Piden estabilidad en el Hospital de Alcañiz para garantizar la atención domiciliaria y otras especialidades

TESTIMONIO. La COMARCA visita a una usuaria de Calanda que lleva desde 2015 recibiendo atención en su vivienda

Es sábado y ya ha comenzado el puente de Todos los Santos pero en casa de los Gargallo Bolea se espera una visita con mucho interés. Ya iniciada la mañana, y una vez se ha confeccionado la ruta de ese día, el equipo de Hospitalización a Domicilio arranca motores para acudir a visitar a sus pacientes. Calanda es la primera parada para el equipo que ese día forman el enfermero Fran Zurera y la médica internista Olga Gavín. En otro vehículo ha tomado distinto rumbo la enfermera Rosa Anglés para visitar a otros usuarios.

Zurera y Gavín llaman al telefonillo en una mañana muy gris y reciben el saludo de Gregorio Gargallo. El tono hace adivinar que sonríe y efectivamente, así les recibe tras el quicio de la puerta. «¡Adelante!», dice enérgico. Obedecen los interpelados y al fondo del pasillo está Pilar Bolea, la paciente que les saluda con la misma alegría. Los sanitarios comienzan con la evaluación y el matrimonio presta toda su colaboración. Ellos ya saben cómo funciona porque son usuarios desde que se puso en marcha este servicio en 2015.

Desde hace unos 13 años, la mujer padece de los pulmones y un problema de sarcoidosis en los bronquios, la hace propensa a neumonías y especialmente vulnerable en invierno. Sin embargo, salvo una neumonía, puede seguir una vida en casa con cierta normalidad, ya que es plenamente autónoma. Ella responde a todo lo que le preguntan, mientras su marido no deja ni un momento de prestar atención. Lector de la prensa, cambia el gesto a serio al reflexionar sobre los últimos acontecimientos. «No entiendo que se deje perder un servicio como este, eso es una barbaridad. Aunque las medidas que adoptan sean provisionales como están diciendo, ya sabemos lo que pasa con eso…», desconfía. Defiende que, además del beneficio para las familias usuarias, Hospitalización a Domicilio «es un bien para el hospital porque aligera la ocupación camas».

La internista Olga Gavín pasa consulta con Pilar Bolea en su casa de Calanda. / B. Severino

Respecto a su caso concreto, tener a su esposa en casa lo toma como un alivio para todos. «Ella, salvo algo grave que sí que deba ingresar, en casa es autosuficiente con el control de su medicación y un aparato con oxigeno que lleva en determinados momentos. Aquí estamos más tranquilos y evitamos que pueda contraer cualquier virus en el hospital», señala él. «Y con la preocupación que tengo yo si me ingresan de que mi familia haga tantos viajes a verme… cuando no hace falta, porque yo estoy bien», apunta ella. Han experimentado esa situación porque antes de que Alcañiz iniciara la atención domiciliaria siendo pionero en Aragón, los ingresos fueran leves o graves siempre eran hospitalarios. «Nos lo recomendó nuestro neumólogo, no nos lo pensamos y acertamos», dicen ambos, para quienes los que forman el equipo son como de la familia. «Todos los que vienen hacen muy bien su trabajo, además del cariño que nos dan a los pacientes y a las familias», señalan.

Se despiden unos de otros en el quicio de la puerta hasta donde ha ido también Bolea, que se da sus paseos por el pasillo. «Aquí nos quedamos», dicen más sonrientes si cabe que al inicio, ahora con la tranquilidad añadida que les da haber recibido la visita.

Para el enfermero y la internista, Calanda es la primera parada de una ruta más larga. De hecho, ese sábado es especialmente extensa y de allí continúan. En el servicio hay seis pacientes ingresados repartidos en localidades dispersas entre sí y eso requiere tiempo y seguir sumando números al cuentakilómetros. El sentimiento de gratitud es recíproco y por eso los profesionales consideran que «la población merece mucho más». El propio servicio no se diseñó para tratar a personas que residen en localidades a distancia considerable del centro hospitalario o en poblaciones con problemas de cobertura móvil. Sin embargo, también se llega y eso implica hacerlo solo con pacientes con dolencias leves.

Fran Zurera y Rosa Anglés, de Enfermería, el sábado antes de iniciar ruta con la internista Olga Gavín (centro). / B. Severino

La punta del iceberg

La Hospitalización a Domicilio es uno de los emblemas del Hospital por su buen funcionamiento y porque evita que en invierno se colapse el Hospital. La falta de personal en el servicio que ha hecho peligrar su pervivencia es el ejemplo más flagrante de la escasez de médicos en Alcañiz. Se mantiene con un solo facultativo cuando antes del verano funcionaba con tres, lo que obligó a pasar de atender a 20 pacientes a tan solo unos 10 y con un perfil muy distinto. El único médico de la unidad no es asignado y no puede acudir a los domicilios todos los días, por lo que la complejidad de las patologías de los pacientes debe ser menor. Sus dolencias deben permitir que solo les vea el internista dos días a la semana.

