Guerra en Europa. Día 43. Arrancamos los días desde que atónitos amanecimos un 24 de febrero con el bombardeo de las tropas rusas y la invasión de Ucrania. Cada día, las pantallas de todo el mundo muestran escenas de auténtico terror, imágenes que nunca imaginamos que veríamos en «nuestros felices años 20», dentro de nuestro «siglo de la paz».
La verdad es que, tomando conciencia de la dimensión que está alcanzando el conflicto bélico en Europa (y en el en el mundo) cualquier cuestión resulta insignificante, banal. Ni siquiera la pandemia, esa que paralizó nuestra vida por completo hace exactamente dos años, parece ser ya relevante.
Desayunamos con imágenes de muertes, artillería y misiles. Hoy, mientras me tomo el primer café del día no quiero saber nada de la subida del precio de la luz, la gasolina o lugar de bombardeo del día. Busco una tregua entre los titulares para pasar los últimos sorbos de café y, de repente, me encuentro imágenes de Rosalía. En medio de una guerra, es capaz de revolucionar las redes sociales con amantes y detractores sobre su próximo disco. En una de las entrevistas publicadas la cantante responde a las críticas de sus últimos trabajos afirmando que, si el éxito acaba rompiéndole con los años, no pasa nada, «así es la vida».
«Así es la vida». Esta simple frase resuena en mi cabeza cuando ya solo me quedan posos de café. Sí, al parecer, la vida también es esto. Lo inesperado, doloroso e injusto. La vida, además de amor, sigue siendo guerra. Es momento de aceptar que ahora, más que nunca, el futuro es una gran incógnita, así que vivamos mientras podamos el ahora a ritmo de «Chicken Teriyaki».

Isabel Esteban. Las cosas que importan