La provincia de Teruel es uno de los territorios despoblados de Europa con una densidad de habitantes del orden de 9 por Km cuadrado. El territorio del Bajo Aragón histórico comprende seis comarcas, cinco de la provincia de Teruel y una de la de Zaragoza.

El cierre de empresas mineras está contribuyendo a empeorar la situación. Algunas inversiones públicas realizadas como la creación de la empresa de áridos de Andorra y otras, por no obedecer a un plan global y bien estructurado, han resultado ineficaces cuando no inútiles. Únicamente las ayudas a empresas concretas como la actual DS Smith han paliado de manera ligera el éxodo poblacional. La viabilidad de la térmica de Andorra y la posibilidad de deslocalización de otras empresas hacen mirar el futuro con preocupación.

Hasta la fecha los proyectos planteados buscan reactivar la economía y el asentamiento de empresas a través de inversión pública y la oferta de beneficios fiscales, así como ayudas para mejorar la explotación de recursos ya existentes en la actualidad, entre los cuales podemos citar el turismo de intención cultural y el desarrollo de productos agropecuarios de gran calidad, sobre los cuales todavía hace falta un plan de desarrollo integral bien coordinado y estructurado.

Infraestructuras

El primer objetivo es que la despoblación no mantenga su curso inexorable. Para ello es imprescindible dotar al territorio de unas infraestructuras básicas que faciliten la fijación de la población existente y que puedan suponer un elemento de atracción para el asentamiento de nueva población.

Entre las estructuras imprescindibles cabe citar las comunicaciones, tanto por carretera como por ferrocarril y por supuesto una red de banda ancha que permita una  comunicación virtual eficaz.

Otro grupo de infraestructuras básicas imprescindibles son las culturales, tanto en la fijación de la población como para el desarrollo turístico.

Infraestructuras culturales

Entre las 50 medidas para evitar la despoblación propuestas por el Senado en 2015 se hace hincapié en la creación de infraestructuras de comunicación; pero poco se indica en relación a la creación de infraestructuras culturales. La medida 37 dice: «Apoyo para revitalizar la vida cultural, tradiciones y costumbres que conforman ancestralmente el patrimonio histórico-cultural de las zonas rurales». Para revitalizar la vida cultural de manera estable no basta con acciones puntuales, sino que se trata de desarrollar infraestructuras culturales sostenibles.

La inversión pública necesaria para crear infraestructuras culturales es de una magnitud claramente inferior a cualquiera de las referidas al principio de este texto y de una rentabilidad en términos de fijación de población y de desarrollo del turismo de motivación cultural más estable y sostenible en el tiempo.

En la actualidad una amplia mayoría de los profesionales de áreas de educación y sanitaria, que constituyen el núcleo básico de la intelectualidad del territorio, no se siente vinculada al mismo, sino que procuran satisfacer sus necesidades culturales en la gran ciudad, es decir en Zaragoza.

Entre las infraestructuras culturales necesarias consideramos que un Museo, entendido como un elemento de difusión y vertebración cultural en el territorio, resulta imprescindible, porque incide tanto en la creación de un ambiente cultural como en la conservación del patrimonio artístico, monumental y cultural.Un museo es una entidad que tiene oportunidad de transformar de manera positiva el entorno donde se encuentra, y centrarse en el trabajo con los diferentes niveles de organización de la comunidad a la que sirve.

Los museos son muy importantes como agentes de inclusión social y de desarrollo de la sociedad, más allá de su tradicional papel en la difusión del orden cultural existente. La animación sociocultural puede facilitar el camino de apertura desde los museos a la ciudadanía y el aprendizaje para vivir nuestra cultura de un modo dinámico, activo, integrador y propio. Se trata de un instrumento educativo que favorece la creación de un movimiento social frente a la pasividad y la indiferencia, contra la exclusión, la segregación y el encandilamiento de una subcultura mediática.

Un museo está obligado a presentar su patrimonio de una forma didáctica que lo haga comprensible, le dé sentido y aproveche su potencial educativo.El conocimiento del patrimonio supone una puesta en valor de lasociedad del pasado,  por parte de  la actual; pero no constituye un fin en sí mismo, sino que es un medio que tiene utilidad para comprender e influir en las formas y características de las relaciones sociales.Es importante en nuestra sociedad multicultural integrar a los hijos de inmigrantes a una cultura común sin dañar la de su procedencia, utilizando elementos que muestren más las afinidades entre culturas que las diferencias.

 

 

Un museo en Alcañiz

La capital de facto del Bajo Aragón histórico es la ciudad de Alcañiz que ocupa el centro geográfico del territorio, lo cual facilita la posibilidad de ejercer como un centro de difusión cultural efectivo.

En la actualidad se dispone en Alcañiz de la mayor parte de los elementos necesarios para la creación de un museo:

  • En primer lugar, la voluntad del ayuntamiento de la ciudad para crearlo
  • Colecciones de obras de arte.
  • Espacios físicos.
  • Personal técnico básico.

