Pues si, hemos tenido una pequeña inyección de moral con el gran seguimiento que ha tenido la movilización de este domingo en todo Aragón y de una manera muy especial en el Bajo Aragón Histórico. La línea que une Madrid con Barcelona (Vía Caspe) fue, ha sido, es y tiene que seguir siendo un puntal para la movilidad de los núcleos rurales y una conexión vital de toda esta gran comarca, para exprimir todo el potencial estratégico logístico que el ferrocarril le proporciona.

A nivel provincial se desconoce este tramo ferroviario que surca su territorio y se habla del tren de Teruel solamente pensando en el que une Zaragoza con Valencia. Empezar a meterlos en el mismo paquete nos ayudaría a poder luchar más por mejorarlos y a tener mayor credibilidad cuando solicitamos apoyo y mejoras. Sumar para multiplicar, no se hacen competencia, muy al contrario.

El domingo se vio presencia de vecinos de los pueblos cercanos, dando a entender su potencial supramunicipal, más allá de la localidad donde se halla físicamente la estación. Fue agradable y reconfortante comprobarlo y da idea de la dimensión de lo que implica para una zona disponer del «Caballo de hierro», como decían los indios de las películas del Oeste.

La movilización del fin de semana tiene que servir para entender que, en los territorios de Aragón por donde pasan, las líneas ferroviarias son soluciones perfectas en la apuesta por la vertebración territorial. Se puede apostar por ellas y potenciarlas o se las puede abandonar. La rentabilidad social y territorial de la España interior necesita revalorizar estos modelos, que son infraestructuras que ya existen, no hay que inventar nada nuevo. Sólo se necesita creer en el ferrocarril convencional, que equilibra territorios. Otros modelos de tren sólo vacían el mundo rural.

Pedro Bello – Ganar La Puebla de Híjar