Una nueva iniciativa ha surgido entre los hablantes del chapurriau. Una vez más, deseamos que se nos escuche, que la sociedad conozca y se haga eco de otro virus que se está extendiendo poco a poco y que quiere aniquilar parte de nuestra cultura, de un bien patrimonial aragonés que ha subsistido a lo largo de los siglos y transmitido generación tras generación.

A la asociación «Amics del chapurriau», con sede en Valderrobres, con cerca de 2.000 socios; al grupo «Yo parlo chapurriau» con miles de seguidores en las redes sociales, se une un nuevo colectivo formado por más de setenta personas de las comarcas del este de Aragón con el nombre de «Chapurriau/aragonés oriental».
Este último grupo ha lanzado una campaña de mascarillas normativizadas, y costeadas por ellos mismos, para luchar contra el coronavirus y para transmitir, a través de ellas, las palabras que les dicta su corazón.

Queremos que se nos oiga a pesar de que nuestros labios estén sellados por un tapa-bocas en el que figura un anagrama reivindicativo; manifestar lo que oprime y preocupa a este gran colectivo, después, claro está, de velar y luchar por conseguir dominar esta pandemia que nos asola y acorrala por la COVID.

Venceremos a este maldito bicho. Nos hemos dado cuenta de la fragilidad del ser humano en pleno siglo XXI, de lo poquito que somos ante un universo inmenso; de la importancia de estar unidos, de luchar todos juntos para ganarle la batalla a este gigantesco y, a la vez, diminuto virus.
En esta nueva iniciativa para salvaguardar nuestra manera de hablar, también estamos unidos pueblos de Huesca, Zaragoza y Teruel. La unión hace la fuerza, y cada vez somos más para reivindicar nuestra lengua en todos sus ámbitos, no podemos permitir que la fagociten.

Cantidad de nombres se han barajado para dar identidad a la lengua del Aragón Oriental, últimamente el de «Catalán de Aragón», denominación que rechaza la mayoría de sus hablantes.
El nombre popular de esta lengua siempre ha sido el de chapurriau, chapurreao y/o chapurreat dependiendo de la zona en que se habla. En el Bajo Aragón lo denominamos chapurriau y así queremos que se siga llamando. No estamos de acuerdo en que se nos impongan otros nombres ni una normativa estándar que haría que nuestra lengua perdiera su esencia y peculiaridades propias de cada pueblo.

El artículo 7 de nuestro Estatuto de Autonomía dice «las lenguas y modalidades lingüísticas de Aragón constituyen una de las manifestaciones más destacadas del patrimonio histórico y cultural aragonés y un valor social de respeto, convivencia y entendimiento».
La lengua es del pueblo, de quienes la hablan. Dejemos, pues, que los hablantes la llamen y sientan como ellos desean.

Mª José Gascón Cases – El mundo del chapurriau