Manuel Marlasca: «Los que guardan la esencia del periodismo de sucesos son los medios locales»

VÍDEO Y ENTREVISTA. El encuentro con Manuel Marlasca en torno al tema «Crímenes reales y periodismo de investigación» arranca la programación del Festival Aragón Negro en Valderrobres

«Todos nos sentimos atraídos por el mal», una «atracción culpable» o una «fascinación» que en palabras del periodista y escritor Manuel Marlasca tiene su explicación en la «distorsión» que sobre las figuras criminales ha hecho la ficción. En sus 33 años de experiencia en el periodismo de sucesos, la atracción por el mal es algo que todavía le sorprende. En el marco del Festival Aragón Negro, Valderrobres ha contado este fin de semana con un invitado de lujo. Especialista de la crónica negra, Marlasca ha compartido con el público su visión sobre la realidad del periodismo de investigación y también ha hablado del trabajo de los medios locales.

La ultima actualización de esta noticia fue 26 Ene 2021 13:01

Es la segunda vez que participa en el Festival Aragón Negro. ¿Qué destacaría de esta propuesta cultural?

El propio concepto de Aragón Negro me parece único que dota y da una personalidad exclusiva a este festival. Acercar la cultura a rincones como éste, creo que es una idea excepcional, porque el contacto que tienes con los lectores no lo encuentras en ningún otro supuesto. Participar en Aragón Negro es un privilegio por eso.

¿Cuál cree que es el motivo de la popularidad de la crónica negra, su especialidad?

Es muy fácil que la gente absorba y consuma la temática de los crímenes, y en general, todo lo que tiene que ver con los sucesos y la crónica negra. Es muy complicado que uno empatice con el papel de un diputado del Congreso o de un multimillonario, pero sí es muy fácil ponerse en el lugar de una víctima de cualquier cosa, ya sea un asesinato o un secuestro. Con el padre de un desaparecido por ejemplo, nos podemos identificar todos. Ese es el secreto por lo que funciona la crónica negra.

¿En qué punto se encuentra el periodismo de investigación, tanto local como nacional?

El periodismo de investigación es un término en el que yo no creo demasiado. Yo creo que existen solo dos periodismos: el buen periodismo y el mal periodismo. El buen periodismo utiliza las herramientas del periodismo de investigación.

¿Cómo se trabaja en la investigación y documentación previa a la hora de publicar un caso?

Yo tengo una norma. A los casos hay que acercarse lo más posible, es decir, tratar de hablar con todos los protagonistas de la historia. Por supuesto, con las víctimas ya que tienen que tener un papel deferente y diferencial cuando estás tratando este tipo de información. También es importante acercarte a las fuentes de información primarias y originales que son la Guardia Civil, la Policía…, la unidad que haya hecho posible la detención del responsable. Cuando el asunto ya está de cara a un juicio hay que consultar a todas las partes, también a la defensa del malo… Es el papel del periodista el que tiene que contextualizar, seleccionar y ver lo que es interesante y lo que no.

¿Cuáles son los errores más comunes a la hora de tratar un suceso?

En estos casos hay que tener mucho cuidado. Cuando en un periodista cae toda la información de un sumario judicial hay cosas con las que puedes hacer más daño a las víctimas. Cuando hay un asesinato se pone un foco enorme sobre cualquier víctima y todos tenemos zonas de sombras que no nos gustaría que se dieran a conocer de nuestras vidas. Esas zonas de sombra suelen estar en los sumarios judiciales. Por eso un periodista tiene que saber contextualizar y saber lo que tiene entre manos.

El periodismo local tiene una serie de oportunidades que los medios nacionales no tienen, pero también otras limitaciones respecto a ellos. ¿Cuáles son las diferencias en el tratamiento de un suceso?

Los que guardan la esencia del periodismo de sucesos son los medios locales porque es donde todavía la gente conoce al juez de instrucción del pueblo, donde sabe el nombre de pila del comandante de puesto de la Guardia Civil… Es decir, el periodismo local es el periodismo de fuentes, de la calle, el periodismo que cuando ocurre algo mira a los ojos a los protagonistas de la historia y saben hacerlo. En los medios nacionales todo eso se difumina, se pierde, porque la gente ni tiene tiempo, ni tiene ganas, ni tiene quien les enseñe. Y eso es muy importante. No hay nadie que les explique cómo trabajar en la calle, como fidelizar a una fuente o cómo captar más fuentes de información. Por eso creo que el mejor periodismo de sucesos se sigue haciendo en los medios locales.

