David Gutiérrez: «La situación es crítica pero sectores como la agroalimentación ayudarán a paliar los déficits»

ENTREVISTA. Para el director general de Caja Rural de Teruel la estructura económica de la provincia permitirá amortiguar la crisis económica

Caja Rural de Teruel celebró este martes su Asamblea General Ordinaria para hacer un balance del ejercicio 2019 y, entre otras cuestiones, ofrecer un avance de las cifras que se han manejado en este año 2020. Entrevistamos al director general de esta cooperativa de crédito, David Gutiérrez.

La ultima actualización de esta noticia fue 21 Oct 2020 21:31

En la Asamblea General Ordinaria se aportaron muchos datos, ¿con cuáles debemos quedarnos?

Efectivamente, hemos dado muchas cifras pero el mensaje principal es que en el 2019 cerramos el ejercicio en positivo, tras un 2018 complicado. Este 2020, a pesar de todas las complicaciones y la crisis que se está generando a causa del covid, seguimos en una línea positiva en cuanto a la gestión y los beneficios de la Caja.

Un beneficio de 3,2 millones de euros, ¿qué nos dice esta cifra?

Lo que nos indica es que la Caja tiene un negocio recurrente importante, con una gran base de clientes. Hay que destacar también el enorme esfuerzo llevado a cabo el año pasado en cuanto a provisiones, que venía desde el 2018 y que hemos continuado en este 2020. A pesar de dedicar 13 millones y medio de euros a la partida de previsiones somos capaces de generar este beneficio, aunque también hay que decir que parte de él redunda en el Fondo de Educación y Promoción. Atendemos a numerosas causas sociales, culturales y deportivas. Creo que es una cifra satisfactoria teniendo en cuenta todas las circunstancias en las que hemos estado inmersos.

También han mejorado parámetros como el ratio de solvencia o la tasa de mora…

Sí. El ratio de solvencia es uno de los más importantes para las entidades bancarias. El año pasado se mejoró notablemente con la aportación que recibimos del Sistema de Cajas Rurales, al que pertenecemos. Eso, acompañado de la evolución del negocio, permitió cerrar en un 17’65%, lo que nos situaba en una posición holgada de cara a los mínimos que actualmente se nos exigen. Este 2020 hemos seguido la misma trayectoria, se ha mejorado ese ratio, estando muy próximos al 19%. El trabajo de los casi 200 empleados que formamos parte de la Caja se ha traducido precisamente en poder aportar estas cifras.

En cuanto a la mora, efectivamente, se ha rebajado notablemente en 2’3 puntos porcentuales pero todavía somos conscientes de que nos queda mucho camino por recorrer en este apartado.

Hablamos del ejercicio de 2019, justo antes de la pandemia… ¿Qué datos se tienen sobre este año tan complejo?

Septiembre ha venido marcado por el covid y las entidades financieras hemos tenido que jugar un papel fundamental en la sostenibilidad de la economía. Ya lo veníamos haciendo, pero se ha acentuado. ¿De qué manera? Fundamentalmente aportando financiación a pymes y autónomos. Para nosotros se ha traducido en más de 1.000 operaciones de créditos ICO, la mayor parte en la provincia; y en haber llegado a precisamente a pymes y autónomos, que son nuestro público fundamental. Tuvimos un parón durante el confinamiento en otras áreas de negocio, como pueden ser fondos, seguros, etc. pero el balance que hacemos en septiembre es positivo. Seguimos con una política de saneamiento, de provisionar para posibles incertidumbres o crisis que puedan venir en el ejercicio siguiente. Estamos satisfechos pero sin relajarnos, mirando el día a día.

¿Qué preocupaciones les han trasmitido los clientes?

Por sectores el más afectado en la provincia de Teruel ha sido el comercio, por el número de establecimientos y el número de personas contratadas. También ha estado en paralelo el sector de la hostelería, por los diferentes cambios y regulaciones que ha habido. Sí es verdad que en la provincia ha habido datos positivos en cuanto a las reservas hoteleras. La zona del Matarraña, bien lo sabéis, han tenido un buen verano. Y el sector turístico comparado a la media española ha podido capear un poquito mejor el temporal.

Respecto al sector agroalimentario, la industria porcina está atravesando un buen momento a pesar de la pandemia; y en el sector del campo, el cereal ha tenido buenas cosechas, aunque hemos tenido que cubrir con seguros Agro determinados siniestros temporales.

