Emotivo homenaje al calandino Víctor Romero

La Casa de Cultura ya lleva el nombre del joven Guardia Civil, asesinado por Norbert Feher hace un año

La Casa de Cultura ya lleva el nombre del joven guardia civil, asesinado por Norbert Feher hace un año

Calanda, municipio en el que se crió Víctor Romero, el Guardia Civil asesinado por Norbert Feher el pasado 14 de diciembre de 2017, ha querido rendir a su vecino un emotivo homenaje a través de un acto en la Casa de Cultura, descubriendo una placa con su nombre. Unas horas después de que el silencio se hiciera en Andorra con la marcha en recuerdo de José Luis Iranzo, invadió las calles de la Villa Calandina.

El homenaje a Víctor Romero en el que se recordó a Iranzo y a Víctor Jesús Caballero, empezó con una misa y siguió con una concentración en la plaza.

Cientos de personas arroparon a la familia y los amigos caminando por el centro con la pancarta reivindicativa que rezaba las palabras «Justicia y verdad». Terminaron frente al edificio de la casa de cultura donde la imagen de Víctor Romero ya estaba proyectada en una de las paredes.

 

 

En la entrada al edificio, los hermanos de Romero, Rocío y Óscar, leyeron un manifiesto acompañado por imágenes. Una primera parte haciendo balance de este año en el que en investigación «todo son puertas cerradas» y una segunda parte en la que se recordaron momentos personales con Víctor. Le despidieron, antes de guardar un minuto de silencio, con un beso lanzado al cielo.

Estos actos en recuerdo del joven Guardia Civil nacieron del equipo de gobierno a petición de los vecinos de la localidad. El consistorio propuso a la familia varias opciones y ellos escogieron la Casa de Cultura como lugar que llevase el nombre de Víctor Romero. «Es un emplazamiento correcto al transmitir importantes valores como la educación, libertad, respeto, convivencia e igualdad», señaló el alcalde de Calanda, José Ramón Ibáñez.

 

MANIFIESTO ÍNTEGRO:

 

Buenas tardes a todos y muchas gracias por vuestra asistencia a este sencillo y emotivo acto.

En primer lugar queremos agradecer inmensamente a la corporación municipal y a José Ramón, como cabeza de la misma, su predisposición y colaboración para poder homenajear a Víctor, así como a todas las personas que han mostrado su apoyo a esta iniciativa.

Hace exactamente un año, un 14 de diciembre, a esta misma hora, recibíamos la peor de las noticias: mi hermano Víctor había perdido la vida, junto a uno de sus compañeros y a un civil. Las noticias de estos hechos se propagaron rápidamente: enseguida supimos que su compañero era Víctor Caballero, amigos, siempre inseparables, hasta la muerte; el civil José Luis Iranzo, con quien, sin saberlo, estaba íntimamente ligado gracias a una pasión que compartían, el campo y sus labores.

Un individuo atroz, frío y calculador; un monstruo sin escrúpulos cuyo único objetivo es matar por matar a todo aquel que se interponga en su camino, sin ningún motivo ni razón; un asesino les arrebataba la vida de una forma cruel y rastrera, sorprendiendo a los tres en la oscuridad de la noche.

En ese maldito instante nuestras vidas cambiaron, la comarca enmudeció y el dolor y la rabia se adueñaba de nuestros corazones.En un solo momento la tranquila vida que hasta ese día llevábamos se vio truncada. Todo ocurrió muy rápido. Más de lo que nunca hubiéramos imaginado.

La vida cambia en un instante, sin que seamos conscientes de ello.

A veces, la vida se paraliza, no avanza, no continúa… y eso es exactamente lo que ha ocurrido desde ese fatídico día 14 hasta hoy, 365 días después. Nuestra vida se ha detenido, las explicaciones no han cambiado y las responsabilidades siguen sin aparecer.  Todo sigue igual.  Bueno, todo no: nuestras fuerzas siguen adelante y pese a que Víctor sigue haciéndonos mucha falta en nuestro día a día, poco a poco vamos aprendiendo a vivir con su ausencia.  Pese a eso, seguimos sin perdonar ni comprender esta barbarie.

El tiempo no avanza, nos sentimos igual de desamparados por la justicia que hace un año. Todo son negativas y puertas cerradas para intentar avanzar con las investigaciones. Y, a día de hoy, la única sensación que tenemos es que la justicia no es igual para todos.

No debería ser posible que un prófugo de la justicia italiana, tras matar, tras violar, tras robar, y tras cometer un sinfín de hechos delictivos,llegase a nuestro país sin levantar ninguna sospecha.

No debería ser posible que, tras disparar con un arma corta a dos personas, con una clara intención de matar, e hiriéndolas de gravedad, este monstruo no fuese buscado con medios acordes a las circunstancias.

No debería ser posible que un año después no tengamos conocimiento de los dispositivos de seguridad que se pusieron realmente en marcha entre los días 5 y 14 de diciembre de 2017.

Demasiadas cosas no deberían ser posibles. Pero que, desgraciadamente, sí lo han sido, y las hemos sufrido en nuestras entrañas.

Día tras día, los medios de comunicación se hacen eco de noticias cada vez más absurdas, incongruentes y dolorosas. Tenemos que aguantar que se tardase más de un mes y medio en encontrar una de las guaridas del asesino situada a escasos metros del lugar en el que mató a mi hermano y a Víctor Jesús; que un año después todavía no se conozca la totalidad del secreto de sumario; que ya hayan sido tres las juezas que, hasta el momento, han estado al frente del caso; que hayan considerado oportuno desestimar la unión de los hechos del día 5 con los del día 14 en el mismo caso; o que no quieran analizar los restos biológicos encontrados en los lugares en los que se escondía y contrastarlos con el ADN de otros posibles implicados por el elevado coste económico que, según ellos, eso supone; entre otras muchas cosas.