Los acontecimientos de la semana pasada cuando se alertó de la delicada situación del Hospital en cuanto a la falta de personal, desembocó el viernes en una recogida de firmas y en concentraciones en diferentes poblaciones para pedir «una Sanidad Rural con todas las plazas cubiertas». La puerta del Hospital fue durante una hora el punto de recogida de firmas, una iniciativa que terminó con un sonoro aplauso de los congregados arropando así además al equipo de Hospitalización a Domicilio desde donde partió la llamada. Pacientes, personal sanitario, ciudadanos -unos sorprendidos al pasar por allí y otros que acudieron a cita a propósito incluso de otras localidades-, además representantes políticos, pasaron a estampar su firma y a reivindicar la reposición de las plazas que faltan para que se garantice una atención de calidad. Quien desee dar la suya puede hacerlo descargando la hoja de firmas que se ha distribuido en redes sociales y entregarla impresa a cualquier profesional sanitario.

La falta de especialistas en el Hospital es acuciante y aunque tanto la dirección como los propios médicos intentan mantener los servicios, llega un momento que no pueden estirar más la cuerda. En junio ya alertaron por carta a la consejería de Sanidad de la pérdida de 15 especialistas, alrededor del 15% de una plantilla de casi cien; lo que merma considerablemente la calidad de la asistencia sanitaria por el cierre de consultas y por dejar en mínimos otros servicios además de la sobrecarga «de forma desproporcionada» para los facultativos.

No fue hasta días después de su publicación en La COMARCA a finales de agosto que se produjo la primera reunión entre el Salud y el Hospital para tratar de aliviar la situación y desde entonces se han puesto «parches» que aunque alivian la situación en algunos servicios, no ponen fin a un problema enquistado desde hace años en los hospitales periféricos que no hace más que agravarse. En la carta se alertaba de la pérdida de médicos en Medicina Interna, Urología, Radiología, Neurología, Urgencias, Oncología, Microbiología, Oftalmología, Anatomía Patológica, Rehabilitación y Otorrinolaringología.

El problema más acuciante se vive en Medicina Interna. Debería contar con 11 médicos en plantilla y le faltan cuatro especialistas y una media jornada por lo que en junio ya tuvo que cerrar las consultas ocasionando demoras de hasta 80 días para que un enfermo pueda ser visto por primera vez. «Que tengamos las consultas cerradas ocasiona que a corto-medio plazo se generen más ingresos hospitalarios porque quedan desatendidas patologías crónicas que hay que revisar para evitar descompensaciones e incluso se pueden pasar por alto diagnósticos de cierta gravedad como tumores», afirmaron los médicos cuando hicieron pública la carta remitida a Sanidad. El Servicio tampoco puede apoyar como debería a cirugía y la Hospitalización a Domicilio ha quedado muy mermada.

El Salud aportó hace un mes soluciones a las especialidades con más déficit después de Medicina Interna pero que siguen siendo otro «parche» porque ninguna pasa por incorporar más plantilla. Las guardias de fines de semana en Urología se cubren con facultativos de los hospitales Royo Villanova, Clínico y Miguel Servet; en Microbiología tras no cubrirse los dos contratos mixtos (trabajo combinado Zaragoza – Alcañiz) se valoran PCR en remoto y las guardias para pruebas de Radiodiagnóstico se realizan en el «anillo digital» (desde otro Hospital). Para las ecografías -única prueba que no se puede leer en remoto- se valoró el apoyo de una externalización de pruebas.

La ultima actualización de esta noticia fue 16 Dic 2021 19:11

Ver comentarios (7)

  • Sé que hay quejas y que nada es perfecto, pero yo vine a vivir aquí como refugiado del Brexit, y espero que la gente esté consciente de la alta calidad de los servicios médicos y de la atención que recibe uno. Es normal en Inglaterra tener que esperar (Covid aparte) una semana y a veces más para conseguir una cita con el médico. ¿Atención a domicilio? Eliminada hace años. Además me ha sorprendido el trato y la calidad de la atención que he recibido aquí, y todo dentro un ambiente amigable y educado. ¡Qué contraste!

  • Amigo Luis: El día que tu necesites este servicio veremos si tienes la misma opinion

    • Es una pasada hay pueblos que prefieren poner maceteros para fastidiar que los vecinos no puedan aplazar en la plaza, en vez de hacer fuerza para mejorar la sanidad.

  • Una pena.Hay personas que no saben que hay " más persnas"aparte de ellos.Eeste año he estado dos ingresos con mi padre y vaya jaleo con los medicamentos,cada día diferentes,no hay una organización.No tienen dientes,les llevan la comida pasar al muy blandito y de postre manzana,bien durica.Y algunas muy amablemente te lo cambian,pero hay otras personas que te contestan mal y así se queda.Simplemente quería decir que " los aragoneses " somos igual de personas que de madrid ,por ejemplo y estamos bastante desamparados.Un saludo.

  • Una pena.Hay que controlar las necesidades tanto en domicilio como en el hospital.Muy deficientes sin control de medicación ni comidas,incluso higiene.Por desgracia muy mala experiencia.Un saludo y espero haya una pronta y buena solución.