En definitiva, la foto no ha sido tan negativa como los datos macroeconómicos de España. La preocupación de la gente es la incertidumbre y sobre todo el no tener claro lo que nos va a deparar, no el año que viene, sino lo que resta de año. Es una crisis mundial sanitaria que se traslada a la economía directamente. Es una preocupación generalizada por la incertidumbre y la falta de perspectivas que podemos tener en el muy corto plazo.

Al principio tuvieron que adaptarse para desempeñar su labor, ¿esto se ha mantenido ?

Sí, aunque con matices. Cuando empezó a vislumbrarse la crisis sanitaria allá, por el mes de marzo, nos reunimos y montamos unos equipos de teletrabajo para que parte de la plantilla pudiera desempeñar su labor desde el domicilio. Hay que decir que eso supuso un esfuerzo tremendo: pasamos de tener 40 puestos en modo teletrabajo a tener el 100% de capacidad de los 198 empleados que conformamos la Caja.

Lo que hemos hecho ha sido distribuir los equipos en modo teletrabajo y en modo presencial bajo una premisa muy clara: tener todas las oficinas de la Caja abiertas al público, con los horarios que nos han ido limitando las normativas. Y tenemos que decir que no hemos cerrado ni una sola oficina ni durante la pandemia ni en estos momentos. ¿Por qué? Porque nuestro modelo es de banca de proximidad, de banca rural. Los propios empleados fueron los primeros que dijeron que querían estar a pie de calle dando servicio y no cerrar las oficinas a pesar de la emergencia sanitaria ni del riesgo que suponía. Esto fue una sorpresa muy para mí. ¿Adaptación? Toda, porque hemos tenido que invertir en medios sanitarios, como todas las empresas, una cantidad importante. Eso, dentro de los presupuestos lógicamente ha sido un extraordinario. Pero la crisis sanitaria nos ha cambiado en cuanto que una parte de la plantilla sigue en modo teletrabajo, y la otra sigue desarrollando su actividad con los hándicaps que tiene el covid.

¿Han aumentado en estos meses las operaciones online?

Respecto a esta cuestión ha habido dientes de sierra. Durante el confinamiento, como estaba todo cerrado y no había actividad, la disponibilidad de efectivo se vio anulada y en cajero se vio muy reducida. Entonces sí es cierto que se incrementaron notablemente las operaciones online como consultas o transferencias. Después el cliente lo que ha hecho ha sido ampliar su abanico de posibilidades, más que sustituirlas. Nosotros apostamos siempre por el contacto humano y un trato personalizado y eso no lo queremos dejar, ni que sea sustituido. Aunque tenemos que reconocer que el cliente tiene que apostar por estas herramientas que ponemos a su disposición para facilitarles el día a día. Realmente una vez acabó el confinamiento se ha vuelto a una actividad más o menos ordinaria en las sucursales aunque es cierto que hay quien ha continuado en esa modalidad online para sus gestiones diarias.

Pudimos hablar con usted a principios del mes de abril. Entonces decía que “hasta final de año o principio del 2021 no volveríamos a ver atisbos de normalidad”. ¿Qué previsiones o percepción tienen ahora desde la Caja Rural?

Mi percepción personal es que tenemos que ir día a día porque ahora mismo prácticamente todos los planes del Gobierno, toda las medidas que se están tomando, se aprueban semana a semana. Las perspectivas que tenemos es que esto no se va a arreglar de aquí a final de año. La esperada vacuna está muy claro que no se tendrá de forma generalizada este 2020. Hemos llegado a la conclusión de que tenemos que convivir con esta situación. Para la economía está claro que lo peor que podría pasar sería otro confinamiento general y mientras la situación sea la que vivimos ahora la palabra a utilizar es «adaptación». Es una situación crítica pero históricamente ha habido situaciones infinitamente peores que las que estamos viviendo. Nos tenemos que adaptar pero tenemos que intentar ver las cosas por el lado positivo. ¿Las perspectivas para la economía? No apuntan nada bien a nivel macroeconómico en España. Para la provincia de Teruel soy un poco más optimista por los sectores con los que contamos: el agroalimentario, funcionarios, pensionistas, autónomos que viven del campo… Todo esto tiene que ser una base fundamental para apoyar los déficits que vamos a atravesar en otros sectores. Tenemos que ser solidarios y conseguir que esos colectivos palíen en la medida de lo posible lo que afecte a otros sectores.

Cabe destacar ese Fondo de Formación y Educación que comentaba al inicio de la entrevista. Siempre se puede hacer algo por tratar ayudar.