Un museo necesita de capacidad gestora para elaborar actividades y ha de cumplir con su triple misión de conservación, investigación y difusión, así como ser un elemento que procure la inclusión social en el ámbito cultural. Con esa finalidad se creó la Fundación Quílez Llisterri en 2007. La fundación durante 10 años ha ido creando una serie de infraestructuras necesarias para el funcionamiento de un museo ligado al territorio al que ha de servir, tales como:

  • el Catálogo artístico, monumental y cultural del Bajo Aragón (CAMCBA), base para el conocimiento del patrimonio cultural del territorio
  • el Centro de estudios de arte del Renacimiento (CEAR), adscrito en la actualidad al IET dedicado al estudio e investigación del arte del renacimiento.
  • El Instituto Gaspar Sanz como centro de estudios musicológicos
  • Programas de conciertos exposiciones, cursos, etc.
  • Proyecto de Arte Inclusivo.

También será necesario establecer una relación estrecha entre el museo y las instituciones educativas a través de mediadores interesados en desarrollar un proyecto de didáctica patrimonial adaptado al territorio.

Los elementos necesarios para abrir el museo y que en la actualidad no están a disposición son:

  • Personal de dirección y técnicos superiores
  • Financiación para la adecuación de los edificios de la Lonja y el Palacio Municipal y su musealización.

El primer punto se puede abordar sin gastos derivados de contratación de nuevo personal, a través de la adscripción de plantillas del Museo de Teruel y/o del de Zaragoza mediante convenios de colaboración. También se contempla la posibilidad de que el museo pueda, conservando la titularidad municipal, actuar como subsede del Museo de Teruel.

En relación al segundo, existe un proyecto realizado por el equipo de arquitectura Laguéns que contempla dos fases.

  1. La primera consiste en eliminar las últimas actuaciones en el Palacio Municipal y la Lonja volviendo a la situación previa a las mismas.
  2. La segunda contempla la remodelación global de ambos edificios.

Actuar en los edificios indicados es necesario por el deterioro ligado a la falta de uso durante varios años. Una actuación urgente sobre el alero deberá ser acometida en breve. El saneamiento previo a la remodelación integral es también ya una labor que se debe abordar sin demora para proteger los edificios más emblemáticos de la ciudad.

La primera fase incluyendo una apertura provisional del museo está cifrada en unos 200.000 euros. La remodelación global de ambos edificios, de acuerdo con la solicitud enviada para las ayudas del ministerio de fomento, ligadas al 1,5% cultural supone unos 2.500.000 euros de los cuales el municipio debería aportar el 25%, es decir unos 625.000 euros en 3-4 años.

De estas cantidades, deducidas las necesarias para la rehabilitación, que se debe llevar a cabo más pronto que tarde, la dedicada al museo se limita a la musealización, esto es: iluminación específica, climatización y mobiliario expositivo, ya que otras inversiones dedicadas a oficinas, almacén etc. son de escasa importancia. En cualquier caso, la inversión en fase inicial no superaría los 100.000 euros.

Estas cifras muestran claramente que se trata de un proyecto factible, que es necesario para la conservación de los edificios, que está diseñado con costes de mantenimiento sostenibles y que constituye una estructura cultural básica para el desarrollo turístico y de gran valor para la fijación y asentamiento de la población en el territorio.

Por todo lo enunciado, el proyecto es susceptible de acudir a ayudas públicas tanto de la Diputación Provincial de Teruel y del Gobierno de Aragón como del Gobierno de España y de la Comunidad Europea.

Gestión

El museo debería contar con un Patronato que marcará las líneas de actuación y de un Comité ejecutivo que las llevará a la práctica adecuándose a las posibilidades efectivas que la realidad diaria aconseje.

Cabe la posibilidad de designar un gerente para llevar de manera coordinada la gestión financiera y las tareas de coordinación entre el personal adscrito y el resto de áreas municipales concernidas, así como la gestión y justificación de las ayudas y subvenciones necesarias.

Los servicios de dirección y de conservación del museo serán llevados por convenio con los correspondientes de los museos de Teruel y Zaragoza.

El museo contará con un personal técnico básico que ya está funcionando en la actualidad en el área de turismo. Las tareas administrativas y de mantenimiento necesarias se pueden realizar desde el área de cultura y el resto de áreas municipales.

La fundación actuará como una entidad dinamizadora del museo, participando en todas las actividades del mismo, sea en la programación de exposiciones, talleres, cursos, et, sea colaborando en tareas de gestión con el objetivo de conseguir una mayor eficacia y rapidez en la elaboración de proyectos, así como en las relaciones del museo con otras entidades o en cualquier asunto para el que sea requerida

Ángel J. Quílez Llisterri