La agencia EFE acaba de publicar el listado de integrantes del consejo de sabios que asesora al Gobierno en la desescalada. Son reconocidos expertos en epidemiología, salud pública, deuda, nuevas tecnologías, filosofía, desigualdad, inteligencia artificial, economía y relaciones internacionales.

El Gobierno está preparando, con la asesoría de estos expertos, un plan de desconfinamiento que como ocurrió con el estado de alarma, será único y para una ocasión única. Nadie sabe exactamente que será lo mejor para salir de esta crisis de la mejor forma posible. Pero si algo tengo claro es que tenemos que confiar en los científicos.

Siempre se ha dicho que cada español lleva dentro un seleccionador de fútbol, en estos tiempos donde no hay fútbol, muchos han cambiado el chándal de entrenador por la bata de epidemiólogo y saben y opinan de todo. Poco tardarán estos «nuevos sabios» en criticar a este equipo de expertos, simplemente por el mero hecho de haber sido elegidos por este Gobierno.
Se critica sin misericordia a Fernando Simón, Director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad desde 2012. La derecha española olvida su curriculum, su prestigio, los años que lleva en el cargo y quien lo nombró para ese cargo de tanta responsabilidad. Según nos cuentan, incluida la derecha mediática, todos sabían lo que iba a pasar menos él. Da igual lo que haga el Gobierno o lo que digan los expertos elegidos, la estrategia es intoxicar a la opinión pública y desestabilizar al Gobierno.

Estando como estamos en la mayor crisis sanitaria, económica y social que hemos padecido desde hace muchos años, me parece como poco irresponsable la actitud de estos políticos que anteponen su propio beneficio al interés general. En estos momentos, cuando más necesitamos la unidad de la clase política, como ocurre en la mayoría de países de nuestro entorno, para luchar contra el enemigo común que es el coronavirus, el espectáculo que vemos todos los españoles en el parlamento es realmente bochornoso.

Que se hayan cometido fallos no es disculpa para que la oposición solo plantee reproches al Gobierno, ni propuestas, ni posible soluciones.

Puestos a hacer propuestas VOX si planteó una que nos afecta directamente a los pueblos que estamos inmersos en la reconversión minera. El líder de VOX, Santiago Abascal, según sus propias palabras, ha instado a emplear los fondos de transición ecológica de las cuencas mineras, para «paliar las consecuencias de la pandemia del coronavirus» y no para «desvaríos progres». Cuando consigamos superar la crisis sanitaria, que es la prioritaria, vendrá la económica que afectará a todos los territorios, pero más si cabe a zonas como la nuestra.

Estamos inmersos en la búsqueda de soluciones generadoras de empleo y la Unión Europea puso, previo a la pandemia de Covid-19, fondos extraordinarios a disposición de los territorios mineros para su reconversión. Lo que para Abascal son «desvaríos progres» para nosotros esos fondos pueden ser la salvación de unos pueblos que necesitan de medidas económicas para poder reactivar la actividad económica.

Nada se puede esperar de la ultraderecha, cuando más necesaria es la unidad de acción en el Parlamento nacional para salvar esta grave crisis que estamos padeciendo, prefiere alinearse con las tesis de Donald Trump, el que suspende la financiación a la OMS en plena pandemia y en lugar de escuchar a sus expertos plantea que los ciudadanos se inyecten lejía en vena.

Seguramente el Gobierno habrá cometido errores ante el ataque de un virus nuevo y que provoca consecuencias dramáticas, pero los españoles esperamos más altura de miras en toda la clase política de nuestro país. Si en estos gravísimos momentos no son capaces de arrimar el hombro y aportar ideas y propuestas, nunca lo harán.

Decía Steve Jobs, fundador de Apple, «Nunca serás criticado por alguien que está haciendo más que tú, solo serás criticado por alguien que está haciendo menos o nada», es precisamente lo que está pasando en la política de este país.