Sin duda, en estos 14 años hemos pasado por una serie de crisis económicas en España muy duras. Si me preguntaran qué opino de las soluciones que se buscaron y pusieron en marcha en todas ellas para paliarlas, lo tengo muy claro, me quedo con las medidas que la coalición de PSOE y Unidas Podemos ha puesto en marcha en las dos crisis que les ha tocado vivir desde el gobierno.

Busco en mi memoria todas aquellas soluciones que se activaron en el difícil periodo que se inició en 2008 y se alargó 10 años y, la verdad, no recuerdo soluciones para el ciudadano de a pie, sino todo lo contrario, recuerdo recortes y más recortes y el rescate a los bancos. ¿Por qué será? Solo se me ocurre que el gobierno de Rajoy promovió esas medidas en su calidad de defensor acérrimo, no de la gente normal, sino de los de más alto standing.

Vuelvo a nuestra vida a día de hoy. En la dura crisis sanitaria-económica de la que parece que estamos saliendo poco a poco, sí que se han puesto soluciones encima de la mesa, se han llevado a cabo y, lo más importante, han servido para ayudarnos a todos. Así ha sucedido con los ERTES y con la subida del Salario Mínimo Interprofesional.

Pero vamos un poco más lejos. Hace unos días que el gobierno ha aprobado un decreto para hacer frente a la inflación, causada por una subida inasumible de unos precios que ya eran elevados antes de la invasión a Ucrania por parte de Rusia y que nos está afectando a todos en Europa. Este decreto es positivo, pero todavía insuficiente. Hace falta ser más valientes y avanzar por la senda de la excepción ibérica, es decir, fijar un tope al precio del gas en España y Portugal con el objetivo de abaratar el recibo de electricidad.

Yo, como ciudadana que vive en el medio rural, creo que las medidas del decreto se quedan cortas. ¿Por qué? Siendo realistas, el descuento en el abono de transporte va a tener efectos positivos para la gente que habita en ciudades y tiene la posibilidad de moverse en transporte público, pero para los que vivimos en los territorios rurales como Aragón es claramente insuficiente: no disponemos de acceso a transporte público, nos movemos con nuestro vehículo y cuando vamos a repostar nos encontramos con el precio del combustible por las nubes. El depósito de mi coche, que yo antes llenaba por 36 o 38 euros, ahora me supone un gasto de cerca de 70 euros. Si además el coche es tu herramienta de trabajo como le sucede a los transportistas o agricultores, el día a día se vuelve mucho más difícil.

Una solución sería fijar el precio máximo a los combustibles, una buena medida de apoyo al medio rural, cuando llevamos muchos años hablando de políticas contra la despoblación y a favor de nuestros pueblos. Y no, no se acaba el mundo por intervenir el mercado, se puede hacer. ¿No se hizo con las mascarillas? Con el diésel y el gas, también. Y ¿por qué no? , con la electricidad.

Y sí, lo tengo claro, las medidas para paliar los efectos de la crisis, aunque insuficientes, se están acometiendo porque una parte del gobierno lo ha trabajado y negociado. Sin Unidas Podemos, estas medidas no habrían visto la luz, porque Sánchez y el PSOE no se atreven. Soy consciente -y vosotros y vosotras también- de que los grandes poderes, las grandes empresas energéticas y sus puertas giratorias son los que tienen atadas las manos del PSOE y ocurriría lo mismo con el PP y Vox gobernando.

Y a pesar de que el barril de Brent baja de precio, la gasolina y el diésel no dejan de subir. ¿Alguien puede entenderlo? Pienso en ello y se me ocurre que quizás estamos viviendo un trasvase del dinero de los bolsillos de los ciudadanos a las arcas de las petroleras. Porque si no es así, mientras a mí y a ti nos cuesta un dolor de muelas llenar el depósito del coche para ir a trabajar, las grandes compañías tienen récord de millones en 2022 y duplican sus beneficios.

Está claro que unos pocos se están haciendo ricos a costa del sufrimiento de la gente normal, de la gente como tú y como yo. Y no es justo ni decente. Por ello, es urgente que se intervenga el precio de los combustibles para rebajar el precio del diésel y la gasolina, para evitar que las petroleras se sigan forrando a costa de la gente que tiene trabajos normales, de la gente normal, que somos la mayoría.

Una parte del gobierno está convencida de que la intervención del mercado es necesaria. Solo falta que el PSOE se decida a ser valiente y dé el paso, porque la gente normal como tú y yo nos lo merecemos.

Mª Ángeles Manzano. Acción Institucional y Movimiento Popular. Podemos Aragón