Me caracterizo por encontrarme a gusto entre las personas, sentir su presencia, participar en temas colectivos… Quizás esto haya tenido algo que ver cuándo, sin experiencia previa, decidí formar parte de un grupo humano que, bajo las siglas de Ciudadanos, se presentó a las pasadas elecciones con la intención de trabajar en la mejora del entorno y de su gente.
Hoy, fruto de aquella decisión y del resultado de las urnas, desempeño el papel de concejal en el Ayuntamiento de Caspe y consejera de Cultura y Educación en la Comarca Bajo Aragón-Caspe/Baix Aragó-Casp.
En el poco tiempo transcurrido he observado que la política que se practica a nivel de «Estado» no tiene, en muchos casos, una relación directa con las carencias que sufren nuestros pueblos. Es entonces cuando pienso que en el debate de aquellos temas importantes que afectan a nuestros vecinos, al margen del ideario político, los que ocupamos puestos de responsabilidad debemos tener, como objetivo prioritario, la «obligación de entendernos».
Discrepo de aquellos que interpretan que una oposición firme se debe caracterizar por el «no» como principio, que conceder un «sí» es un signo de debilidad y que la abstención es una falta de criterios o de rigor.
Interpreto la abstención como una valiosa herramienta en democracia, si se usa desde el conocimiento real de aquello que la provoca. Evita el enfrentamiento y abre puertas al diálogo. Es polivalente, ya que permite que las propuestas sean apoyadas o descartadas por quien considere que debe ejercer su defensa o su veto. Permite avanzar, aporta confianza y suma razones para realizar un aconsejable seguimiento.
No pretendo que estés de acuerdo conmigo, amigo lector, pero espero me concedas tu valorada abstención.
Ana Jarque Garcés CIUDADANOS Caspe