El tren Val de Zafán fue durante treinta y dos años una de las principales arterias de conexión entre la Tierra Baja y el Mediterráneo. Nuestro territorio del Bajo Aragón Histórico estuvo esperando desde el siglo XIX la finalización de este ferrocarril, cuyas obras y posterior funcionamiento sufrieron tantas visicitudes y abandonos como los posteriores que se perpetuaron con las conexiones por carretera. El tren Val de Zafán y su prolongación desde Tortosa hasta La Puebla de Híjar nos unía y representaba parte de una historia común de convivencia social y económica. De ahí que Alcañiz y Tortosa sean ciudades hermanadas, o el Matarraña y la Terra Alta o Terres del Ebre convivan de forma constante. La mala fortuna quiso que a principios de los setenta se derrumbase el túnel de Prat de Compte, argumento perfecto para analizar la falta de rentabilidad ferroviaria y motivar el cierre. Una gran manifestación para evitarlo estaba prevista el 20 de noviembre de 1975, día de la muerte del dictador Franco. Quién sabe si habría cambiado la realidad de haberse llevado a cabo ese ejercicio de presión y con insistencia. En Caspe, tras la parálisis de la pandemia, fue la presión mediática, social y política la que impidió que se mantuvieran eliminadas muchas frecuencias que habían desaparecido.
En todo caso, el 50 aniversario del desmantelamiento ha de servir para seguir reivindicando conjuntamente unas infraestructuras dignas, en este caso la mejora de las carreteras nacionales que nos conectan con Tarragona y Castellón; así como un impulso definitivo a la vía verde Val de Zafán.
Reconvertir la línea del tren en un recorrido turístico para ciclistas está cosechando tremendos éxitos en Cataluña y en el Matarraña han sabido trabajarlo. Solo esta comarca celebrará el domingo actos conmemorativos de una historia valiosa y compartida que debe impulsarse como parte de nuestra personalidad histórica, patrimonial y paisajística. La apertura del albergue comarcal en la estación de Cretas es importante paso más en esta línea de trabajo. Se cifran en esta comarca 40.000 visitantes al año, y en la Terra Alta en 2023 ya han pasado más de 91.000. Es lamentable que la vía esté abandonada desde Samper de Calanda hasta Valdealgorfa. El tramo de Alcañiz comenzará su mejora este año al fin, pero queda un tremendo camino de trabajo entre empresas turísticas e instituciones. Pedaleen más fuerte.
Editorial.
Esperemos que el nuevo Consistorio no aparque la idea del anterior (como ha hecho con la cobertura de la piscina )de comenzar este año la mejora del tramo de Alcañiz. Habrá que estar atentos.
No me puedo creer que Don Alfonso, antes insigne diputado provincial y ahora presidente de la Comarca del Bajo Martin y alcalde de Samper de Calanda, tenga la vía verde abandonada, con lo que este hombre quiere y hace por su tierra, por sus pueblos y por el.
El impacto economico de la via verde de val de zafan llega a casi casi los 20 euros al año