La UNESCO suscita el debate sobre cómo mantener la tradición «pura»

La protección implicaría el reto doble de preservar la esencia salvando la lacra de la despoblación

La protección implicaría el reto doble de preservar la esencia salvando la lacra de la despoblación

La Ruta del Tambor y Bombo encara la que esperan sea su penúltima Semana Santa antes de entrar a formar parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO. Un reconocimiento que no podrá obtener hasta finales de 2018 y que, más allá de obtener un sello de calidad supondrá todo un reto.
El trabajo previo para preparar la candidatura es solo el punto inicial de lo que supondría entrar a formar parte de la UNESCO. La protección implica una responsabilidad para las 17 poblaciones de las cinco comunidades incluidas en la candidatura «Tamboradas. Rituales de toques de tambor». De ellas, la mitad son los nueve pueblos de la Ruta. Les otorgaría una protección que les garantiza una mayor visibilidad en el ámbito internacional pero al mismo tiempo supondría la exigencia de un compromiso para mantener su tradición.
Por ejemplo, Valencia ya prepara un Plan Estratégico para sus Fallas, que este año han conseguido ser Patrimonio de la Humanidad. Esta estrategia incluye un estudio de impacto económico pero también social, turístico y ambiental que permita conocer las entrañas de la fiesta.

Preservar sorteando la despoblación

En el territorio nadie oculta que el principal problema al que se enfrentan los pueblos de la Ruta es la despoblación. «Para nosotros supondrá prestigio, igual que la declaración Internacional, y nuestra labor será mantenerlo», afirma el presidente de la Ruta del Tambor y Bombo, Segundo Bordonaba, que no oculta su preocupación por la acuciante pérdida de habitantes en el Bajo Aragón Histórico.
La voz de Bordonaba es la de muchos tamborileros, como la de José Mª Gasco, artesano, tamborilero y alabardero de Albalate del Arzobispo. Ambos forjaron su amistad en la llamada familia del tambor. «La Semana Santa, el tambor y la Ruta nos ha vinculado y unido a todos los pueblos. A la mayoría de gente que aprecio en Híjar, por ejemplo, es porque tenemos en común a los alabarderos», dice Gasco. También le preocupa la despoblación pero, sobre todo, que la generación actual llegue a confiarse y no ponga medios. Lo ejemplifica con Urrea de Gaén, un pueblo que «no alcanza los 500 habitantes y en el que el 100% de la gente está dentro de la procesión. Pocos se ven mirando cómo pasa», dice.
A estos factores se suma la tarea de cuidar las marchas tradicionales. Consideran que el deber de los mayores es transmitirlas pero el de los jóvenes, hacerlas suyas. «No digo que vayamos a perder el ADN sonoro pero debemos cuidarlo y potenciarlo», dijo Bordonaba. «Toda la vida se han inventado toques y se ha innovado, pero hay que distinguir entre procesiones y exhibiciones y en ningún caso mezclarse ni convertirse en nuestra seña de identidad. Nuestras marchas nos hacen únicos», añade.
En 2014 la Semana Santa de los nueve pueblos fue declarada de Interés Turístico Internacional. El reconocimiento es, por un lado, un atractivo para visitantes y, sobre todo, para subvenciones, como las dos partidas de 50.000 euros que ha recibido la Ruta del FITE para ejecutar el museo. Por otro lado, implica una serie de deberes a toda la sociedad, no solo a quienes están implicados en Semana Santa con la preservación de toques. También en otros tan fundamentales como el turístico y hostelero donde se prevé unos buenos resultados, sobre todo, entre Jueves Santo y Lunes de Pascua o entre Viernes Santo y Domingo en función de la procedencia del visitante. Esperan completar el buen inicio de primavera con Jornadas Nacionales y Superbikes ya que, tras Semana Santa quedará San Jorge y el puente del 1 de Mayo.

Reservas rozando el lleno

El rector de la Universidad de Zaragoza, José Antonio Mayoral, recordó los datos de impacto económico de la Semana Santa en los pueblos de la Ruta. En su discurso como pregonero de las Jornadas el sábado en Samper, rescató el estudio de Isabel Arnas. La albalatina cifraba en unos 9 millones de euros los beneficios en 2012.
Durante Semana Santa el territorio recibirá, sobre todo, a público nacional y especialmente, familiar o grupos de amigos, en general.
Aunque todavía quedan plazas sueltas, la ocupación hotelera roza el lleno en el Bajo Aragón donde el interés por Alcañiz, Calanda y Alcorisa acapara la mayoría de llamadas. «Si no puede ser en esos pueblos, los reubicamos en los alrededores», explica la gerente de la Asociación Turismo Bajo Aragón, Nieves Ballestero. Asegura que las reservas se hacen con cada vez más antelación y hace hincapié en el visitante que no se puede contabilizar. Se trata, en su mayoría, de zaragozanos que solo pasan el día de Viernes Santo en estas localidades y regresa a dormir a casa. El clima influye en que sean más o menos. Ballestero está de acuerdo en que reconocimientos como el de la UNESCO, exigen mantener un nivel. «Desde que iniciamos el Plan de Dinamización Turístico en la Comarca del Bajo Aragón se trabaja en eso con cursos, formación y trabajando con los establecimientos que cada vez son más excelentes», explica.
El presidente de la Asociación Teruel Empresarios Turísticos, Juan Ciércoles, también incide en este aspecto. «Todo suma y mejorar la ocupación significa que debemos encontrar el equilibrio en la calidad-precio». En zonas como el Matarraña y Maestrazgo donde el principal atractivo es la naturaleza, también se percibe el impacto de la Ruta. «La gente viene varios días y, al menos uno lo invierte en pueblos de la Ruta», comenta el presidente de los Empresarios Turísticos del Matarraña, José Antonio Higueras.
En la zona están prácticamente llenos, igual que en el Maestrazgo donde llegaron a registrar reservas incluso en febrero. «Siempre recibimos el mayor flujo de gente cuando termina el Drama de la Cruz el Viernes Santo por la tarde. La gente suele Romper la Hora en Calanda, ir a Alcorisa y ya se viene». La presidenta de los Empresarios Turísticos del Maestrazgo, Mª Pilar Beltrán, tiene el fenómeno estudiado desde hace años», añade. De hecho, según la Asociación Empresarial alcorisana, La Pasión llega a atraer a 8.000 personas, una cifra tres veces superior al número de habitantes. Al igual que los alojamientos, también los restaurantes son reservados con antelación, sobre todo, con grupos grandes.
La asignatura pendiente del Maestrazgo sigue siendo atraer a la gente de Zaragoza que sigue decantándose más por el Pirineo. «Estamos al 100% con gente, sobre todo, de Valencia y Cataluña y estos alargan hasta el lunes porque es festivo», añade.

La ultima actualización de esta noticia fue 21 Sep 2020 12:13