¿Se ha tratado de forma diferente el triple crimen de Andorra?

Sin duda. Sólo los medios locales sois los que conocéis el nombre de las víctimas de Norbert Feher. Todos los medios nacionales saben quién es el asesino, saben que se llama Igor el Ruso, saben de dónde vino, saben sobre los crímenes que cometió en Italia, lo saben todo sobre él…. Sin embargo, de las víctimas apenas saben nada. Es aquí, en los medios locales donde sí que se ha hecho ese trabajo. Vosotros os habéis preocupado de las víctimas.

¿Cómo evitar el protagonismo que alcanza el criminal?

Lo cierto es que alcanzan el protagonismo. Norbert Feher es el ejemplo perfecto. Tanto en este caso como en general, los medios ponen  muchas veces demasiado el foco en el asesino y muy pocas veces en las víctimas. Muchas veces conocemos la vida de los asesinos y sin embargo no sabemos de qué familia vienen las víctimas, qué vacío deja su pérdida. Nos centramos en el criminal porque nos parece más glamuroso, cuando en realidad no lo es. Es difícil sustraerse de esa atracción.

Habla de la atracción por el mal, ¿es un fenómeno generalizado?

Sí. La palabra correcta sería fascinación. Tenemos un problema y es la distorsión que sobre las figuras criminales ha hecho la ficción, el cine y la televisión en particular. Si a uno le preguntan por asesinos célebres, enseguida pensamos en Hannibal Lecter, por ejemplo.  Yo en 33 años de ejercicio nunca he encontrado un asesino que pinte como pintaba Hannibal Lecter en su celda… Los asesinos por lo general suelen ser gente bastante menos glamurosa, con bastante poco encanto, bastante poco inteligente incluso. Un ejemplo es el Solitario, Jaime Giménez Arbe, una figura absolutamente bufonesca y sin embargo gozó de cierta popularidad y de cierto predicamento.

Muchas veces los periodistas son atacados por ser morbosos. ¿Cómo se gestiona la polémica suscitada a la hora de publicar casos de este tipo?

He vivido toda mi vida en redacciones y he compartido con mis compañeros de otras secciones. A diferencias de otros áreas, en sucesos todo el mundo se permite opinar, sobre si lo hacemos bien o lo hacemos mal, si somos morbosos o si no.. Todo el mundo parece capacitado para opinar y esto no es así. Las redes sociales son como enormes barras de bar donde llegan borrachos y te sueltan cualquier invectiva. El periodismo de sucesos es algo mucho más serio y si alguien lo quiere juzgar que se venga un rato a hacer periodismo de sucesos. Que se venga a hacer una espera, o a cubrir la desaparición de alguien, que mire a la cara a una víctima y que se siente a hablar con ella… Solo después de ponerse en nuestro lugar que hable del periodismo de sucesos. Nosotros somos siempre el género más popular hasta entre nuestros compañeros, pero luego casi nadie se atreve a hacer lo que hacemos. Si quieren opinar sobre nuestro trabajo, primero que lo hagan.

¿Qué es lo que se debe mejorar en el periodismo de sucesos?

Que se enseñe a la gente a hacer periodismo de sucesos. Hay ahora una falta de tutelaje. La gente llega muy joven a las redacciones, nadie se preocupa de ellos, de enseñarles, de acompañarles a la calle ni de cómo tratar con las fuentes. Los sueltan como paracaidistas en las redacciones… Todos hemos necesitado quien nos enseñe. En resumen, creo que hay dos grandes problemas: la falta de tutelaje y la decisión de algunos periodistas de darle la vuelta al foco y ponerlo sobre ellos mismos, en vez de lo que está ocurriendo. El foco tiene que estar siempre en la gente que no son periodistas, porque tus peripecias le dan igual al lector o al oyente. Cuéntale lo que pasa en ese sitio, pero no le cuentes tus aventuras y desventuras.

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  • El periodismo está acabado,no hay crítica,ni cuestionamiento, se han convertido en voceros del poder,y viven prácticamente de las subvenciones del amo.