El Fondo de Formación y Educación es santo y seña de la banca cooperativista, es una de las cosas que descubrí con mi llegada aquí y es algo de lo que estamos muy orgullosos dentro de la Caja Rural. Este martes se aprobó en la Asamblea el destinar 331.000 euros a más de 400 colaboraciones. Se viene colaborando históricamente con entidades como Cáritas o la Fundación Antonio Gargallo, y este año hemos incluido al Banco de Alimentos y la Cruz Roja Española para poder paliar los efectos del covid. También hemos creado una beca para jóvenes universitarios de Teruel con cuatro grupos empresariales de la provincia: Grupo Arcoiris, Fundación Térvalis, Grupo Pastores Oviaragón y Cereales Teruel. Asimismo se colabora en un montón de eventos culturales, agrarios, deportivos, Ayuntamientos… Estamos muy orgullosos de aportar 331.000 euros a estas cuestiones, lo que supone el 10% de los beneficios.

En la Asamblea General Ordinaria también se renovó al presidente de la entidad, en este caso José Cuevas; y también se dio a conocer el nombre del nuevo consejero: Juan Carlos Brun, presidente de la cooperativa Nuestra Señora de los Pueyos de Alcañiz.

Hay que matizar que lo que se renovó es el cargo de consejero del presidente. En cuanto a Juan Carlos Brun, que sustituye en el puesto a José Miguel Ayuda, estamos muy contentos porque es una persona cuyo currículo lo dice todo: Ingeniero de profesión, presidente de la D.O. del Ternasco, presidente de la Cooperativa, ganadero, agricultor… Nos puede aportar mucho, que es lo que buscamos en los consejeros, que nos den su conocimiento y su visión de los negocios que precisamente dominan, y está claro que el agroalimentario es muy importante para la Caja. Creo que su aportación será muy positiva, como la de José Miguel Ayuda, que ha estado 8 años con nosotros. En los próximos meses se hará de una manera oficial esa sustitución, pero antes de final de año esperamos tener a Juan Carlos incorporado de facto al consejo.

En la Asamblea también se mostró un vídeo que trataba de recoger el recorrido de Caja Rural en nuestra provincia con un protagonista cuyo nombre suena a muchos: Miguel Perdiguer.

Nos planteamos hacer un vídeo corporativo del centenario de la entidad y cuando contactamos la empresa nos habló de la presencia de un actor. En una conversación les comentamos que teníamos en la Caja a un cliente con 100 años: Miguel Perdiguer. Al principio no se lo creían pero cuando el director de negocio, Ángel Espinosa, les comentó la vitalidad y las personalidad de este hombre enseguida nos pidieron una entrevista con él para ver si se prestaba a colaborar en el vídeo de manera desinteresada. Tuve la oportunidad de coincidir con Perdiguer en una reunión en Alcañiz y la verdad es que estar media hora con él te rejuvenece porque tiene una cabeza privilegiada y una vitalidad desbordante. Para mí ha sido una grata sorpresa conocerle. El vídeo ha quedado precisamente cómo queríamos. Refleja los valores de la Caja y de los trabajadores, la provincia y sobre todo la forma de trabajar que queremos tener. La frase final del vídeo puesta en boca de Miguel Perdiguer lo resume muy bien. Estará disponible en las redes sociales y ya lo digo, me ha encantado. Lo hemos tenido que cortar, porque este hombre da para un documental y estamos muy satisfechos. Le agradecemos personalmente la colaboración que ha mostrado desde el primer momento.

También se homenajeó a aquellas empresas de la provincia que cuentan, al igual que Caja Rural, con cien años de vida. ¿Qué les motivó a hacerlo?

Nosotros entrábamos en ese club de las empresas centenarias y se nos ocurrió hacer un pequeño homenaje a todas las empresas con más de 100 años que hay en la provincia. Lo hicimos por dos motivos: primero porque es muy complicado llegar a los 100 años en el ámbito empresarial. La media de vida de una pyme hoy en día no llega a los 12 en un gran porcentaje de casos. Y segundo porque creemos que en los momentos actuales que estamos viviendo es un motivo de acicate y de ánimo ver cómo estas empresas se han sobrepuesto a todo lo que les ha pasado en sus más de 100 años de vida. Queríamos lanzar un doble mensaje: un reconocimiento a dichas empresas -algunas son clientes y otras no- y un mensaje de ánimo a todas las que en estos momento lo están pasando mal, así tienen en ellas un espejo en el que mirarse.

Tengo que agradecer a la Cámara de Comercio y a CEOE su ayuda, porque hemos tenido que tirar de un archivo de memoria. Pedimos disculpas si alguna empresa no está en este homenaje, aunque creemos que están todas, porque nos ha sido un poco complicado recapitular este listado.