A todo ello, podemos añadir que tenemos que escuchar testimonios tanto de personas al cargo del dispositivo como de nuestros políticos en los que aseguran, y cito textualmente: «en el Bajo Aragón se magnifica todo, más que en otras zonas de España, porque las poblaciones son pequeñas»; que con más personal puede que «la cifra de muertos fuera mayor»; que el operativo fue el «correcto» y el trabajo de los que lo dirigieron fue «ejemplar»; que «en el triple crimen hubo más operativo que si hubiera ocurrido en Madrid»; o que todo apuntaba a que el delincuente se había alejado de la zona, a pesar de seguir sucediéndose los robos continuados.

Sin embargo, parece que son ellos los únicos que están de acuerdo con sus palabras.

¿El único objetivo de todo esto? Echar balones fuera, queriendo hacernos ver que todo se hizo correctamente. Pero no van a taparnos los ojos. No por mucho repetir las cosas están bien hechas, ni lo malo se convierte en bueno.

Parece que esa gente no quiere darse cuenta de que detrás de esos asesinatos hay hijos, madres, padres, mujeres, hermanos, amigos y familiares, a los cuales estas palabras y excusas no hacen más que encender nuestra rabia, porque aunque no se lo crean, tontos no somos; y no vamos a cesar, seguiremos pidiendo la justicia y la verdad que merecen.

Ha pasado ya un año, un año en el que han ocurrido muchos acontecimientos, en el que el dolor ha sido inmenso y en el que, afortunadamente, hemos podido encontrar algo de consuelo en todas las personas que nos quieren, que nos han apoyado y nos han dado ánimos. Sin el apoyo del todo el pueblo de Calanda, de pueblos de los alrededores e incluso ciudadanos anónimos que han sentido la pérdida como suya, esto hubiera sido un infierno mayor.

Víctor, hoy toda la gente que te conocía, te quería y te apreciaba se reúne de nuevo. En este caso para dejar tu nombre clavado en el pueblo de Calanda para la posteridad. Con este sencillo acto, queremos rendirte homenaje y destapar esta placa que otorgará tu nombre a la Casa de Cultura de Calanda que, a partir de ahora, se va a llamar Casa de Cultura Víctor Romero.

Se trata de un lugar de encuentro, de cultura, de reunión y, como bien indicaron los miembros de la corporación municipal en el pleno celebrado en el ayuntamiento, «un lugar correcto al transmitir valores como la educación, libertad, respeto, convivencia e igualdad». Todos esos valores los tenías tú grabados a fuego, siempre ayudando a los demás, con tu vocación policial desde bien pequeño y que incluso te hicieron llegar al límite de dar tu vida, sí, tu vida, por ayudar a la gente. Eso es lo más grande que puede dar alguien por proteger a los demás y, esos valores son los que van a quedar aquí grabados para siempre.

Un hombre valiente, amigo de sus amigos, siempre dispuesto a ayudar a todo aquel que se lo pedía, fuera en la actividad que fuera, en su trabajo como Guardia Civil ,en la agricultura, la ganadería o en cualquier otro tipo de tarea. Generoso y amable, siempre de buen humor y con una gran sonrisa en su cara. Al final eso es lo que quedará en la memoria de todos, que fuiste una gran persona con mayúsculas.

Cuántos momentos vividos se agolpan en nuestras cabezas: reuniones familiares, tus viajes con amigos, muchas noches en el bar, las Semanas Santas tocando el tambor, tu preparación para entrar a la Guardia Civil, tu boda, las grandes comilonas con tus amigos en las que no teníais fin, la emocionante espera de tu niña… ojalá pudiésemos revivir cada uno de ellos. Sin embargo, tenemos que conformarnos con guardar tu recuerdo en nuestra memoria, para que siempre permanezcas en ella y nos acompañes toda la vida, porque mientras estés en nuestro recuerdo, tú seguirás vivo.

Víctor, hermano, allá donde estés cuídate mucho y cuida de nosotros, como lo hacías aquí. Aquí tienes tu mejor legado, tu familia, amigos y vecinos que te queremos y te echamos de menos. Tu hija Vega, aunque seguro que ya lo sabes, está creciendo a pasos agigantados. Es una niña muy guapa, inteligente, la niña de nuestros ojos, el mejor regalo que nos pudiste dejar, y que nos demuestra cada día que es hija tuya porque tiene tu mismo nervio y tu misma alegría. Nosotros, desde aquí, nos encargaremos de que sepa la grandísima persona que fue su padre, y de que esté orgullosa de ti, tanto como nosotros lo estamos.

Como te dijimos hace un año, te llevaste un trozo nuestros corazones, pero dejaste un trocito del tuyo en cada uno de los nuestros. No te olvides de nosotros, te prometemos que nosotros no lo vamos a hacer; y espéranos, porque estamos seguros de que algún día volveremos a encontrarnos.

Un beso enorme y muchas gracias a todos.

La ultima actualización de esta noticia fue 2 May 2019 11:33

Ver comentarios (1)

  • Un sencillo homenaje, pero bonito y unas palabras llenas de verdades y hermosas de sus hermanos. Un abrazo y fuerza para la familia.