Feher persiguió a Iranzo y mató a los agentes para «salvar» una Biblia

VÍDEO. El asesino confeso no se arrepiente y relata los tres asesinatos en su interrogatorio

Norbert Feher, alias Igor el Ruso, volvió a confesar los tres crímenes que cometió en Andorra el 14 de diciembre de 2017 y lo hizo sin mostrar ningún tipo de arrepentimiento. Ni pidió perdón ni descartó volver a actuar de la misma forma si se volviera a encontrar en una situación similar. Mató a Iranzo porque «en ese momento era una amenaza» para él y le persiguió para rematarlo. Después, disparó a los agentes de la Guardia Civil del equipo ROCA Víctor Romero y Víctor Caballero para «salvar la Biblia» que llevaba en su mochila y que no quería abandonar porque, para él, es «la salvación». Feher contestó así este lunes al interrogatorio al que fue sometido por la tarde, durante la primera sesión de la vista con Jurado Popular en la que se le juzga por el triple crimen de Andorra.

El Ruso se mostró dispuesto a responder a «todas las preguntas» desde el principio. Incluso a muchas de ellas lo hizo en castellano pese a contar con una traductora de italiano que se encontraba dentro de la cabina blindada, a su lado. Hubo contradicciones con respecto a su declaración inicial en Alcañiz cuando fue detenido el 15 de diciembre que el Jurado Popular, que se constituyó este lunes por la mañana, podrá comprobar gracias al documento que les facilitó la Fiscalía.

El juicio continuará al menos esta semana, con la declaración de los testigos y peritos. Será el jurado popular quien emitirá un veredicto la semana que viene. Por la mañana, las partes resumieron en qué va a consistir el proceso y destacaron lo que quieren demostrar. La Fiscalía y a los seis abogados de la acusación piden la prisión permanente revisable. El abogado defensor solicita la libre absolución.

El asesinato a Romero y Caballero

Norbert Feher inició el tiroteo contra los guardias civiles Víctor Romero y Víctor Caballero porque era la «única forma» de «salvar la biblia» que le acompañó durante todo su periplo y que guardaba en una mochila. Acudió al Mas del Zumino en el coche de José Luis Iranzo después de matarlo para recoger sus pertenencia puesto que había dormido allí la noche anterior. Estaba cargándolas en el vehículo cuando llegaron los dos agentes. Se habían desviado de la comitiva que buscaba el mas del Saso al ver las luces de un vehículo. «No hui y disparé a los agentes porque quería recuperar mi Biblia. Si pudiese haber salvado la biblia de otra forma, estas dos personas estarían vivas», aseguró. La biblia estaba ya en el coche de Iranzo pero él lo abandonó para agazaparse tras el vehículo de los agentes. Añadió que no tenía intención de matarlos. «Sino, les hubiese disparado a la cabeza», respondió a las preguntas de la fiscal, Carmen Continente.

No obstante, y según reconoció en el transcurso de las preguntas de los seis abogados de la acusación durante casi tres horas y media, les disparó con dos pistolas desde detrás del todoterreno que conducían. «Salía por la derecha, disparaba, por la izquieda, disparaba, por la derecha…». Aunque aseguró no haberles disparado «por la espalda», también admitió en varias ocasiones que no se veía nada y que sólo las luces de posición de los dos vehículos iluminaban la noche cerrada.

Dijo que comenzó a disparar porque escuchó como el conductor le decía al copiloto que había alguien detrás del vehículo. «Oí como cargaban sus armas y comencé a disparar», recalcó en varias ocasiones. Indicó que no supo que eran guardias hasta que no lo comprobó cuando se acercó a sus cuerpos, ya tendidos en el suelo pero todavía con vida. Les robó un arma y dos mochilas que llevaban en la parte de atrás de su vehículo.

Con respecto al asesinato de José Luis Iranzo, Norbert Feher reconoció que le disparó en dos ocasiones, la segunda por la espalda, cuando el andorrano corrió hacia su Mitsubishi pickup huyendo tras el primer disparo. «No tenía nada contra esas personas. Fue la casualidad, el destino», contestó al abogado defensor de la familia Iranzo, Enrique Trebolle. Reconoció que «no fue lógico» dispararle pero tampoco mostró signo de arrepentimiento. «Me quedé atascado, tenía que salir. En ese momento, Iranzo era una amenaza. Si hubiese venido tres minutos más tarde, yo ya me hubiera marchado», relató.

