la plaza más concretamente. En septiembre, y coincidiendo con la feria ganadera, el Ayuntamiento decidió colocar una exposición bajo los arcos con las fotografías de las más de cien masías que hay en el término municipal y cuya razón de ser está estrechamente ligada al sector primario. Todavía puede disfrutarse, porque es lo que más se está haciendo con esta exposición que ha hecho aflorar emociones. Los mayores las recuerdan -algunos incluso nacieron en ellas- y los más jóvenes ponen imagen a aquello de lo que tanto han escuchado hablar en casa. Las fotos han salido de la cámara, sensibilidad y tacto de Jesús Ángel Gómez (Zaragoza, 1966), un arquitecto apasionado de la fotografía y enamorado del Maestrazgo y de Cantavieja en particular.

Esta exposición ha supuesto para él una especie de «explosión» de su afición por la foto unida al pueblo después de años recorriendo el territorio con su cámara. «Ver a la gente que se detenía en ellas y empezaba a conversar y a compartir recuerdos fue algo muy bonito», dice. «Una amiga me contaba que su padre hacía varios viajes a la plaza desde casa a ver la masía en la que se crió… Todo esto es emocionante para mí», añade. Este encargo le llegó porque su hija Silvia, que sigue sus pasos en la arquitectura, realizó el trabajo final de sus estudios sobre estas construcciones. «Me preguntaron sobre la posibilidad de hacer una exposición ya que las habíamos documentado pero no tenía fotos de las más de cien», cuenta. Lejos de ser un impedimento, conseguirlas y hacer la mejor foto fue su reto de este verano que invita a continuar. «Hay mucho sobre lo que se puede investigar y estas fotografías ahí quedan».

Enamorado con casa propia

Su admiración por el Maestrazgo no tiene que ver con la sangre. De hecho, él desciende de Gallocanta. «Mi vínculo viene a raíz de una amiga que se casó con un ganadero de Cantavieja. A partir de ahí comenzamos a ir en verano, fiestas y al final nos compramos casa e intentamos ir cada fin de semana y siempre que podemos», explica. «Nos atrapó todo pero en especial la gente, es lo mejor», añade.
Esta afición por la fotografía le viene de siempre. En casa había una cámara de uso casero pero con 20 años se compró su primera réflex -una pentax p30- y se dio cuenta de que podía expresar mucho más allá de una reunión con amigos. «No sale la foto de lo que estás viendo sino de lo que tú quieres que salga, de eso se trata», añade.

Con su Canon 60, una réflex digital que compró hace seis años, recorre el Maestrazgo aprovechando su afición al senderismo. «Aunque tenga 20.000 fotos de Cantavieja no son iguales. La gente me pregunta si no me canso pero es que cada vez es diferente porque la luz nunca es igual», sonríe. Ahora está inmerso en la fotografía nocturna. «Según vas conociendo y aprendiendo vas queriendo ir a más y esa búsqueda de la luz donde no la hay, la verdad es que es algo hermoso», valora.

Ese punto de desafío que lleva intrínseco la fotografía es lo que le enganchó a la cámara y le mueve a seguir aprendiendo. Además de disparar siendo muy joven con la que tenía en casa de sus padres, decidió acudir como oyente a la Escuela de Artes en Zaragoza donde le «llamó mucho la atención» todo lo que tenía que ver con los colores y la composición. Continuó su formación de manera autodidacta gracias al impulso de un amigo. «Yo iba con mi réflex por la vida pero en automático y este amigo que sí que entendía me dijo que era un crimen, que aprendiera la técnica», ríe. Le hizo caso y se buscó la manera de sacar el máximo partido a su máquina fundamentalmente a través de cursos y sesiones en internet como las de José Benito Ruiz en Youtube, y poniéndolo en práctica.

El Maestrazgo siguió siendo su lugar favorito en el mundo para salir a caminar y tomar imágenes. Tanto, que pronto se ganó una invitación para su primera exposición. «Al final de un verano me propusieron desde la Oficina de Turismo de Cantavieja la pared que quedaba libre en el lavadero», apunta. Así formó parte de una muestra colectiva llamada «Reflejos en el agua» el alusión al propio efecto que causaba el líquido estancado en las imágenes expuestas. Ahí fue donde muchos pusieron nombre y apellido «al tipo de la cámara» y, sobre todo, vieron sus resultados. Entre ellos, Bruno Carceller, artesano de la marquetería que admira su trabajo y por eso propuso a Gómez para EncontrARTE. «Cantavieja es mi musa, solo allí me siento fotógrafo», concluye.

Fotografía nocturna de Cantavieja. / Jesús Ángel Gómez
La esencia de Cantavieja en una foto en Mas de Soler. / José Ángel Gómez
La masía Esteban de Cantavieja. / Jesús Ángel Gómez
Masía del Molino Nuevo de Cantavieja. / Jesús Ángel Gómez
Masía Torre Aliaga de Cantavieja. / Jesús Ángel Gómez
Masía Casica Roya de Cantavieja. / Jesús Ángel Gómez

La ultima actualización de esta noticia fue 17 Ene 2022 10:43

Ver comentarios (4)

  • Pronto, desde ahí mismo, se podrán fotografiar turbinas eólicas de 150 m. Las lejanas ciudades y su amplia oferta de servicios necesitan luz “verde”

  • Pues si aprovecha que cuando te descuenta El encanto se abra ido a tomar por el culo

  • Patética Cantavieja.... así quedará gracias a su alcalde por propiciar lo que será el hundimiento del pueblo y comarca gracias a sus intereses eólicos. Desde luego en su tienda de productos comprará Rita.

  • Tres familias menos y con niños que se han ido este año y espera que no serán las ultimas
    Y si se hacen las centrales no vendrán más familias los que aquí estamos cambiaremos los cromos ya no trabajaremos de albañiles pintores fontaneros camareros electricistas ganaderos; nos pondremos de mantenimiento o mejor aún de alguacilillos a limpiar con las perras que habra
    Y los fontaneros electricistas albañiles ganaderos empresarios de turismo de la madera se quedarán sin gente y a cerrar porque no vendrá más gente
    La gente no se va porque no tiene de qué vivír aquí la gente se va porque no quiere vivir aquí y eso no lo arreglan los molinos es más los que si queremos vivir aquí eso nos hará plantearnos si queremos seguir viviendo después de que cuatro nos hayan vendido nuestro territorio