También confirmó que entró en el mas del Saso, propiedad de los Iranzo, en dos ocasiones. El día anterior al crimen, para buscar un supuesto rifle que había escuchado el 12 de abril- detalló que el modelo era un 3090620-, y el mismo día del triple asesinato. La primera vez lo hizo por la puerta y no encontró ningún rifle, por lo que se llevó cervezas y una tienda de campaña. La segunda, se ayudó de una bombona de butano para acceder por la ventana rompiendo un cristal y una mosquitera.

Regresó el día 14 al Saso porque, siempre según su declaración, había perdido un cinturón de proyectiles el día anterior y quería recuperarlo deshaciendo el camino hecho. No lo encontró y, antes de salir de la casa, vio a Iranzo intentando abrir la puerta de la vivienda. Le disparó una vez e Iranzo huyó hacia su coche aparcado tras la valla de acceso a la paridera, a unos metros de la puerta. Le persiguió y el segundo disparo provocó que el ganadero se desplomase fuera de la valla, junto a su vehículo.

Convencido de que no había nadie más en el mas del Saso e ignorando por completo que el padre de José Luis podía haber llamado a la Guardia Civil, se dirigió con la pickup al mas del Zumino, donde se preparó para huir sin prisa hasta que se percató de los tres todoterrenos que pasaron cerca de él alertados por la llamada del padre de José Luis Iranzo, quien declarará este martes como testigo. El vehículo de Romero y Caballero se desvió hacia el lugar en el que se encontraba.

Cómo llegó a España

Sobre cómo llegó a España desde Italia, volvió a repetir que entró el 21 de septiembre de 2017 y que estaba en Teruel «de paso» hacia Valencia donde conservaba «amigos» en Chirivella y Catarroja de cuando vivió allí en 2015. Reconoció que se quedó un tiempo en el Bajo Aragón porque «estaba esperando a otra persona» para que le «trajera documentación». Descartó que esa persona residiera en Híjar. Cuando le preguntaron que cómo había llegado, contestó que «cuando digo la verdad, nadie me cree» refiriéndose a que reitera que llegó en bicicleta.

En ese aspecto, su llegada en bici, incidió Mariano Tafalla, el abogado de la viuda de Caballero y de los padres y hermanos de Víctor Romero. Enumeró los más de diez folios de objetos y enseres que llevaba encima Feher cuando le detuvieron en Cantavieja para demostrar que «es imposible que pudiese cruzar en bicicleta Italia y Francia», señaló el letrado.

El acusado explicó que muchos de los objetos los trajo de Italia pero otros tantos los compró en España, como por ejemplo una linterna que adquirió en un bazar chino de Caspe. Todo lo que compró lo pagó con hasta 10.000 euros con los que comenzó su huida a España. El dinero, según respondió, lo había conseguido anteriormente a través de «negocios privados».

Tafalla subrayó que dentro de su acusación, como la de otros letrados, se incluye la pertenencia a organización criminal y por eso preguntó por todos los miembros de la banda a la que pertenecía en Italia y con la que le relaciona la sentencia italiana que le condenó a cadena perpétua en marzo de 2019.

«La ansiedad es la enfermedad de los débiles»

En su turno de preguntas, el abogado de la viuda de Víctor Romero, Jorge Piedrafita, quiso «desmontar» el argumento de la defensa de que Feher padece neurosis de guerra. A sus preguntas, el acusado subrayó que los bombardeos que vivió en Serbia le traumatizaron, pero también «me hicieron más fuerte, vi morir mucha gente a mi alrededor». Además de descartar que tome o haya tomado cualquier tipo de medicación, respondió que no vivió ningún episodio de ansiedad porque «la ansiedad es la enfermedad de los débiles, no la mía».

La ultima actualización de esta noticia fue 13 May 2021 10:48